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Sociedad

Sojourner Truth, una pionera del feminismo negro

Nacida como esclava, Sojourner Truth defendió la igualdad de derechos para todas las personas y fue una de las primeras activistas en denunciar las múltiples opresiones a las que se enfrentaban las mujeres negras. Su discurso «¿Acaso no soy yo una mujer?» es una deconstrucción del ideal de la feminidad.

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19
febrero
2025

Isabella Baumfree, quien más tarde sería conocida como Sojourner Truth, nació alrededor de 1797, aunque no se conoce la fecha con exactitud. Es considerada una de las figuras más destacadas en la lucha por la abolición de la esclavitud y los derechos de las mujeres. Su vida estuvo marcada por la violencia, pero consiguió convertirse en una de las oradoras más influyentes de los primeros feminismos negros que hoy conocemos.

Nacida en una familia esclavizada en el estado de Nueva York, tras la muerte de su primer amo, Sojourner Truth fue separada de su familia y vendida con solo nueve años a John Neely, a quien ella describió como un hombre violento y cruel. Durante sus primeros treinta años, tuvo seis amos diferentes y, también en ese periodo, tuvo cinco hijos. Aprendió a hablar holandés antes que inglés, ya que esa era la lengua de sus primeros amos, y nunca llegó a aprender a leer ni escribir. Aunque esto le supuso algunas dificultades en la comunicación, desarrolló una gran capacidad de observación, análisis y oratoria.

Sojourner Truth comenzó a dar discursos abolicionistas cuando su hijo fue trasladado a un estado donde podía ser esclavizado de por vida

En 1817, el estado de Nueva York promulgó una ley que abolía la esclavitud, pero su aplicación no sería inmediata. La libertad de las personas esclavizadas en el estado estaba programada para 1827. Aunque hay diferentes versiones, la mayoría de las fuentes afirman que Sojourner Truth consiguió escapar antes, en 1826, con su hija pequeña, y empezó a trabajar como empleada doméstica y cocinera. Poco después de que Sojourner Truth se liberara, su hijo Peter, a quien solo le quedaba un año para conseguir la libertad, fue vendido y trasladado a Alabama, donde podía ser esclavizado de por vida. Esto impulsó a Sojourner Truth a recurrir a los tribunales y a dar discursos públicos abolicionistas. Consiguió recuperar la custodia de su hijo y se convirtió en una de las primeras mujeres negras en ganar un juicio a un hombre blanco.

«¿Acaso no soy yo una mujer?»

Cuando Sojourner Truth se estableció en Nueva York, se involucró en comunidades religiosas y en círculos feministas y abolicionistas. En 1843, decidió cambiar su nombre a Sojourner Truth, un juego de palabras que reflejaba su misión como «viajera por la verdad». Desde entonces, se dedicó a recorrer el país denunciando la esclavitud y defendiendo los derechos de las mujeres negras.

En 1850, dos años después de la convención de Seneca Falls, Sojourner Truth participó en la Primera Convención Nacional de los Derechos de la Mujer en Worcester, Massachusetts, y publicó su biografía, The Narrative of Sojourner Truth, que había dictado a su amiga Olive Gilbert. Un año después, en la Convención de Akron, Ohio, dio su discurso más famoso: «¿Acaso no soy una mujer?». Su intervención desmontó el concepto tradicional de mujer y puso en evidencia las diferencias entre el feminismo de las mujeres blancas y la realidad de las mujeres negras.

A pesar de que no existe una transcripción literal y oficial de este discurso, sus palabras tuvieron un fuerte impacto. Angela Davis explica en Mujeres, raza y clase que «sin la ayuda de nadie, Sojourner Truth rescató a las mujeres del encuentro de Akron de los abucheos lanzados por algunos hombres hostiles a los fines del encuentro». De todas las mujeres que asistieron a la reunión, ella sola fue capaz de responder agresivamente a los argumentos machistas esgrimidos por los excitados provocadores. Según Davis, el líder de los provocadores había afirmado que las mujeres no podían votar porque eran incapaces de cruzar un charco o subir a un carruaje sin la ayuda de un hombre. A esta provocación, Sojourner Truth respondió que ella nunca había sido ayudada para pasar por encima de charcos embarrados o para subir a carruajes, repitiendo la famosa frase «¿y acaso no soy una mujer?». De esta forma, «echó por tierra las afirmaciones de que la debilidad femenina era incompatible con el sufragio, y lo hizo con una lógica irrefutable».

Angela Davis: «Sojourner Truth echó por tierra las afirmaciones de que la debilidad femenina era incompatible con el sufragio.»

La búsqueda de la verdadera igualdad de derechos

Sojourner Truth, igual que otras feministas negras, sabía que sus experiencias no se podían comparar con las de otras mujeres blancas burguesas. Por eso, en la defensa del voto de las mujeres, también hubo desencuentros con las sufragistas blancas que priorizaban la igualdad de género sobre la racial. Como explica María Luisa Femenías en la presentación de ¿Acaso no soy yo una mujer?, «el atravesamiento de la etnorraza brindó a millones de personas (especialmente mujeres) conceptos y teorías para elaborar su autoconciencia étnica, de género y de clase, anclándolas en su “experiencia vivida”». De este modo, mucho antes de que se definiera y teorizara el concepto de interseccionalidad, Sojourner Truth y otras mujeres negras supieron ver y denunciar que su vida y su identidad estaba atravesada por la raza, la clase y el sexo.

Mucho antes de que se definiera la interseccionalidad, Sojourner entendió cómo la vida de las mujeres negras se veía atravesada por la raza, la clase y el sexo

Los discursos que han llegado de esta activista pionera reflejan una conciencia política que va más allá de las teorías y los libros, evidenciando cómo las mujeres negras enfrentan opresiones desde múltiples frentes, incluso por parte de quienes comparten algunas de sus luchas, como los hombres negros o las mujeres blancas. Su mensaje, que reivindica la igualdad de derechos para todas las personas, sin importar su sexo o raza, fue crucial en su época y sigue siendo profundamente significativo en la actualidad.

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