Opinión

Recuperar ‘ubuntu’ frente a la pandemia

De origen sudafricano, el concepto ‘ubuntu’ hace referencia a una manera muy especial de entender la lealtad, la solidaridad, el hermanamiento entre iguales. Ahora que estamos sumidos en una crisis que dejará un futuro incierto, algo tan necesario se presenta como una oportunidad para repensar el capitalismo.

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26
marzo
2020

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Hace unos días estuve reunido con un grupo de seres extraordinarios y oí, por primera vez, el término ubuntu. De origen sudafricano, hace referencia a una manera muy especial de entender la lealtad, la solidaridad, el hermanamiento entre iguales. Hay varias traducciones posibles, pero vendría a ser algo así como «soy porque nosotros somos». Centrado en el poder que la comunidad, otorga al individuo y viceversa. Me viene a la cabeza esta palabra porque es ahora, más que nunca, cuando debemos mirar todo desde otro lugar si es cierto que buscamos preservarnos como especie.

Debido a la brutal crisis que estamos sufriendo por la expansión del coronavirus nos encontramos, por suerte o por desgracia, por fin frente a un espejo de nuestra propia vida. La economía se colapsa, pero baja la contaminación. Es el momento de volverse a cuestionar si la economía en la que vivimos es buena para el planeta o si, quizás, tenemos delante de nosotros una oportunidad de redefinir el capitalismo.

«Es el momento de cuestionarse si nuestra economía es buena para el planeta»

Haciendo alusión al texto de Francesca Morelli que se ha hecho viral, «en una sociedad que se basa en la productividad y el consumo, en la que todos corremos 14 horas al día persiguiendo no se sabe muy bien qué, sin descanso, sin pausa, de repente se nos impone un parón forzado». Reflexiono y me cuestiono cuánto tiempo vamos a tardar en adoptar nuevos modelos de consumo. Ha quedado claro que nuestro sistema económico es muy vulnerable y se apoya en teorías de crecimientos ilimitados, cuando habitamos en un planeta de recursos finitos.

En los últimos tiempos, los proyectos de emprendimiento de impacto social y medioambiental han empezado a ganar importancia y reconocimiento. También el compromiso de muchas empresas con la Agenda 2030. Pero todo va demasiado lento, y los retos a los que nos enfrentamos van cada vez más rápido. Tenemos que pensar y actuar teniendo en cuenta el bien común si queremos que las cosas realmente cambien.

Reflexiono y grito en alto: ¡ubuntu! La única manera de salir de esta situación está en nosotros. Tenemos que fomentar la ayuda a los demás, la pertenencia a un colectivo, el sentimiento de ser parte de algo mayor. Todos deseamos sentir que estamos al servicio de los demás, y que los demás estarán ahí para nosotros en caso de necesidad. Y quien aún no haya visto esto, se está perdiendo mucho más de lo que cree.

Quizás ha llegado el momento de empezar a pensar qué debería ser el ser humano. Lo humano y la humanización de la sociedad y de las empresas es lo que nos puede salvar de esta decadencia. Es tan sencillo como apelar a nuestra propia naturaleza para arrojar algo de luz a todo lo que nos está ocurriendo. Lo único que puede salvar a la humanidad de su propia oscuridad es el amor. Ahora, por muy caro que resulte el precio, no hay otro camino. ¡Ubuntu!

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