Sociedad

El eterno debate entre las horas y la productividad

Aunque la evidencia apunta a que pasar más horas trabajando no es sinónimo de productividad, algunos de los grandes empresarios sostienen lo contrario.

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22
enero
2024

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Durante años la idea del «trabajar más horas equivale a ser más productivo» ha sido el mantra del mundo laboral. Sin embargo, la cultura laboral parece que está empezando a cambiar en los últimos tiempos de la mano de numerosos estudios y la experiencia de líderes empresariales, que sugieren que esta conexión directa entre tiempo y productividad no es tan evidente como podría parecer.

Un estudio de John Pencavel, investigador de la Universidad de Stanford, revela que la productividad comienza a disminuir cuando hay un exceso de horas trabajadas. Este análisis contradice la creencia común de que más horas en el lugar de trabajo automáticamente se traducen en un rendimiento mejorado. De hecho, el mismo estudio destaca que aquellos que trabajan 70 horas a la semana no producen más de lo que lo harían sus homólogos que trabajan 55 horas.

El profesor Pencavel sostiene que la productividad no es una línea ascendente infinita relacionada con el tiempo invertido. En cambio, sugiere que existe un punto de rendimiento óptimo que, una vez superado, conduce a un declive en la eficiencia. Este punto de inflexión es crucial para comprender por qué trabajar más horas no garantiza automáticamente una mayor productividad.

Un estudio de Stanford revela que la productividad comienza a disminuir cuando hay un exceso de horas trabajadas

Si buscamos referentes en el mundo empresarial, Bill Gates, se ha mostrado en esta línea en diversas ocasiones. El fundador de Microsoft afirma que la obsesión por las largas jornadas laborales es contraproducente y que deberíamos centrarnos en cómo trabajar de manera más inteligente en lugar de simplemente trabajar más. «No confundas actividad con logro», dice Gates, subrayando la importancia de la eficiencia sobre la cantidad de tiempo dedicado al trabajo.

En realidad, la calidad del tiempo invertido en una tarea es más importante que la cantidad de tiempo. La teoría de las cuatro horas de trabajo de Tim Ferriss respalda esta idea. Ferriss, autor La semana laboral de cuatro horas, aboga por identificar y concentrarse en las tareas verdaderamente significativas, eliminando las distracciones y evitando la procrastinación. Según el empresario e inversor, solo unas pocas horas enfocadas en las tareas clave pueden superar fácilmente la productividad de días enteros de trabajo desorganizado.

Pero, a pesar de que la mayor parte de la evidencia y grandes cabezas pensantes del mundo industrial defiendan que trabajar más horas no es sinónimo de productividad, otros empresarios no están a favor.

El mejor ejemplo lo encontramos en Elon Musk, que ha expresado su creencia en la conexión directa entre trabajar más horas y el éxito. «Si alguien trabaja 50 horas a la semana y otro trabaja 100, puedes esperar que el segundo logre el doble de lo que el primero hace», dijo el líder de Tesla y SpaceX en una entrevista. Una declaración que resalta la perspectiva de que el tiempo invertido en el trabajo no solo se correlaciona con la productividad, sino que puede ser un factor determinante en el logro de objetivos ambiciosos.

Por otro lado, podemos encontrar la regla de las 10.000 horas popularizada por Malcolm Gladwell en su libro Outliers, que respalda la idea de que la dedicación intensiva en una tarea es esencial para alcanzar la maestría. El sociólogo sugiere que se requieren aproximadamente 10.000 horas de práctica deliberada para alcanzar un nivel de excelencia en cualquier campo. Si aplicamos esta lógica al ámbito laboral, podría argumentarse que aquellos que invierten más tiempo en sus ocupaciones tienen más probabilidades de alcanzar un rendimiento sobresaliente.

Sin embargo, investigaciones en neurociencia respaldan la idea de que el cerebro humano no está diseñado para funcionar en modo constante. Descansos regulares y períodos de descanso son fundamentales para mantener un rendimiento cognitivo óptimo. Un estudio de la Universidad de Illinois encontró que breves pausas durante el día pueden mejorar significativamente la atención y la productividad.

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