Salud

Accidentes laborales, una realidad mortal

A pesar de los esfuerzos que en España y en los países de la Unión Europea se están haciendo desde hace décadas para reducir la incidencia de los accidentes laborales, la tendencia en los últimos años parece haberse estancado.

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
07
enero
2025

«Si bebes, no conduzcas». «Tolerancia cero». «Anticiparse a las crisis, prepararse y responder». Seguro que a usted, lector, le suenan los dos primeros lemas. El último, en cambio, puede que le sea desconocido. «Anticiparse a las crisis…» fue el que enarboló la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) en 2021. Desde 2003, cada 28 de abril se celebra una fecha importante en la agenda de los trabajadores, aunque sea muy frecuente que pase desapercibida: el Día Mundial de la Seguridad y de la Salud en el Trabajo.

Retórica al margen, las actividades laborales, sean cuales sean, conllevan potenciales riesgos para la salud de los empleados. Desde la contracción de enfermedades hasta lesiones graves que perjudiquen su integridad o, directamente, le causen la muerte. Las campañas que se llevan haciendo desde hace décadas han impactado en nuestra visión de otras actividades cotidianas, como es el caso de la conducción y el consumo de alcohol y drogas, o el consumo de tabaco y sus dañinos efectos sobre la calidad y la esperanza de vida de quienes abusan de este producto.

Sin embargo, la concienciación social no es significativa cuando hablamos de riesgos laborales a pesar de la elevada siniestralidad. Los datos son tajantes: solo en España en 2023 fallecieron 616 personas a causa de percances asociados a su actividad laboral, mientras que en ese mismo año 1.145 personas perdieron la vida en accidentes de tráfico. De la misma manera, entre enero y julio de 2024 fallecieron 435 personas en el trabajo, como denunció el sindicato UGT. Estos números excluyen los datos de personas accidentadas durante su actividad laboral. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), en 2023 tuvieron lugar 647.495 accidentes. Según el INE, en España estuvieron ocupadas ese año poco más de veintiún millones de personas.

En España en 2023 tuvieron lugar 647.495 accidentes laborales

En el caso de España, el «año negro» de la serie fue 1990, con cerca de 2.000 fallecidos durante su actividad laboral. Sin embargo, desde que el país alcanzase su mínimo en 2013 (558 víctimas), las cifras parecen haberse estancado.

Por qué hay que tomarse en serio la siniestralidad laboral

Ni las autoridades estatales ni determinados colectivos de la sociedad civil están de brazos cruzados en el intento de reducir al mínimo posible la siniestralidad laboral. Desde 1873, cuando se aprobaron en España las primeras leyes al respecto, y gracias a la normativa vigente en materia de Prevención de Riesgos Laborales, junto con la actividad coordinada de la Inspección de Seguridad y Salud en el Trabajo y del personal técnico especialista en este ámbito, se ha conseguido minimizar la tendencia. No solo en cuanto al riesgo de sufrir un accidente –no necesariamente mortal ni incapacitante– durante la actividad laboral, sino muy especialmente en lo que respecta a la reducción del número de fallecidos. Para ello, la normativa aplicable obliga, según las condiciones de cada gremio, puesto de trabajo y tareas asignadas a realizar una serie de inspecciones periódicas e informes por parte de los técnicos prevencionistas tanto en el sector público como en el sector privado.

Pero más allá de lo dispuesto sobre el papel queda la puesta en práctica. La ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, establece que el empresario debe aportar los medios y las condiciones necesarias para que el trabajador pueda desempeñar sus funciones sin que estas afecten a su salud, pero también señala la obligación del empleado de colaborar en la protección de su salud. Además de los posibles incumplimientos por parte de los empleadores (que conllevan sanción administrativa e incluso suspensión de la actividad si se confirma la vulneración del derecho a la salud de sus trabajadores), el empleado debe obedecer las medidas dispuestas para su bienestar. Por ejemplo, llevar los Equipos de Protección Individual (EPI) cuando corresponde, usar adecuadamente las herramientas y realizar las labores con responsabilidad y cautela.

Cómo reducir los accidentes laborales

En España, son las Administraciones Públicas las competentes para vigilar el cumplimiento de las leyes, disposiciones y órdenes dictadas sobre seguridad laboral. Esta responsabilidad recae en la Inspección de Seguridad y Salud en el Trabajo. El Gobierno de España anunció en 2023 la convocatoria de más de dos mil inspectores y subinspectores de Trabajo. En 2022, se aprobó una oferta para cubrir 181 plazas de inspectores de Seguridad y Salud.

No es casual esta medida. El cuerpo de inspectores, en especial en ámbitos tan sensibles como la siniestralidad laboral, es clave para poder atender denuncias, realizar comprobaciones de oficio sobre el estado del cumplimiento de la normativa vigente y ejercer una necesaria función de vigilancia imparcial. Además de esta fórmula, el INSST ha publicado en su revista Prevención, Trabajo y Salud un plan reiterado de acciones que se están poniendo en práctica desde hace décadas. Estas acciones contemplan desde el ruido y su impacto en la salud mental y física hasta campañas dirigidas hacia colectivos sociales más propensos a sufrir desamparo en sus derechos civiles, como el de inmigrantes no cualificados.

La prevención va desde el ruido y su impacto en la salud mental y física hasta campañas dirigidas hacia colectivos sociales más propensos a sufrir desamparo en sus derechos civiles

También existe una creciente incidencia en los esfuerzos de concienciación de la población y de los empleadores que desde el Ministerio de Trabajo y Economía Social se realizan dirigidos, muy en concreto, a ámbitos profesionales donde se concentran la mayor cantidad de siniestros, como es el caso del sector de la construcción y el sanitario.

No obstante, y en referencia a la tendencia estadística, es imprescindible el inicio de unos esfuerzos más serios por parte de la autoridad competente en vigilancia en Prevención de Riesgos Laborales y en campañas de concienciación dirigidas a la ciudadanía en general, más allá del ámbito concreto en el que cada cual desempeña sus labores profesionales. De la misma manera que en los años cincuenta parecía una aberración educar a la gente en no correr riesgos al volante o era casi impensable imaginar una sociedad que abominase del tabaco, es posible que hoy, quizá, nos parezca ridículo que los accidentes laborales se tomen en serio como la amenaza a nuestra salud que en verdad representan. Pero, como bien sabemos a fuerza de empirismo, la concienciación sí permite progresar en esta clase de cambios sociales. En nuestras manos se encuentra la capacidad para reducir al mínimo el número de accidentados y de fallecidos por el simple hecho de ganarse la vida.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

¿La fe cura o mata?

Eva García Montero

El simple gesto de ingerir una pastilla recomendada por un médico puede calmar el dolor de muelas (o empeorarlo).

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME