Un molino en la montaña para redescubrir la naturaleza

El molino familiar de Isabel Alonso, que un día fue imprescindible para alimentar a los pueblos de lo que hoy es el Parque Natural de Ponga (Asturias), pudo salvarse del olvido y el paso de los años gracias a su reconversión en alojamiento turístico.

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Borja Rebull
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A los pies de los Picos de Europa, en la reserva de la Biosfera del Parque Natural de Ponga y rodeado de valles y montañas, se encuentra un molino de agua bicentenario que la familia de Inés Alonso adquirió a principios de 1800. «El molino fue algo importantísimo en esa época, porque era muy básico para la alimentación de las personas. Aquí había mucho cultivo de maíz y la gente traía el cereal a moler», cuenta la anfitriona de esta casa histórica en Airbnb. 

La gente de otros pueblos hacía colas para moler el maíz en este molino familiar

Durante varias generaciones, la familia de Inés vivió del negocio de la molienda de este cereal. No había muchos molinos por la zona y la gente de otros pueblos hacía colas para moler el maíz para tener harina con la que elaborar pan o tortas. «Mis abuelas decían que con un molino no pasabas hambre», recuerda la anfitriona.

Pero cuando heredaron el molino, estaba prácticamente derruido y repararlo «costaba un pastón». Pero a la hija de Inés se le ocurrió apostar por el alquiler turístico y ponerlo en Airbnb. «A la media hora de subirlo, ¡ya me estaban escribiendo de Brasil! Teníamos unos huéspedes muy estacionales, pero Airbnb le ha sacado brillo y luz», subraya la anfitriona, y añade que de no ser por los ingresos que generan quienes se acercan a visitar la región, no podrían «conservar este edificio que significa tanto para nosotros». 

Inés reconoce que gracias a la plataforma es posible dar a conocer un recoveco de la geografía española que, de otra forma, quedaría fuera de los circuitos turísticos más convencionales. Pero además, el alojamiento, que puede encontrarse en la categoría de Casas Históricas junto a otros alojamientos con relevancia histórica que datan de principios del siglo XIX o antes, ayuda a conservar, preservar y restaurar el patrimonio cultural y arquitectónico de un espacio tan singular.

En España, la categoría de Casas Históricas dispone ya de unos 3.500 espacios, desde capillas reconvertidas hasta castillos centenarios, pasando por haciendas o caseríos. Unos alojamientos que se han beneficiado de cerca de 1 millón de euros que Airbnb ha donado para apoyar el patrimonio cultural español.

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