Cristina Sánchez

La sostenibilidad empresarial representa una de esas historias emergentes que tienen el poder de transformar el mundo.

Las empresas a través de sus acciones pueden transformar el sistema económico y alinearlo con la salud del planeta.

Al ritmo de hoy, harían falta 131 años para lograr la paridad real en las empresas.

Los aniversarios suelen ser motivo de celebración y, a su vez, fechas señaladas en las que reflexionar.

Los líderes empresariales deben plantearse cómo sortear los desafíos actuales y crear un futuro más sostenible.

Las empresas comprometidas con objetivos climáticos de la iniciativa STBi lideran el camino hacia la sostenibilidad.

Las pymes no son meras espectadoras, son actores cruciales en la transformación sostenible.

La propuesta Forward Faster del Pacto Mundial nace para que las empresas aceleren su compromiso con los retos urgentes.

De los 149 metas que establecieron los ODS, la mitad está lejos o muy lejos conseguirse.

Aunque el mes del Orgullo ha llegado a su fin, el colectivo LGBTI sigue muy presente en la estrategia de las empresas.

¿Por qué no comenzar a llamar así a aquellos pioneros que han marcado el camino hacia la sostenibilidad?

Las empresas también deben jugar un papel en la protección de la infancia.

Las nuevas normas lo ponen en duda: dentro de poco, cumplir los parámetros sociales y ambientales será obligatorio.

Aún es necesario derribarlas: en España, la brecha de desigualdad entre géneros alcanza casi el 10%.

El 80% de las mayores empresas ya ha integrado los Objetivos de Desarrollo Sostenible en sus distintos departamentos.

Durante estos últimos meses hemos dejado atrás la incertidumbre para retomar, por fin, el camino de la transformación.

Las pequeñas y medianas empresas necesitan un posicionamiento más activo: sin ellas, la economía no puede transformarse.

El sector empresarial necesita pasar a la acción de forma definitiva para frenar el cambio climático.

Debemos adaptarnos sin miedo a las nuevas necesidades del planeta: nuestra salud (y nuestro futuro) depende de ello.

Es el momento de que las empresas aprovechen su influencia para consolidar el desarrollo sostenible a largo plazo.