Breve historia del chiste

Artículo

Traver Pacheco

@traverps

Los primeros trazos del humor se encuentran en los antiguos diálogos teatrales de la comedia griega. Aristófanes, un maestro del humor en el siglo V a.C., empleó ingeniosos juegos de palabras y situaciones cómicas para reflexionar acerca de la sociedad de su tiempo. Sus obras y su particular estilo, basado en un ritmo rápido, personajes caricaturescos y recursos como la ironía, el sarcasmo o la parodia para resaltar las contradicciones y los vicios de la sociedad dejaron un importante legado e influencia en la literatura clásica. Desde entonces, el chiste ha experimentado una metamorfosis constante, adaptándose a diferentes épocas y culturas.

Durante la Europa medieval, los bufones y juglares desempeñaban un papel crucial en la transmisión del humor y la sátira. Estos artistas itinerantes, a menudo vestidos de manera extravagante, recorrían ciudades y pueblos llevando consigo historias y comentarios satíricos. Tal como recoge el libro Fools and Jesters at the English Court de John Southworth, su función no se limitaba solo a entretener a las cortes reales, sino que desafiaban las normas sociales y políticas arraigadas en la sociedad medieval. Al utilizar la crítica disfrazada de entretenimiento, estos artistas lograban cuestionar las estructuras establecidas, proporcionando a la población una vía para reflexionar en un contexto donde la libertad de expresión estaba limitada.

Sin embargo, no fue hasta la invención de la imprenta en el siglo XV cuando se produjo una revolución en la forma en que se distribuían los chistes. Por aquel entonces, las caricaturas y sátiras gráficas se convirtieron en herramientas poderosas para comentar lo que ocurría en política. Artistas como James Gillray en la Inglaterra del siglo XVIII utilizaban sus ilustraciones para ridiculizar a figuras públicas y abordar cuestiones sociales.

El chiste ha experimentado una metamorfosis constante, adaptándose a diferentes épocas y culturas

A partir del siglo XIX, la popularización de los periódicos humorísticos marcó otro hito en la evolución del chiste en Europa. Punch, fundado en 1841 en el Reino Unido, o Charlie Hebdo, establecido en 1970 en Francia, se convirtieron en destacadas plataformas para la sátira y el chiste político. Estos medios no solo llegaron a un público más amplio, sino que también fueron grandes influyentes de la identidad satírica moderna.

La risa ha sido objeto de estudio en las últimas décadas por numerosos investigadores que han explorado sus beneficios para la salud y su papel en las relaciones sociales. Estudios como «El sentido del humor» del psicólogo Paul E. McGhee abordan la relación entre el humor, la risa y el bienestar emocional; «El papel de la risa en la resiliencia psicológica» de Steven J. Wolin examina cómo el humor puede contribuir a la capacidad de las personas para hacer frente a situaciones difíciles y superar el estrés; y otros como «Risa y salud: Perspectivas actuales y futuras» de Lee Berk y Stanley A. se han centrado en explorar los efectos fisiológicos de la misma en el sistema inmunológico y cardiovascular.

Además, un largo estudio realizado por la Universidad de California, en Berkeley, demostró que las parejas que se ríen juntas y se enfrentan a situaciones adversas con humor, al atenuar las situaciones de tensión, tienden a ser más felices en sus relaciones y a permanecer juntas más tiempo.

En la actualidad, con la llegada de la era digital, el chiste ha encontrado nuevas formas de expresión a través de los memes, videos virales y redes sociales. Plataformas como Twitter, TikTok o Reddit se han convertido en espacios donde el humor se esparce de manera instantánea. Estudios como «Humor in the Age of Digital Reproduction» de Milner, R. M. afirman que estos elementos visuales, a menudo compartidos de manera masiva, pueden abordar desde situaciones cotidianas hasta eventos de relevancia global, creando un lenguaje humorístico globalizado que une a personas de diversas partes del mundo.

Y es que el chiste ha sido un fiel compañero a lo largo de la historia humana. Desde sus modestos inicios en la antigua Grecia hasta su expansión en la era digital, el chiste ha evolucionado, entretenido, y, en ocasiones, desafiado las normas de su tiempo. Su capacidad para generar risas y conectar a las personas trasciende las barreras del tiempo y la tecnología, dejando claro que, sin importar cuán avanzada sea la sociedad, el chiste seguirá siendo siempre un elemento esencial de las relaciones sociales.