El Gobierno difunde el bulo de que el Gobierno combate el bulo
«Es preferible vivir entre mentiras que vivir controlado por el poder», subraya Juan Soto Ivars.
«Es preferible vivir entre mentiras que vivir controlado por el poder», subraya Juan Soto Ivars.
¿Qué mejor caldo de cultivo para los bulos y la posverdad que una sociedad dividida concienzudamente durante siglos?
«En medio de esta crisis dar es la única opción», escribe Antonio Huertas, Presidente y CEO de Mapfre.
Los dirigentes tendrán que explicar las razones de sus desatinos.
«La solución a la crisis solo podemos hacerla a través de sinergias y alianzas», escribe Elena Galante.
Compartimos los esfuerzos para encontrar una cura que nos lleve hacia la victoria, pero no compartimos la derrota.
Vivimos en un día de la marmota que parece no tener fin, pero la pandemia no cambiará los instintos básicos más humanos.
En tiempos difíciles, nuestra obligación es profundizar en los clásicos: si no se avanza recordando, se tropieza.
La ciudadanía está siendo ejemplar y por eso nos hemos dado cuenta de que no siempre tenemos los líderes que merecemos.
Vamos a necesitar otra demoscopia, otra mirada, otra lectura de la sociedad nerviosa.
La sociedad post-virus será exigente para con los poderes públicos en cuanto a un concepto amplio de la seguridad.
El concepto, que hace referencia a la lealtad, la solidaridad y el hermanamiento, es necesario ante la crisis.
Cuando el coronavirus nos dé tregua ya no seremos los mismos. Y, entonces, no tendrá sentido volver a hacer lo mismo.
Aunque la agenda global se reordene, no podemos retroceder en la lucha contra el cambio climático o la desigualdad.
Aunque hemos de revisar nuestra forma de vida, no podemos dejar de refugiarnos en nuestra vocación de conectar.
Es esencial que, tras la pandemia, la reconstrucción de la economía integre la sostenibilidad como piedra angular.
En una crisis sanitaria de este tipo, no importa tanto el régimen político como la eficacia del Estado.
Nuestro futuro depende de que la cooperación se imponga sobre el individualismo y el «egoísmo biológico».
Ahora tengo que acostumbrarme a ir tirando, tirando de mí mismo, de residuos del pasado.
Hoy nada nos es lejano, pero hay realidades que se nos escapan e individuos a los que no podemos ayudar colectivamente.
Nadie sobra en la lucha contra la violencia machista: cuantos más seamos y actuemos, antes daremos con la solución.
Hay películas hollywoodienses reaccionarias y cine de autor claramente progresista, pero son más excepción que regla.
Si los Estados no garantizan la paz social, se empezará a fraguar un reino donde impere la arbitrariedad y la violencia.
¿Hasta qué punto podremos evitar la próxima crisis? ¿Es irreversible la ampliación de la desigualdad?
Tendría que ser obligatorio para los altos cargos descubrir el talento y las capacidades de cada uno de los empleados.
Enriquecerse de la soledad requiere del encuentro con otros que, como nosotros, han sido privados de su interioridad.
Para los frailes de la Escuela de Salamanca, la razón no era enemiga de la fe, sino su dialecto más fino.
Los que ya tenemos una edad podemos rememorar cuán poco importaba todo antes y qué escasa gravedad tenía lo que dijeras.
Nada ciega más que lo evidente. La luz, cuando abunda, favorece el descuido y la certeza absoluta.
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