Raquel C. Pico

Todavía queda trabajo para romper prejuicios y abrir las puertas corporativas a la ventaja estratégica de la diversidad.

Una normativa más ambiciosa permitiría equilibrar el mercado en favor de las compañías que cuidan el medio ambiente.

A pesar de que la OMS recomienda vivir cerca de una zona verde, pocas ciudades cumplen actualmente con el estándar.

Identificamos los pequeños gestos con los que podemos ahorrar en nuestra factura hasta más de 500 euros al año.

Construir entornos accesibles es la mejor herramienta para construir un progreso que no deje a nadie atrás.

Las aseguradoras serán clave para ayudar las personas a no temer la construcción de un futuro distinto y mejor.

El gasto eléctrico se ha disparado durante este año, pero algunos gestos sencillos pueden rebajar mucho nuestra factura.

El 5G permitirá conexiones a internet de más calidad y también beneficios en otras áreas.

El deporte, favorecido por las nuevas generaciones, ha dejado de ser una competición para las clases bajas.

La mayoría de las urbes españolas de más de 100.000 habitantes siguen desconectadas de la naturaleza.

El trabajo para proteger la biodiversidad puede empezar ya mismo mediante acciones más pequeñas y con impactos locales.

Reírnos de nuestros propios problemas nos beneficia: permite relativizar la propia importancia de nuestras situaciones.

Pese a los grandes avances en derechos, las personas LGTBI+ todavía encuentran muros en los entornos laborales.

Las redes sociales funcionan como una nueva fuente de presión (popular o no) contra los periodistas.

Desde fábricas con siglos de historia a la plantas transformadoras de última generación pasando por la artesanía.

La industria del transporte ha comprendido que cambiar el modelo por uno más verde es crucial para su futuro.

En la actualidad, estas zonas ejercen de amplios repositorios de biodiversidad frente al cambio climático.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, ya se cuentan casi siete millones de desplazados por la guerra.

La periodista Marta D. Riezu propone reflexionar sobre el daño que provocamos cada día al decidir qué nos ponemos.

Esta certificación permite identificar aquellas compañías que están construyendo una economía más sostenible.