TENDENCIAS
Advertisement
Sociedad

Grooming, deepfakes, sexting...

El problema del abuso sexual ‘online’

Save the Children presenta el informe ‘Redes que atrapan. La explotación sexual de la infancia y la adolescencia en entornos digitales’, realizado en colaboración con la Asociación Europea para la Transición Digital, en el que analiza las formas de explotación sexual que afectan a la infancia y la adolescencia en la red.

Artículo

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
17
septiembre
2025

Artículo

Según los últimos datos oficiales del Ministerio del Interior, en 2023 se registraron en España 4.896 denuncias por delitos cibernéticos contra niños, niñas y adolescentes, de los cuales 1.068 correspondían a delitos sexuales. «Estas cifras representan solo la punta del iceberg, ya que la mayoría de los casos no llegan a conocerse, en parte por la ausencia de denuncia y en parte por las dificultades en la detección, que aumenta cuando estos hechos tienen lugar en el entorno online», señala Catalina Perazzo, directora de Influencia y Desarrollo Territorial de Save the Children.

Recientemente la organización sin ánimo de lucro presentaba su informe Redes que atrapan. La explotación sexual de la infancia y la adolescencia en entornos digitales, realizado en colaboración con la Asociación Europea para la Transición Digital en el que analiza las formas de explotación sexual que afectan a la infancia y la adolescencia en la red.

Los datos ofrecidos por el informe, recabados a partir de una encuesta con más de 1.000 jóvenes participante entre los 18 y los 21 años, son demoledores: el 97% de los jóvenes encuestados afirman haber sufrido algún tipo de violencia sexual en entornos digitales cuando eran menores de edad. Entre los diferentes tipos de violencia sexual señalados, destacan el grooming, el sexting sin consentimiento o la difusión no autorizada de contenido íntimo. El informe también distingue las formas de abuso y explotación sexual online, incluyendo el consumo, producción y la difusión de material de abuso sexual infantil (la mal llamada «pornografía infantil»); la sextorsión, en la que los niños, niñas y adolescentes son coaccionados, chantajeados o amenazados para enviar material íntimo o sexual; el uso de herramientas de IA para crear este tipo de contenido y la exposición involuntaria a contenidos.

El 97% de los jóvenes encuestados afirman haber sufrido algún tipo de violencia sexual en entornos digitales

En el informe Save the Children señala que, en 2024, la NCMEC (organización mundial líder en la prevención y localización de niños y niñas víctimas de explotación sexual digital) registró más de 19,8 millones de denuncias relacionadas con material de abuso sexual infantil a nivel mundial, es decir, material que representa abuso o explotación sexual de niños, niñas y adolescentes. Estos contenidos pueden generarse a partir de abusos en entornos físicos o digitales, pero también pueden originarse en otro tipo de materiales, que no muestran actos sexuales explícitos pero sí desnudez o situaciones que presentan a la infancia desde una mirada sexualizada. Estos materiales de «zonas grises», según señala Perazzo, pueden ser fotografías cotidianas que son manipuladas confines de explotación sexual.

Los materiales de «pornografía infantil» también pueden ser creados mediante herramientas digitales: son los llamados deepfakes, imágenes falsas de contenido sexual creadas a partir de fotografías cotidianas. 1 de cada 5 jóvenes, según los datos de Save the Children, afirma que alguien ha compartido con otras personas imágenes creadas con IA mostrarle desnudo, siendo menor de edad, y sin consentimiento.

El problema del material autogenerado

Uno de los grandes problemas de la difusión de este material es cuando los contenidos son producidos por los propios niños, niñas y adolescentes. Puede ser voluntario o se puede dar por coacción o manipulación, mostrándose en posiciones sexualizadas, o en conductas más explícitas en lo que se conoce como sexting, o intercambio de material sexualmente explícito a través de las tecnologías. Un 27% de los chicos y chicas encuestadas enviaron mensajes, fotos o vídeos íntimos o sexuales suyos voluntariamente durante la infancia o adolescencia.

«Incluso cuando se realizan de forma voluntaria, estas conductas plantean riesgos, pues una vez compartido el contenido escapa al control de quien lo genera, abriendo la puerta a múltiples formas de victimización. Pueden ser redistribuidos sin consentimiento, utilizados por personas adultas con fines sexuales, utilizados para la sextorsión…», advierte Perazzo.

Así, más del 65% no perciben como un riesgo el envío o reenvío de imágenes sin el consentimiento de la persona menor de edad representada en ellas. Cuando se les pregunta por los motivos por los que compartieron imágenes o vídeos íntimos o sexuales de sí mismos: casi la mitad no sabían que podía ser peligroso (48%), el 46% cree que es algo normal o que no tiene consecuencias negativas, el 42% buscaba atención, afecto o validación, mientras que 4 de cada 10 esperaba ganar algo a cambio.

¿Cómo funciona la captación sexual en la red?

Según la investigación, una de las principales formas de captación sexual online es el grooming, que consiste en utilizar la manipulación, el engaño y la coacción para obtener materiales digitales de contenido sexual, generar encuentros sexuales en el ámbito digital o en el físico, o involucrar al niño o niña víctima en redes de explotación.

El 33% de los jóvenes encuestados por la organización declaran haber tenido contacto con una persona adulta con fines sexuales a través de Internet. Las vías de contacto son diversas: redes sociales como Instagram (68%) o X (44%), aplicaciones de mensajería como WhatsApp (48%) o juegos online y streaming (44%). La falta de conocimiento y de consciencia sobre el grooming puede ser un problema entre las víctimas potenciales: solo el 24% de los participantes manifestó saber lo que era, y solo el 17% supo identificar correctamente las conductas que lo caracterizan.

Solo el 17% de los jóvenes encuestados supo identificar correctamente las conductas características del ‘grooming’

El intercambio de material puede también derivar en formas de coacción o chantaje. En la encuesta, un 26% de jóvenes indicó que, siendo menores de edad, fueron presionados para enviar contenido íntimo o sexual; un 20% sufrió amenazas o chantajes para mostrar contenido erótico o sexual; y casi el mismo porcentaje fue amenazado o chantajeado con la difusión de materiales de contenido sexual en los que aparecían. Por género, las chicas reportaron con mayor frecuencia haber sido presionadas para enviar este tipo de contenido: un 28,5%, en comparación con un 18,4% de los chicos.

¿Cuál es el perfil del agresor?

Save the Children señala que existen patrones comunes entre los agresores sexuales en red que pueden ayudarnos a trazar un perfil común, que no único: la mayoría son hombres (el 93,4% de los detenidos e investigados por delitos de grooming en 2023 en España, según datos del Ministerio del Interior); la franja de edad más común fue de 18 a 25 años (con una media de 28 años); pueden actuar solo en el entorno digital (análisis oficiales indican que solo el 34% busca encuentros presenciales); no ocultan su identidad, lo que puede generar una falsa sensación de confianza; y no siempre son personas desconocidas (el 35% de los casos pertenece al entorno cercano del niño, niña o adolescente).

ARTÍCULOS RELACIONADOS

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME