El reto climático presenta desafíos pero también oportunidades, por eso es necesario buscar alternativas más sostenibles

Cepsa y Bio-Oils impulsan la construcción de una de las mayores plantas del sur de Europa de biocombustibles 2G.

España liderará, en las próximas dos décadas, la producción de hidrógeno verde y el crecimiento del empleo relacionado.

Las beneficiosas propiedades de las microalgas abren prometedoras posibilidades en campos muy variados.

Cepsa destaca en cuestiones como estrategia climática, gestión de riesgos y crisis, y gestión medioambiental.

Un estudio demuestra que el cambio climático ha golpeado los bolsillos de agricultores en todo el mundo.

Se trata de elementos esenciales para llevar a cabo una revolución energética sostenible de forma eficaz.

La transición hacia la economía circular resulta ya un cambio irreversible.

Cepsa y CSIC han firmado un acuerdo para investigar la viabilidad de plantar cultivos energéticos en zonas rurales.

Cepsa aspira a liderar la producción de hidrógeno verde en España y Portugal en 2030.

La dependencia fósil aún es muy elevada: acabar con ella nos obligará a hacer cambios tan profundos como dolorosos.

Las técnicas regenerativas permiten mejorar la productividad de los cultivos y el equilibrio de los ecosistemas.

En este desierto de Kuwait se llegaron a acumular más de 42 millones de neumáticos en desuso.

La reinvención verde de Cepsa abre un nuevo paradigma en el que España podrá convertirse en líder global.

Hasta 85 millones de empleos cambiarán a causa de la digitalización antes de 2025 en todo el mundo.

El sector agrícola está envuelto en polémicas en medio de la futura transición energética, tecnológica y económica.

El metano, si bien es un gas más efímero, también es 80 veces más potente que el dióxido de carbono.

El petróleo parece agotarse poco a poco y nuestros avances tecnológicos no parecen suficientes para poder sustituirlo.

La nueva normativa propone incorporar el transporte por carretera y la calefacción al mercado de CO2.

Si la aviación comercial fuera un país en la clasificación de emisiones ocuparía el puesto número seis.