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Javier García Campayo

«Alrededor de un 80% del sufrimiento es evitable»

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10
diciembre
2025

Compartir el aprendizaje y la comprensión adquirida a lo largo de los años sobre el sufrimiento es la idea detrás del ensayo ‘Adiós al sufrimiento inútil’ (HarperCollins), firmado por Javier García Campayo, uno de los psiquiatras más reconocidos en España. En él plantea una guía práctica para comprender los diferentes tipos de sufrimiento que existen, así como algunas herramientas psicológicas que ayudan a gestionarlos.


«Vivimos en una sociedad que sufre mucho», señala en el libro. ¿Cuánto de ese sufrimiento es real y cuánto podría evitarse?

Todo el sufrimiento es real porque las personas lo experimentan y lo sienten como real. La cuestión es cuánto de ese sufrimiento es evitable. Se calcula que alrededor de un 80% es evitable porque, en realidad, es generado por la gente y su interpretación negativa y distorsionada de las cosas. Luego sí hay un 20% de sufrimiento que sería inevitable pero la mayoría tiene que ver con lo que nos decimos a nosotros mismos, las críticas que nos hacemos o los puntos en los que nos enganchamos al pasado o al futuro.

Churchill llegó a asegurar que casi todo sufrimiento se produce por cosas que nunca llegan a ocurrir. Va en esa línea de distinguir entre el sufrimiento primario o inevitable y el sufrimiento secundario o evitable. ¿A qué se vincula cada uno de ellos?

Churchill decía eso porque era una persona muy ansiosa que siempre estaba pensando en el futuro e intentaba controlar cosas que no quería que ocurriesen. La mayoría de las veces sus temores no llegaban a suceder pero el pensamiento le había generado mucho sufrimiento. El primario o inevitable está vinculado a todo aquello que sí ocurre. La vejez, la enfermedad, la muerte de los seres queridos, la ruptura de una pareja o la pérdida de un trabajo son los ejemplos más claros de cosas que sí suceden. En la tradición meditativa este sufrimiento se conoce como «la primera flecha». Luego, existe una segunda flecha que es innecesaria y que nos la clavamos nosotros mismos. Esta se genera por la elaboración mental de lo que ocurre. Por ejemplo, en una ruptura de pareja puede que yo piense que soy un fracaso o me pase mucho tiempo odiando a la otra persona y estas son situaciones que generan un sufrimiento evitable. Ambos sufrimientos muchas veces van unidos y para las personas es complicado distinguirlos porque confunden lo que ha ocurrido con los pensamientos vinculados a ello.

«El ‘efecto cohorte’ dice que cada nueva generación tiene más sufrimiento que la anterior»

A lo largo de las páginas encontramos fuentes de sufrimiento que no existían hace años. Por ejemplo, nuestros antepasados no tenían crisis relacionadas con la edad. ¿Somos máquinas de crear nuevos sufrimientos?

Hay una razón para esto que se ha llamado «efecto cohorte» y nos dice que cada nueva generación tiene más sufrimiento que la anterior. Es algo paradójico porque nuestros abuelos tuvieron una vida mucho más compleja y difícil que la nuestra y, además, el desarrollo tecnológico debería hacer que la situación fuese la contraria. La razón de este aumento del sufrimiento se piensa que está vinculada a las expectativas y a que hoy tenemos una menor tolerancia a la frustración. Cada nueva generación quiere tener un mayor control sobre las cosas y desea que todo sea exactamente como quiere. Hay mucha menos aceptación hacia las circunstancias cambiantes de la vida y esto produce mucho sufrimiento. Vivimos en una sociedad que no acepta cualquier mínima frustración.

Un elemento clave es la capacidad de desarrollar estrategias para gestionar el sufrimiento. ¿Cuáles son las que más nos pueden ayudar a reducirlo?

