Estamos en guerra contra muchos virus
Cuando el coronavirus nos dé tregua ya no seremos los mismos. Y, entonces, no tendrá sentido volver a hacer lo mismo.
Cuando el coronavirus nos dé tregua ya no seremos los mismos. Y, entonces, no tendrá sentido volver a hacer lo mismo.
Aunque la agenda global se reordene, no podemos retroceder en la lucha contra el cambio climático o la desigualdad.
Aunque hemos de revisar nuestra forma de vida, no podemos dejar de refugiarnos en nuestra vocación de conectar.
Es esencial que, tras la pandemia, la reconstrucción de la economía integre la sostenibilidad como piedra angular.
En una crisis sanitaria de este tipo, no importa tanto el régimen político como la eficacia del Estado.
Nuestro futuro depende de que la cooperación se imponga sobre el individualismo y el «egoísmo biológico».
Ahora tengo que acostumbrarme a ir tirando, tirando de mí mismo, de residuos del pasado.
Hoy nada nos es lejano, pero hay realidades que se nos escapan e individuos a los que no podemos ayudar colectivamente.
Nadie sobra en la lucha contra la violencia machista: cuantos más seamos y actuemos, antes daremos con la solución.
Hay películas hollywoodienses reaccionarias y cine de autor claramente progresista, pero son más excepción que regla.
Si los Estados no garantizan la paz social, se empezará a fraguar un reino donde impere la arbitrariedad y la violencia.
¿Hasta qué punto podremos evitar la próxima crisis? ¿Es irreversible la ampliación de la desigualdad?
Tendría que ser obligatorio para los altos cargos descubrir el talento y las capacidades de cada uno de los empleados.
La irrupción de las emociones en la política y la opinión pública es determinante en la actual política democrática.
La civilización parece estar tomando la misma velocidad con la que desaparecen las cosas por el desagüe.
¿Por qué unos científicos tergiversaron deliberadamente el trabajo de sus propios colegas y mintieron a la sociedad?
Desde Ethic, seguiremos trabajando para construir un espacio de reflexión y resistencia para el pensamiento libre.
Si buscamos el sentido del mundo en los demás, solo seremos pequeños astros que no aportan luz, solo la reflejan.
En la sociedad actual el marketing de la apariencia ha quedado obsoleto.
En una sociedad donde cada vez son más los que viven y se sienten solos, es más fácil que crezca la melancolía.
A menudo se ignora la letra pequeña del póster promocional de la dictadura china, un sistema arbitrario sin garantías.
La expansión de juegos cooperativos podría ayudarnos a probar nuevos modelos que consideren nuestro impacto ecológico.
Como en la democracia, frente a la crisis climática no cabe el populismo o los populismos, sino el pluralismo.
El lenguaje está siendo despojado de su propia riqueza. Y si erradicamos las palabras, erradicamos también las ideas.
Nuestros políticos deben entender que la defensa del medio ambiente no se puede convertir en otra batalla partidista.
La lectura en las piscinas es siempre limpia e higiénica y tiene un punto sanamente frívolo.
El independentismo ganó la batalla del relato de la amnistía, pero ha perdido la guerra legal, política y sociológica.
La Ley de Amnistía fue una transacción corrupta: impunidad por investidura.
El escándalo político no debería usarse para esconder la represión del Gobierno contra las trabajadoras sexuales.
Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas
Un momento...