Turismo de sueño, ¿viajar para dormir mejor?
Algunos hoteles están vendiendo paquetes de desconexión para recuperar horas de sueño. Dormir de forma reparadora se ha convertido en la excusa para viajar.
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¿Pagarías miles de euros por un viaje en el que lo importante es el momento en el que te vas a dormir? Si la idea no parece tan rocambolesca, casi seguro se es una de esas personas que se enfrentan alguna que otra noche al abismo del insomnio. En efecto, existe ya el turismo de sueño, destinos turísticos que venden, sobre todo, lo bien que nos dejarán dormir.
Para los hoteles, sumar amenities vinculadas con el sueño ha sido una cuestión esencial. Los «bares de almohadas» eran raros hace unos años, pero son ya algo que se espera cuando el hotel es de categoría. Ese ha sido el camino para diferenciarse de los pisos turísticos y otras fórmulas emergentes en un mercado ultracompetitivo.
Sin embargo, según un análisis de The New York Times, ahora van incluso más allá y el bar de almohadas se queda a nivel de anécdota. Los hoteles de lujo ofrecen colchones sublimes, de elevadísima calidad. Algunos se pueden hasta sincronizar con el smartphone y usan inteligencia artificial para hacernos dormir lo mejor posible, ya sea pinchando sonidos relajantes, cambiando la luz de la habitación o meciendo a sus afortunados usuarios hasta que alcanzan el sueño. Los hoteles de alta gama ya ofrecen suites del sueño.
Pero lo interesante es que dormir se ha convertido no ya en un extra del viaje, sino en la esencia de este. Ya existen paquetes vacacionales que venden como reclamo dormir mejor y que pueden abarcar toda clase de cosas, como un retiro de sueño de varios días con actividades en un spa y meditación hasta una peregrinación a un lugar remoto en el que dormiremos bien.
La oferta del turismo de sueño llega desde toda clase de hoteles y destinos, situados por todo el mundo. Así, Suecia lo vende como uno de sus hits en su página oficial de turismo. «El entorno natural único de Suecia ofrece el contexto ideal para cualquier persona que desea un sueño reparador y una desintoxicación digital, tanto que hemos acuñado el término “sueños suecos”», prometen.
Las cosas que a los turistas les podrían parecen no muy deseables en otros contextos se convierten aquí en un gran elemento para vender que vas a dormir y lo harás profundamente: en invierno y otoño prometen muchas horas de oscuridad y que haga frío es un beneficio extra para un descanso de calidad (la temperatura óptima para dormir bien es de 18 ºC y, recuerdan, ellos los tienen fácilmente).
Dormir bien mueve mucho dinero, también en el mundo del turismo. Se espera que la industria del turismo de sueño crezca un 8% entre 2023 y 2028 y que sume unos 400.000 millones de dólares a su valor de mercado. Es uno de los tipos de viajes que interesan cada vez más en el sector del turismo wellness, como recuerdan en un análisis de Skyscanner. Ese turismo del bienestar mueve ya 814.000 millones de dólares en todo el mundo.
Se espera que la industria del turismo de sueño crezca un 8% entre 2023 y 2028
En cierto modo, que esta sea una industria milmillonaria y con un elevado potencial de crecimiento dice mucho más sobre nosotros y el mundo en el que vivimos de lo que podría parecer a primera vista. Uno de los expertos con los que ha hablado el Times indica que el crecimiento del mercado del turismo de sueño no arrancó hasta hace unos diez años, que posiblemente cualquier persona a la que se le hablase del concepto justo antes hubiese pensado que la idea era muy aburrida.
Sin embargo, cada vez se duerme peor. Un estudio reciente de Cigna señala que una de cada tres personas en España reconoce que no descansa bien y un 70% de la población no tiene buena calidad de sueño. «La calidad del descanso no depende solo de la cantidad de horas de sueño, sino de la calidad del mismo», apuntaba la doctora Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España, en las conclusiones de la investigación. Esto es, se trata de dormir bien y no solo de pasarse horas en cama con los ojos cerrados.
A eso se suma que la población está cada vez más estresada, agobiada y un tanto saturada por el ritmo del día. Como recuerdan en el análisis de Skyscanner, el turismo de sueño encaja en la cada vez mayor tendencia de la gente a intentar escapar de la tan atareada vida cotidiana.
No es la única idea de viajes que apunta en esa dirección. De hecho, una de las tendencias que Hellotickets ha identificado para este verano es la del jomo (Joy of Missing Out, la alegría de perderse cosas), la gran antagonista del fomo de hace unos años. La plataforma ha registrado un aumento de un 45% de las búsquedas de retiros de bienestar y escapadas silenciosas y de un 60% en destinos rurales o desconectados. «Este verano no se trata de ver más, sino de sentir mejor», resumen. Una de las actividades jomo emergentes es, sin mucha sorpresa, dormir en un monasterio en la Toscana.
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