¡Qué sofoco! El envejecimiento y el calor
El cambio climático ha multiplicado por cinco la posibilidad de que España viva olas de calor extremo. Las altas temperaturas impactan en la salud de las personas, especialmente aquellas de más edad.
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España ha cerrado el mes de junio más caluroso desde que se tienen registros, con una temperatura media por encima de lo habitual y con un encadenamiento de alertas meteorológicas que han afectado a toda la geografía peninsular. Más que una rareza, es el ejemplo de algo cada vez más habitual, puesto que el cambio climático está haciendo más comunes los episodios meteorológicos extremos y, entre ellos, los de calor. Las últimas estimaciones de los expertos de Climate Central concluyen, de hecho, que el cambio climático ha multiplicado por cinco la probabilidad de que se produzcan olas de calor extremo en España. «Con cada verano que pasa, aumentan las probabilidades de que se produzcan olas de calor peligrosas y prolongadas», advierte Zachary Labe, una de las voces científicas de Climate Central.
Una investigación conjunta de World Weather Attribution, Climate Central y el Centro del Clima de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja señala que, entre mayo de 2024 y mayo de 2025, 4.000 millones de personas experimentaron al menos 30 días adicionales de calor extremo, según dejan ver los datos históricos de las zonas en las que viven. En España, fueron 48 días, frente a los 18 que hubiesen sido en un mundo sin calentamiento global.
Estos picos de calor no son solo una cuestión molesta, sino que tienen ramificaciones que tocan a la economía (desde los efectos en las cosechas hasta el impacto en el turismo, ya que los viajeros evitan los lugares de calor extremo), a la naturaleza y a la salud humana.
Así, el informe Influencia del medioambiente urbano en la salud de las personas de Sanitas y la Universidad de Navarra advertía ya hace unos meses que cada año 30.000 personas enferman o mueren en España por causas medioambientales. El calor era una de ellas, responsable ya de 11.000 muertes en el verano de 2022.
El calor fue el responsable de 11.000 muertes en el verano de 2022
Un estudio publicado en enero en Nature Medicine estimaba que las muertes conectadas con las temperaturas extremas podrían crecer en un 50% en Europa para finales de siglo. «A lo largo de las últimas décadas hemos vivido olas de calor, como las de 2003 o 2022, donde más de 60.000 personas perdieron la vida en Europa», apuntaba entonces a SMC España Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería Forestal y Cambio Global en la Universidad de Lleida. Todavía causa más muertes el frío que el calor, recordaba el experto, pero «este nuevo estudio indica cómo esta tendencia se invertiría en toda Europa, con la única excepción de Escandinavia». A finales de siglo, uno de cada 3.000 españoles podría morir por calor.
La brecha de edad del calor
Toda la población sufre los episodios de temperaturas extremas, aunque no toda es igual de vulnerable ante ellos. Existe una brecha socioeconómica ante el calor, así como una por condiciones previas. Así, para las personas con enfermedades crónicas, embarazadas o de más edad, los efectos del calor son más duros.
De hecho, los mayores de 65 años son uno de los grupos más perjudicados por las altas temperaturas. Según la OMS, la mortalidad relacionada con el calor en este grupo de población se ha incrementado en un 85%. Como señala Cristina Ferrero, del área de Salud de Cruz Roja, «el calor no afecta a todas las personas por igual: entre las más vulnerables encontramos a las personas mayores, especialmente las que viven solas o son dependientes y, por ello, tenemos que estar especialmente atentos con ellas».
¿Por qué la tercera edad sufre de forma especialmente acuciante los efectos del calor? Por un lado, es más habitual entre este grupo poblacional presentar enfermedades que se agravan con las altas temperaturas, como las cardiovasculares o respiratorias. Por otro lado, los cambios inherentes al paso de los años también hacen que sea mucho más complicado regularse ante el pico de temperaturas. Les cuesta más enfriar el cuerpo y también aumenta el riesgo de deshidratación.
El calor extremo acelera el envejecimiento biológico de los mayores de 50 años
Además, diferentes estudios han ido señalando otros efectos directos que las altas temperaturas tienen en la salud de las personas de más edad. Una investigación de expertos de la Escuela de Gerontología Leonard Davis de la Universidad del Sur de California acaba de concluir que el calor extremo acelera el envejecimiento biológico de los mayores de 50 años, comparando la edad biológica de personas que viven en zonas muy calurosas y la de quienes no lo hacen. Sus conclusiones son similares a las de otras investigaciones previas sobre esta misma idea.
También, los episodios de calor extremo lastran la salud cognitiva de la población de más edad. La cuestión no es exactamente nueva, porque uno de los temas que se suele investigar sobre las consecuencias de las altas temperaturas es el entorno de trabajo, aunque sea con franjas de edades diferentes. Así, se ha descubierto que el calor hace que nos dispersemos más, que prestemos menos atención y seamos menos productivos, cometiendo más fallos.
«El estudio tiene interés y coherencia con otros estudios que se han hecho previamente, aunque no en personas mayores», confirma el neurólogo Javier Camiña, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN) a La Vanguardia. «Hay una zona de bienestar térmico (20-24 grados) y cuando nos alejamos de esos rangos empieza a verse un empeoramiento de la cognición», indica. Lo que hace valioso este estudio, suma, es que, justamente, se ha centrado en los mayores de 65 años y confirma cómo a esas personas también les afectan los picos de calor.
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