En muchas ocasiones la mente nos secuestra y empieza a generar pensamientos vinculados al pasado que nos hacen recordar cosas que hemos perdido o aspectos de los que nos arrepentimos. También es frecuente que anticipemos el futuro y pensemos en cosas malas que pueden pasarnos y que nos generan ansiedad. Ambos sufrimientos no existen pero nosotros los generamos con nuestra mente. En estos casos es muy útil el mindfulness cuya clave es habitar el aquí y el ahora y estar atentos al presente. Luego, si hablamos del sufrimiento vinculado a las relaciones interpersonales la apuesta por la estrategia de la compasión es muy útil. Solemos querer a la gente pero esperando siempre cierta reciprocidad. Es un sistema muy mercantil de relacionarnos. El planteamiento de la compasión es querer que la otra persona sea feliz independientemente de la relación que tenga conmigo. Desarrollar esta capacidad de amor incondicional haría que suframos menos.

«Vivimos en una sociedad que no acepta cualquier mínima frustración»

Una de las técnicas es la de una aceptación que suele confundirse con la resignación. ¿Por qué se produce este error y cómo de relevante puede ser la aceptación?

La aceptación elimina muchos sufrimientos. Aceptación y resignación no deberían confundirse, aunque nuestra cultura está basada en la no aceptación y tenemos cierto rechazo hacia ella. Hay que tener muy claro que solo se aplica para aquello que no se puede cambiar. Si tú piensas que puedes cambiar algo, la recomendación es que tienes que actuar. En caso de que no actúes, es cuando caes en la resignación. Lo que ocurre también es que la mayor parte de la población actual sobreactúa mucho. Aunque no pueda cambiar las cosas apuesta seguir actuando y persevera en la creencia de que el cambio tiene que ser posible. En consulta veo muchos casos de gente que reciben la noticia de que tienen una enfermedad crónica o terminal y se resisten a aceptarlo. Lo niegan y gastan mucho tiempo y dinero en buscar otra respuesta diferente que no llega porque su situación no se puede cambiar. Esa dificultad para aceptar la realidad es una característica de la sociedad actual. Como hay tanta sobreactuación, es común el pensamiento de que quienes apuestan por la aceptación se están resignando.

«Solemos ser pragmáticos y no ocuparnos de algo hasta que no llega», apunta, a la par que aconseja el aprendizaje de las diferentes técnicas cuando las cosas van bien. ¿Cómo nos ayudaría ocuparnos del sufrimiento antes de que llegue?

Cuando estás en una situación de sufrimiento, la mente está distorsionada y es menos receptiva al cambio. Por eso las técnicas que recomiendo son mucho más eficaces de aprender cuando las personas están bien. En ese punto se pueden modificar los patrones de comportamiento. Esto va en la línea de evolucionar hacia una sociedad del autocuidado y la prevención con herramientas que aumentan el bienestar psicológico y, cuando las cosas vienen mal dadas, reducen el malestar.

«Nuestra cultura está basada en la no aceptación»

Otro concepto relevante en el libro es el de la impermanencia. ¿Deberíamos tener más contacto con la idea de que nada perdura para siempre?

La impermanencia es la realidad del mundo. Vamos a envejecer, vamos a morir y hay que tener claro que todo pasa. En la cultura oriental la impermanencia es un núcleo central y, de hecho, se considera que la aceptación última es la de la impermanencia. Lo que pasa es que a nosotros nos da mucho miedo el cambio y queremos evitar el contacto con esta idea. Sin embargo, percibir claramente la impermanencia nos haría apreciar cada segundo de nuestra vida como único.

¿Cómo se consigue no aferrarse a nada o, al menos, aferrarse un poco menos?

Es importante tener claro que la felicidad está dentro de ti. En mis cursos siempre le pregunto a la gente si ha encontrado algo fuera de sí misma que le dé una felicidad estable y permanente. Cualquier cosa que compras o que adquieres, los estudios señalan que a los tres meses te adaptas a ella. Es la adaptación hedónica, por la que nadie se alegra por una subida de sueldo que se produjo hace tres años. Cuando te das cuenta de que la búsqueda continua de objetos externos que la sociedad del consumo fomenta es inútil y es un proceso que solo lleva al vacío continuo es cuando puedes ver que la felicidad está dentro de uno. Si tienes clara esta idea es más fácil que puedas disfrutar de lo que venga sabiendo que en cualquier momento se puede perder y que no pasa nada.

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