Radiografía de una nota de voz
Cada día intercambiamos una media de 5,5 notas de voz, a pesar de que un 53,7% de la población cree que estos audios son largos y aburridos.
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«Te lo mando así porque es más rápido». «¿Rápido para quién?», te preguntas cuando tu contacto de WhatsApp te ha mandado una nota de voz de tres minutos llena de digresiones para algo que se podría resumir en pocas palabras escritas y que leerías en segundos.
Hay quienes aman los audios (y los mandan con fruición) y quienes los odian con igual intensidad (y sufren cuando los reciben). Entre medias, están quienes no los toleran, pero han acabado mandando alguno cuando aprieta la necesidad.
Las estadísticas muestran que las notas de voz se han convertido en un elemento muy habitual e integrado en nuestros hábitos de comunicación. Según un estudio de Preply, cada día el habitante promedio de España manda unos 5,5 audios.
Existen diferencias por generaciones. Los millennials mandan 6,8 notas de voz al día y los miembros de la Generación Z (verdaderos entusiastas de los audios) llegan a las 7,2. Por el contrario, los boomers andan por los 3 audios diarios y la Generación X en 4,5. «Las generaciones mayores tienden a optar por formatos más tradicionales cuando quieren mantener conversaciones más largas o detalladas», asegura Yolanda del Peso, experta de Preply.
También hay variaciones geográficas. Andalucía es la comunidad autónoma con más ciudades donde se mandan más audios por jornada, un listado que encabezan Santa Cruz de Tenerife (8,6), Granada (7,5) y Córdoba (7). Vitoria (3,6) y Madrid (3,9) son las menos fans de las notas de voz.
Por supuesto, más allá de los datos, está lo subjetivo. No existen normas claras de etiqueta en quién y cómo te pueden mandar un audio. Tú te puedes quedar a cuadros cuando alguien con quien jamás has interactuado abre vuestra primera conversación de WhatsApp con un audio, pero a la persona al otro lado le puede parecer completamente normal y hasta menos violento que mandarte un texto.
El 61,7% de la población confiesa tener una persona en su vida que manda «demasiados audios»
Navegar las aguas de qué está bien y qué no a la hora de mandar audios se convierte en una cuestión compleja. El 52,2% de la población española señala como uno de los principales inconvenientes de los audios que cuando los reciben no están en lugares en los que puedan escucharlos (un 53,7% suma que las notas de voz pueden ser «largas y aburridas»), según el estudio de Preply.
Por el contrario, hay quien cree que este tipo de mensajes ayudan para transmitir información que es difícil contar en texto (37%) o para expresar emociones de un modo más claro (31%). No menos importante es que puedes hablar mientras haces otra cosa (35%). Y también hay quien reconoce que enviar audios por WhatsApp no es igual que recibirlos: es más cómodo y rápido en ocasiones que escribir. En un audio se ganan matices.
No hay estadísticas claras de qué parte de la población se inclina en el lado de la balanza del amor, la del odio o la de la aceptación resignada. Aunque sí se sabe que en todas partes hay alguien a quien se le está yendo de las manos.
El 61,7% de la población confiesa en el estudio de Preply que tienen a una persona que les manda «demasiados audios», tanto que les sobrecarga y les hace tener audios pendientes acumulados en su WhatsApp.
No sorprende así que una investigación navideña de Finetwork concluyese que el 77% de los españoles pone sus audios a 1,5x, aunque un 82% reconoce que muchas veces no entiende todo lo que le cuentan a la primera.
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