La erótica del humor
Aunque el físico es el factor que más influye cuando se habla de atracción sexual, el sentido del humor también juega un papel importante, especialmente cuando se busca una relación a largo plazo.
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Cuando a una persona le piden que describa a su pareja ideal, el sentido del humor suele estar entre las características imprescindibles o, cuando menos, deseadas. Y es fácil entender por qué. Tener a alguien gracioso al lado puede hacer el día a día divertido y poco estresante, y conduce, a lo largo de los años, a una vida más agradable.
Habría que describir primero, quizá, qué entendemos por sentido del humor. No hablaríamos, por supuesto, del sarcasmo o la ironía, u otros mecanismos velados para dar rienda suelta al mal carácter. Pero aún dentro del sentido del humor «sano», es evidente que lo que a una persona le hace mucha gracia, a otra le puede aburrir. Por lo tanto, en una relación, más que buscar a alguien gracioso, se valora a alguien con un sentido del humor compatible. Reírse juntos de las mismas cosas es fundamental para que dos personas se enamoren, y para que se mantengan felices durante muchos años. De hecho, según el psicólogo Enrico Gnaulati, el humor es un predictor clave de la compatibilidad a largo plazo de una pareja.
¿Juega también un papel en la atracción? Es habitual escuchar que los «feos» graciosos ligan más que los «guapos» sosos. Hay muchos factores que influyen en el nivel de atractivo (si es que se puede hablar en estos términos) de una persona, pero no nos equivoquemos, el físico es el que más cuenta en un primer momento. Aunque hay teorías para todos los gustos, está mayoritariamente aceptado que decidimos si alguien nos gusta o no antes de tener la oportunidad de conocer su inteligencia o su sentido del humor. Según la antropóloga Helen Fisher, lo sabemos tras los primeros tres minutos de conocer a alguien, y se trata de un proceso inconsciente: es lo que se denomina muchas veces como amor a primera vista.
El humor es un predictor clave de la compatibilidad a largo plazo de una pareja
Lo que más nos ayuda a decidir así de rápido si alguien es interesante o no para una cita es su atractivo físico. Se suele hacer referencia a rasgos que se identifican con la salud, la juventud y la fertilidad y que funcionarían como resortes primitivos en nuestro córtex cerebral: caras simétricas, color saludable en la piel, los ojos o los dientes, caderas anchas en el caso de las mujeres, hombros anchos en el de los hombres… Pero, como criaturas sociales, esos rasgos que nos atraen estarían tamizados por las modas culturales y los estereotipos de belleza en cada sociedad.
¿Y dónde queda aquí el ingenio? Al igual que la inteligencia, la creatividad o la bondad, en ningún sitio en especial. Hay investigaciones que apuntan a que el sentido del humor podría ser indicativo de «buenos genes», correlacionando, por ejemplo, con un mayor coeficiente intelectual, pero no es algo conclusivo. Lo más probable es que, como seres racionales, sepamos que una dentadura perfecta no nos asegura años de felicidad. Por eso, más allá de los tres minutos iniciales, hay otros factores que contribuyen, a fuego lento, a que alguien nos parezca atractivo para iniciar una relación.
Por otro lado, no hay que descartar la posibilidad de que, tras elegir a la persona de buena dentadura, decidamos que además es graciosa. Investigadores de la universidad de Bath sostienen que el atractivo físico en los hombres hace que sean percibidos con mayor probabilidad como «graciosos», cosa que no sucede tanto en las mujeres.
En cualquier caso, lo que dejan claro numerosos estudios es que la belleza física tiene una influencia muy alta en las relaciones pasajeras, pero menor en los emparejamientos a largo plazo. Como defienden los psicólogos Michelle Tornquist y Dan Chiappe, el sentido del humor no sería exactamente un marcador de calidad genética. Tampoco, como apuntan algunos autores, una herramienta que indicase interés en una relación. El sentido del humor funcionaría como una herramienta para testar la compatibilidad dentro de la pareja, algo que no es muy relevante en relaciones de una noche, pero sí cuando se busca al «amor de tu vida».
Así, el humor nos permitiría transmitir información de forma natural sobre nosotros mismos y sobre nuestros valores y conocimientos, así como identificar a individuos similares en esos aspectos. Algo que ocurre en el amor, pero también en la amistad y en otro tipo de relaciones: encontrar a alguien con quien reírte, y al que le divierten las mismas cosas que tú, indicaría que podréis trabajar y pasarlo bien juntos. Por eso las parejas con un sentido del humor similar tienen más probabilidad de permanecer juntas muchos años.
Reír juntos aumenta la producción de hormonas como la serotonina o la oxitocina
Además, defienden que el humor también influye en lo atractivo que nos parece alguien. Quizá no en un primer momento, pero sí posteriormente. Así, la información que uno descubre poco a poco sobre una potencial pareja, como su sentido del humor, puede hacer que aumente o disminuya su atractivo. Aunque, una vez más, esto es más evidente en los hombres que en las mujeres.
En general, el sentido del humor, en las relaciones heterosexuales, es más apreciado por el género femenino. Aunque tanto unas como otros afirman que el sentido del humor es importante en una posible pareja, las primeras valoran especialmente la capacidad de ellos para hacerlas reír, y que aplaudan sus chistes es un extra; para los segundos, es al contrario.
En cualquier caso, lo que está claro es que el sentido del humor es algo buscado por hombres y mujeres a la hora de establecer cualquier relación significativa a largo plazo y, especialmente, una romántica. Es lógico que así sea: reírse juntos aumenta la producción de hormonas como la serotonina o la oxitocina, que hacen sentir mayor conexión emocional, mayor deseo sexual o mayor felicidad. Tres ingredientes que parecen clave para una historia de amor duradera y satisfactoria.
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