Claves para un buen diálogo interior
Todas las personas mantienen de manera constante conversaciones mentales con ellas mismas. Esa especie de diálogo interior se convierte en una de las mejores herramientas para lograr la evolución personal hacia una vida saludable.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2025

Artículo
El hecho de que mantengamos conversaciones mentales con nosotros mismos no significa que hayamos perdido la cabeza. Al contrario, el diálogo interior forma parte de nuestras vidas y, de hecho, es algo que nos ayuda en gran manera a evolucionar como personas. Es muy probable que no seamos del todo conscientes de que constantemente dialogamos con nosotros mismos y, de esta manera, configuramos nuestros pensamientos y sentimientos tomando, gracias a ello, decisiones de gran importancia para nuestra vida.
Teniendo en cuenta la importancia de ese diálogo interior, se convierte en esencial el hecho de que lo mantengamos de una manera positiva, ya que en muchas ocasiones no es así y puede causarnos un daño irreparable. Las comparativas constantes, la excesiva autocrítica, el victimismo, la obsesión por los errores cometidos y por las dificultades futuras o la negatividad pueden convertir el diálogo interno en un lastre para nuestro progreso personal.
Dado que nuestro cerebro está siempre alerta para protegernos de posibles peligros, nuestra atención tiende a fijarse en los aspectos negativos de las circunstancias que nos rodean con mayor frecuencia que en los positivos. Variar esta manera de pensar no es fácil, pero resulta imprescindible si deseamos conducirnos por la vida de manera más satisfactoria.
Nuestra atención tiende a fijarse en los aspectos negativos más que en los positivos
Si logramos fomentar un diálogo interior positivo estaremos en camino hacia una mayor estabilidad emocional en que podamos controlar el estrés o la ansiedad, superar obstáculos y tomar decisiones más acertadas. Por supuesto, no hay fórmulas mágicas para lograrlo, pero sí una serie de pequeñas acciones que, incorporadas a nuestro día a día, nos pueden ayudar a conseguirlo.
El inicio de ese camino hacia el diálogo interno saludable se encuentra en tener plena conciencia que ya existe. Prestar atención a cómo nos hablamos a nosotros mismos nos ayudará a diferenciar entre los mensajes positivos y aquellos otros negativos. Reemplazando estos últimos por afirmaciones positivas habremos comenzado a reestructurar en gran parte nuestra mentalidad. En ocasiones, es tan sencillo como cambiar el punto de vista sobre las situaciones negativas que nos afectan, transformando la percepción del fracaso por la de la oportunidad de mejora en un futuro.
Si logramos identificar los mensajes de culpa o frustración con que lidiamos en nuestras conversaciones internas, nos resultará más fácil sustituirlos por preguntas que orientemos hacia la búsqueda de soluciones u oportunidades. Tampoco debemos engañarnos adoptando una postura de optimismo poco realista. Únicamente debemos enfocarnos en las preguntas que nos ayuden a superar la sensación de frustración.
Para mantener esas conversaciones internas de manera positiva es imprescindible que las conduzcamos como lo haríamos en caso de estar hablando con un ser querido. Utilizar idéntica comprensión, amabilidad y respeto. En ocasiones nos maltratamos psicológicamente diciéndonos cosas que jamás diríamos a un amigo. Pensar que nunca dejamos de ser nuestro mejor amigo puede ayudarnos a transmitirnos mensajes de apoyo desde un punto de vista más objetivo y, por tanto, más sano.
Trabajar la autocrítica es algo imprescindible para cualquier persona. Pero, en ocasiones, esta autocrítica puede ser tan excesiva que destruya en vez de construir. El malestar que puede generarnos esta actitud es tremendamente negativo, por lo que dicha autocrítica será siempre mejor si se acompaña de la autocompasión. Igual que tratamos con amabilidad a nuestros amigos, ser amables con nosotros mismos y nuestros errores logrará que podamos progresar en aquellas metas que nos planteamos a diario.
La autocrítica será siempre mejor si se acompaña de autocompasión
El agradecimiento también juega un papel importante en nuestros diálogos internos. Agradecer todas las cosas positivas con que contamos nos ayuda a comprender mejor nuestras fortalezas y a minimizar la frustración. Este agradecimiento, además, puede ejercitarse para afrontar mejor el futuro. Si logramos visualizar de antemano la manera en que vamos a lograr alcanzar las metas que nos proponemos, nuestra mente estará preparada y tendremos mayor capacidad para que ocurra en la realidad.
Por último, no debemos olvidar que cuerpo y mente están íntimamente conectados. La actividad física, el buen descanso, la alimentación saludable y el empleo del tiempo libre en actividades que nos agradan se convierten en aliados de una mente activa que evita el estrés o la ansiedad volviéndose más creativa y enérgica. Incorporando ciertas rutinas saludables a nuestra vida diaria podemos lograr que nuestro diálogo interior sea igualmente saludable.
Del mismo modo que fomentamos las buenas relaciones con las personas que nos rodean, podemos utilizar nuestro diálogo interior para mejorar la relación con nosotros mismos. Como decíamos al inicio, hablarnos mentalmente no es indicativo de ningún desarreglo, y hacerlo de manera positiva se convierte en el mejor camino hacia una vida plena y saludable.
COMENTARIOS