Envejecimiento saludable
La farmacia comunitaria es un motor de prevención, adherencia y conexión social
Envejecer bien es una cuestión sanitaria y social: requiere una mirada multidimensional, que posicione a las personas mayores como sujetos activos y protagonistas de su salud.
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El envejecimiento saludable es clave ante el aumento de la esperanza de vida en España; somos uno de los países más longevos del mundo. En la actualidad, las personas mayores de 65 años representan alrededor del 20% de la población y las proyecciones demográficas indican que esta cifra irá aumentando progresivamente. Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2040, la población mayor de 65 años representará alrededor del 27,4%, para situarse en 2050 en un 30,5% aproximadamente. Los octogenarios, dentro del grupo de personas con 65 y más años, son un indicador del sobreenvejecimiento de la población. En el año 2023, en el grupo de personas mayores de 65 años, el 30% tenía 80 o más años, y para el año 2050 las personas octogenarias, nonagenarias y centenarias podrían superar el 40% de este mismo grupo, según datos del IMSERSO y proyecciones del INE.
La OMS declara el decenio 2021-2030 como la década del envejecimiento saludable, y CEOMA, siguiendo sus recomendaciones ha elaborado un manifiesto por el envejecimiento activo y saludable
Las personas mayores somos un grupo muy heterogéneo. Envejecer no es sinónimo de enfermedad, y envejecemos según ha sido nuestro estilo de vida, por ello hay que trabajar en hábitos de vida saludables a todas las edades e incidir en ellos desde la infancia, desde el colegio. La OMS declara el decenio 2021-2030 como la década del envejecimiento saludable, y CEOMA (Confederación Española de Personas Mayores), siguiendo sus recomendaciones ha elaborado un manifiesto por el envejecimiento activo y saludable y, a continuación, creado el movimiento A la Vejez, Vitales. Un movimiento al cual se adhieren entidades de mayores, sociedades científicas, colegios profesionales, entidades de investigación y docencia, las cuatro grandes patronales de atención a la dependencia y medios de comunicación tanto generalistas como especializados.
En la actualidad son 30 las entidades que pertenecen a este movimiento, el cual nace «desde, con, por y para» las personas mayores, personas que hemos de ser protagonistas de nuestras vidas y parte activa de las decisiones, políticas, programas, proyectos que nos afectan y, entre ellos, uno de los más importantes, nuestra salud. A la Vejez, Vitales se creó desde el convencimiento de que una mayor longevidad puede constituir una de las mejores etapas de la vida, y los caminos para conseguirlo son la prevención de las enfermedades y la promoción de la salud. El Consejo General de Farmacéuticos, sensibilizado con el envejecimiento activo y saludable, fue una de las primeras entidades en formar parte activa del movimiento A la Vejez, Vitales, realizándose el acto de presentación de este a los medios de comunicación en su sede de Madrid.
La farmacia comunitaria, por su amplia red tanto en el área rural como en el urbano y su cercanía a las personas mayores, juega un papel fundamental en el envejecimiento saludable. El farmacéutico es un profesional sanitario de primera línea, accesible y cercano. Yo diría que con la farmacia comunitaria se llega a mantener unas relaciones de vecindad; tiene una fuerza que no se mide en recetas, sino en vínculos de confianza que la convierte en un pilar fundamental, en la promoción de la salud y prevención de enfermedades, asesorándolos y empoderándolos para que participen activamente en el cuidado de su propia salud, para que realicen el tratamiento de forma segura y efectiva.
[La farmacia] es un lugar donde una conversación puede evitar una caída, fomentar la adherencia al tratamiento, detección de la soledad
Más allá de la dispensación de medicamentos, asesora sobre la importancia de una alimentación sana y equilibrada y de la importancia de la actividad física y mental para un envejecimiento saludable. Pero los farmacéuticos no solo atienden a las personas mayores, también a sus familiares y cuidadores, que en ocasiones pueden ser también personas mayores, sometidos a un gran estrés por el peso de los cuidados: les escuchan e informan sobre el manejo de la medicación y cuidados, aconsejándoles y derivándolos cuando es necesario al profesional adecuado en cada momento, creando un vínculo de confianza que es vital para una atención integral de la persona y contribuyendo con todo ello a que las personas mayores sean más autónomas y envejezcan de forma saludable.
Por tanto, la farmacia comunitaria no es solo un mostrador donde se dispensa medicación. Es un lugar donde una conversación puede evitar una caída, fomentar la adherencia al tratamiento, detección de la soledad; las personas buscan en ellas seguridad, orientación, información ante las dudas que puedan surgir, respecto a su salud o toma de medicación. Es un lugar donde hay un profesional sanitario que escucha, informa y da confianza, ese mostrador en muchas ocasiones actúa como radar y refugio.
Los farmacéuticos colaboran y trabajan entre otros en diversos programas como: Programa Radars. Proyecto Farmacias Amigas, Programa Viernes, Proyecto Madrid te acompaña/Proyecto antenas, Programa Logroño acompaña y el Plan Mayor de Seguridad de la Guardia Civil, entre otros
Envejecer bien es una cuestión sanitaria y social: requiere una mirada multidimensional. Hay que dejar de ver a las personas mayores como sujetos pasivos y empezar a verlas como protagonistas de su salud, como sujetos de derecho, capacidades y proyectos vitales.
Por Sabina Camacho Calderón, expresidenta de CEOMA, miembro del Comité Ejecutiva y Junta Directiva de CEOMA y portavoz del Movimiento a la Vejez Vitales
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