Economía

De la filantropía a la inversión de impacto

Con la inversión de impacto poner los ahorros al servicio del bien común no es incompatible con el retorno económico.

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19
marzo
2024

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La filantropía es un acto de generosidad solidaria y altruista de personas que deciden donar una parte de sus ahorros para promover causas sociales o benéficas, por la simple satisfacción de saber que están haciendo algo positivo por algo o por alguien. Pero existe una alternativa a esta práctica que, además de generar ese impacto positivo con un enfoque social o ambiental, reporta al donante un retorno económico, sin restar un ápice de valor a ese gesto de compromiso y generosidad. Se trata de la inversión de impacto, y su peso en el desarrollo del sector financiero es cada vez mayor.

Este tipo de inversión favorece la entrada en el ecosistema de actores no tradicionales y plantea un nuevo escenario que permite la creación de proyectos empresariales, fundacionales y organizacionales que nacen y evolucionan con un enfoque específico de impacto social y ambiental. Por suerte, cada vez más personas con capacidad de ahorro eligen dedicar una parte a invertir o apoyar iniciativas de este tipo, con la perspectiva de obtener un retorno financiero que se reinvierte de nuevo en proyectos de impacto, fomentando esta forma de emprendimiento social.

Es fundamental entender las oportunidades y riesgos de las plataformas de ‘crowdequity’ y ‘crowdlending’

Dos de las principales modalidades de inversión de impacto son: equity y lending. La primera consiste en aportar una financiación a una empresa, convirtiéndose el inversor en accionista de la misma. Pueden ser grandes cantidades, procedentes de inversores profesionales, como business angels o fondos de venture capital, o contribuciones más reducidas a través de plataformas de financiación colectiva o crowdfunding. Así, los pequeños inversores tienen la oportunidad de participar desde una etapa inicial en proyectos con alto potencial de crecimiento y, si la empresa logra el éxito, obtener beneficios.

Debido a la fase embrionaria de este tipo de proyectos, se trata de una inversión arriesgada, pero en cambio los rendimientos que puede proporcionar son más elevados. Otro de los puntos a tener en cuenta al realizar este tipo de inversión es la dificultad para evaluar el valor real de una startup, con la posibilidad de sobrevalorar o infravalorar la inversión. A esto se suma que en el caso de querer vender nuestra participación antes de que la empresa sea rentable es más difícil que en los mercados tradicionales. Estos aspectos, junto con los riesgos inherentes a proyectos en fases iniciales, hacen que la inversión en crowdequity sea potencialmente más lucrativa, aunque también más arriesgada. Por ello, se recomienda diversificar las inversiones, minimizando así los riesgos.

Por su parte, el lending se centra en compañías o proyectos en una fase más avanzada de consolidación, y su objetivo es captar financiación directa de inversores, ya sean particulares o fondos de inversión, para evitar acudir a entidades financieras, o bien para complementar las aportaciones que estas hayan realizado. Este tipo de inversión tiene un riesgo menor que el equity, pero también pueden producirse incumplimientos de pago, aumento de los tipos de interés o falta de liquidez que compliquen la recuperación de la inversión.

La transparencia en la comunicación hacia el inversor es clave para impulsar el crecimiento de la inversión de impacto

Por esto, es fundamental que los inversores entiendan las oportunidades y los riesgos asociados antes de participar en plataformas de crowdlending o crowdfunding. La transparencia en la comunicación y la presentación de la información financiera y de impacto son elementos esenciales para impulsar el crecimiento de estas formas de inversión. Y eso es, precisamente, lo que llevamos haciendo desde hace ocho años en Bolsa Social, demostrando que rentabilidad e impacto pueden ir de la mano.

Un inversor de impacto, como cualquier otro, evaluará la rentabilidad, riesgo, viabilidad económica y escalabilidad del proyecto o empresa, pero también querrá analizar y obtener información no financiera sobre las métricas de impacto y resultados del proyecto en términos de sostenibilidad y bienestar social. Y por ello, como decíamos, la transparencia es clave. En esa profesionalización de la inversión de impacto radicará el éxito de la evolución y la transformación de la filantropía hacia un modelo en el que poner tus ahorros al servicio de un fin basado en el bien común, que aporte un valor positivo a la sociedad y el planeta, no sea incompatible con que ese esfuerzo ahorrador se vea recompensado con un retorno positivo también para tu economía personal.


Fernando Summers es CEO de Bolsa Social.

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