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Renovarse para avanzar

En muchas de las problemáticas latentes del siglo XXI se están haciendo progresos: en el ámbito de la igualdad de género, la inclusión social, la lucha contra el cambio climático… Pero para avanzar es necesario ajustarse a nuevos objetivos medibles y alcanzables y adoptar nuevas medidas.

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El 24 de noviembre del año pasado finalizó la COP29, la más reciente edición de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El encuentro tuvo como principal prioridad alcanzar un objetivo de financiación que facilite a todos los países contar con los medios necesarios para poner freno al cambio climático.

Ya en 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción que cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de imperativo cumplimiento para lograr la transición hacia un mundo mejor. Si bien a nivel global se están haciendo importantes avances en cuestiones sociales y medioambientales, es imprescindible poner en marcha más medidas que nos ayuden a frenar el cambio climático y cuidar el planeta. De nada servirían las mejoras sociales si nuestro entorno medioambiental continúa deteriorándose. Y es justamente en este ámbito en el que la COP29 centró sus esfuerzos. Para ello, se alcanzó el acuerdo de que los países desarrollados aportarán, para 2035, 300.000 millones de dólares anuales destinados a financiar la lucha contra el cambio climático.

Y a los esfuerzos institucionales se suman cada día los de más empresas del sector privado. Las cadenas de producción y consumo se orientan hacia un modelo más sostenible que permita una verdadera transición ecológica y establezca definitivamente los pilares de una sociedad justa e inclusiva. Por su parte, las entidades financieras están incorporando a sus planes estratégicos numerosas medidas que van en la misma línea, desarrollando finanzas sostenibles que tienen en cuenta factores sociales, medioambientales y de buen gobierno (ESG) a la hora de realizar inversiones e incorporando políticas de inclusión social y financiera.

7 de cada 10 empresas españolas dispone de estrategias propias centradas en la sostenibilidad y en criterios ESG

Los criterios ESG son cada día incorporados a la normativa interna de más empresas, incluidas, por supuesto, las entidades financieras. Potenciar el uso de energías renovables, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, fomentar la inclusión social de colectivos desfavorecidos, eliminar la discriminación en el ámbito laboral o potenciar la transparencia en los propios órganos de gobierno son solo algunos de dichos criterios.

Según la Consulta de Desarrollo Sostenible 2024 del Pacto Mundial de la ONU, en España, el porcentaje de grandes empresas que trabajan ámbitos relacionados con los ODS ya es del 99%, y 7 de cada 10 empresas españolas dispone de estrategias propias centradas en la sostenibilidad y en los criterios ESG. Todos estos progresos orientados a lograr una sociedad más justa y un entorno medioambiental más sano han de renovarse continuamente para adaptarse a los numerosos desafíos que, como sociedad, enfrentamos a nivel global. 

En esta línea, el Grupo Caixabank, que ya supera los 20 millones de clientes, presentó el 24 de noviembre su Plan de Sostenibilidad 2025-2027. Este supone una ambiciosa renovación del plan del trienio anterior, cuyo cumplimiento de objetivos se produjo antes del cierre del ejercicio 2024, y se mantiene como una pieza clave del nuevo Plan Estratégico de la entidad, centrado en el crecimiento, la transformación y el apoyo tanto de sus propios clientes como del conjunto de la sociedad. 

Este nuevo Plan de Sostenibilidad de Caixabank centra de nuevo todos sus esfuerzos en la movilización de capital con un doble objetivo: avanzar hacia una economía más sostenible y favorecer el desarrollo económico y social de todas las personas. Un capital que incrementa en un 56% el objetivo del plan anterior, llegando a los 100.000 millones de euros.

No es posible la transición hacia una economía sostenible si no se fomenta la descarbonización del tejido social y empresarial. Para ello, y en línea con el compromiso asumido como miembro fundador de la Alianza de la Banca por las Emisiones Netas Cero (NZBA) de lograr la neutralidad de emisiones de CO2 en 2050, la entidad financiera gestionará una cartera de crédito para familias y empresas, y acompañará a estas últimas con asesoramiento e inversión para que alcancen la sostenibilidad. En este aspecto, Caixabank se ha marcado el objetivo de establecer una relación directa y prestar asesoramiento al 90% de las empresas de sectores intensivos en emisiones de CO2 que están bajo el perímetro establecido por la NZBA a cierre de 2024. Además, reafirma sus objetivos intermedios de reducción de emisiones hasta 2030 en sus carteras de financiación e inversión, en el sector eléctrico, petróleo y gas, automoción, hierro y acero, agropecuario, inmobiliario (residencia y comercial), aviación y naval, y dejará de financiar a compañías relacionadas con el carbón térmico.

La descarbonización del tejido social y empresarial es imprescindible para lograr la neutralidad de emisiones en 2050

Igualmente, invertirá en soluciones para la transición basadas en el empleo de energías renovables, métodos de movilidad limpia y fomento de la edificación sostenible, así como en el fomento de la descarbonización industrial, la emisión de bonos verdes y sociales y la gestión de su patrimonio con productos de inversión sostenibles.

Respecto al objetivo de lograr el desarrollo económico y social de todas las personas, los planes de la entidad no son menos ambiciosos. Para avanzar en la inclusión social y financiera pondrá en el mercado numerosos productos y servicios orientados a colectivos vulnerables. Entre estos destacan una cuenta de patrimonio protegido para personas con discapacidad y microcréditos para familias. Igualmente, mantendrá su ya amplia presencia en entornos rurales y desarrollará acciones de promoción de la cultura financiera. 

En materia de justicia social, la empleabilidad y el emprendimiento son dos aspectos a los que la entidad prestará especial atención, poniendo el foco en la formación para el empleo y el apoyo a emprendedores y autónomos a través de las microfinanzas y la apuesta por la Formación Profesional Dual a través de CaixaBank Dualiza, como generadora de empleo y mejora social. Asimismo, respondiendo a la inversión de la pirámide poblacional que está provocando una longevidad creciente, desarrollará numerosas acciones orientadas a que las personas senior logren el preciso bienestar económico y persona, con servicios de planificación financiera y productos específicos.

Sin duda, la fuerte apuesta por la renovación de sistemas de funcionamiento, productos y servicios emprendida por CaixaBank supone un ejemplo para avanzar hacia un modelo económico medioambiental y socialmente más justo que nos permita cumplir con los ODS.

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