TENDENCIAS
Innovación

Las 10 innovaciones más locas de la historia

A lo largo de los años, muchos inventos han desafiado las leyes de la lógica convencional. Este artículo repasa diez inventos sorprendentes que, entre lo excéntrico y lo visionario, marcaron un punto de inflexión.

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
13
agosto
2025

Las grandes innovaciones no siempre nacen del pragmatismo. Muchas surgen desde la curiosidad, la experimentación o, por qué no, de la simple excentricidad. A lo largo de la historia, han existido inventos tan extraños que retan nuestra comprensión de lo útil y que , a su vez, hablan de nuestra capacidad de imaginar más allá de lo establecido.

Estos diez ejemplos representan esa frontera entre lo visionario y lo disparatado.

El reloj elefante hidráulico

En el siglo XII, el ingeniero Al‑Jazari construyó un elefante mecánico que funcionaba como un reloj de agua. Cada media hora, la estructura accionaba figuras móviles —pavos reales, serpientes— y marcaba el tiempo con una teatralidad sorprendente. Esta ocurrencia en apariencia disparatada anticipó la idea de «máquinas vivas», donde el objeto no solo sirve a una función, sino que transmite información de forma estética.

El pato digestor de Vaucanson

En 1739, el ingeniero francés Jacques de Vaucanson presentó el Canard Digérateur, un autómata —recubierto de cobre y oro— que simulaba ingerir grano, digerirlo y excretarlo. La ilusión era perfecta: sus movimientos eran realistas y sofisticados. Aunque la digestión era un truco de relojería (los residuos eran precargados), la complejidad técnica sorprendió a la Academia de Ciencias y al propio Voltaire. El pato, sin embargo, fue más allá del simple chiste mecánico. Introdujo el uso de tuberías de goma y simuló procesos orgánicos, anticipando desarrollos en robótica y mecánica fina. Además, puso en movimiento la idea de imitar funciones biológicas, algo que ahora vemos en prótesis avanzadas o tejidos artificiales.

Un telar automático

Además del pato, Vaucanson inventó un telar automático en 1745, precursor de la tarjeta perforada que luego Joseph-Marie Jacquard bautizaría. Aquellas tarjetas, en esencia, almacenaban datos en código binario, el antepasado del lenguaje de los ordenadores actuales. Se trata, así pues, de un tejido mecánico que prefiguró la computación digital: tan loco en su época como esencial para el presente tecnológico.

El autómata turco

En 1770, Wolfgang von Kempelen creó el Turco, una figura ajedrecista automatizada que derrotó a figuras como Benjamin Franklin y Napoleón. La maravilla técnica radicaba en su gabinete: un mecanismo complejo que ocultaba un jugador humano dentro, controlando los movimientos de la máquina. Este engaño mecánico sirvió de catalizador para el estudio de la inteligencia artificial y las máquinas aparentemente inteligentes.

La bicicleta anfibia Cyclomer

En 1932, ingenieros parisinos concibieron la Cyclomer: una bicicleta diseñada para el agua. Combinaba pedales con flotadores laterales para cruzar canales urbanos. Aunque no llegó a producirse de manera masiva, representa ese cruce entre inventiva utilitaria y el juego. Más allá de su practicidad, refleja el impulso de crear soluciones híbridas ante entornos cambiantes, algo que persiste hoy en los productos modulares y los diseños adaptativos.

Un transistor de radio directo al cerebro

En 1965, un inventor británico propuso un implante auditivo que supuestamente permitiría transmitir señales FM directamente al cerebro. El proyecto no pasó del mero prototipo, pero anticipó el biohacking y los implantes de Neuralink actuales, creando un cruce entre la tecnología y la biología humana. La idea de conectar dispositivos al cuerpo humano como parte de la comunicación diaria se ha convertido a día de hoy en realidad en nuestros wearables y en los desarrollos de neurotecnología contemporánea.

El guante traductor automático

En los años 90, inventores israelíes diseñaron un guante que traducía lenguaje de signos a palabras habladas mediante sensores de movimiento. No alcanzó gran popularidad, pero fue pionero en los dispositivos inclusivos y abrió un nuevo camino a sistemas de reconocimiento gestual que hoy ayudan a personas con discapacidad auditiva.

Necomimi: orejas de gato controladas por el cerebro

En 2012, la empresa japonesa Neurowear lanzó Necomimi, una diadema de orejas de gato que se activan con las ondas cerebrales del usuario. Utiliza sensores EEG para detectar estados de calma, concentración o «en la zona». Según Wired, cuando estás concentrado, las orejas se erizan; cuando te relajas, caen. Más que un accesorio kawaii, la tecnología subyacente —un dispositivo wearable basado en biofeedback— tiene potencial clínico para sectores como la rehabilitación neurológica. Los centenares de comentarios en foros de usuarios reflejan su impacto: algunos lo usaban para gestionar la ansiedad, otros para mostrar estados emocionales sin palabras.

El pato robótico sensorial

En 2020, un grupo de investigadores europeos creó un pato robótico educativo equipado con sensores táctiles, cámaras y micrófonos. Diseñado para enseñar programación a niños, el pato aprende de la interacción y adapta su comportamiento. Una forma lúdica de introducir la robótica social en la infancia.

Chindōgu: inventos absurdos con perspectiva japonesa

El concepto japonés de chindōgu —herramientas útiles que no pueden ser usadas— consiste en objetos como el sombrero con rollo de papel higiénico o las sandalias recogedoras de polvo. El creador del término, Kenji Kawakami, definió estas invenciones como «absurdas pero serias». Son manifestaciones de humor, crítica y filosofía material: cuestionan hasta qué punto la utilidad justifica un diseño. Su aparente lado absurdo encierra, en realidad, una reflexión cultural sobre el consumo, la creatividad y los límites de lo funcional.

 

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Mujeres pioneras ante la cámara

Raquel C. Pico

El ensayo 'Retratadas' de Stéphany Onfray cuenta cómo las mujeres se relacionaron con las cámaras en el siglo XIX.

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME