Ser B, la otra revolución que está cambiando el modelo económico

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Raquel C. Pico

@raquelpico

Si hubiese que resumir en una palabra el estado del mundo, casi lo único claro es que no se podría utilizar equilibrado. Cada año se consume casi el doble de todos los recursos disponibles en el planeta. El modelo es cada vez más insostenible y, dado que el 85% de la actividad económica mundial está en manos de las empresas, las compañías deben tener un papel decisivo para cambiar las cosas. Es algo que tienen muy presente las empresas B Corp, que impulsan un nuevo modelo empresarial que equilibre el beneficio económico con la preservación del bienestar de las personas, la humanidad y el planeta. Es así como nace la propuesta de ley de las empresas con propósito.

«Las empresas con propósito son parte de la solución en un mundo en el que se necesita muchísimo más trabajo por el bien común», asegura Juanjo Manzano, cofundador de AlmaNatura, un movimiento que ayuda a las empresas a recuperar el mundo rural y que se convirtió en la primera empresa B Corp en España. Ahora le siguen ya 110 compañías B Corp –un 63% más que en el año precedente, con nombres como Holaluz, Triodos Bank o Heura–, unidas a una comunidad global de más de 4.800 empresas.

Ser una empresa B Corp dice mucho de cómo se hacen las cosas y cómo se vertebra la estrategia corporativa. Detrás de este movimiento está B Lab Spain, una organización sin ánimo de lucro que crea estándares, políticas y herramientas para las compañías que buscan con su trabajo un cambio sistémico y verifica su desempeño social y ambiental. Por tanto, las promesas de las empresas B Corp no son simples argumentos de marketing o reclamos de comunicación; son hechos y acciones con un impacto positivo en la sociedad y el planeta. Como asegura Laia Mas, directora de Asuntos Corporativos de Danone, otra de las compañías que forman parte de este movimiento, «tenemos la oportunidad de impulsar una visión transformadora de la economía».

Estas compañías son organizaciones de todos los tamaños –luchar por algo mejor no es algo exclusivo ni de pymes ni de grandes multinacionales–, que generan un impacto medioambiental y social positivo, y que ayudan a transformar la economía y el sistema actual para hacerlo más sostenible y respetuoso con la naturaleza y las personas.

Y, aunque lo que mueve a las empresas con propósito no son los beneficios, sino el bien común, lo cierto es que este tipo de organizaciones también logran mejores resultados financieros: las empresas B Corp mejoran de media un 30% sus resultados económicos anuales.

La sostenibilidad como punta de lanza

Los buenos resultados y la presión del mercado hacen que cada vez más corporaciones quieran posicionarse como sostenibles, lo que lleva, a su vez, a que sea más importante contar con herramientas que permitan separar a quienes realmente lo son de quienes no.

El Libro Verde de las empresas con propósito, elaborado, entre otros, por B Lab Spain, es el punto de partida para pedir la creación de una figura jurídica que permita diferenciar a las empresas con propósito frente a las que no lo son. Ya más de 30.000 personas y 300 organizaciones se han sumado a la propuesta. Como recuerda Mas, desde Danone, «el reconocimiento legal de las empresas con propósito permitirá a los ciudadanos estar seguros de que detrás de sus decisiones de compra existe un modelo de negocio verdaderamente sostenible, saludable e inclusivo».

«Las empresas con propósito son esenciales en un mundo que necesita mucho trabajo por el bien común»

Otro año más, el B Good Day de este 2022 reúne a las empresas que encajan con este perfil y se convierte en una buena oportunidad para descubrir a compañías con principios. Además, se las puede encontrar en las redes sociales a través del hashtag #SerB, vinculado a la campaña Ser B que pone en valor a estas firmas responsables.

Y, para finalizar, no se trata tanto de empezar a hacer las cosas de un modo distinto, sino de asumir que ya no queda más remedio que hacerlo. En un mercado en el que los consumidores son cada vez más conscientes de la importancia de lo sostenible y en el que en cada decisión de compra manifiestan en qué creen, las compañías deben garantizar que trabajan para crear una sociedad más justa.