Siglo XXI

Modo monje activado

Un nuevo término viral dice ser la clave para desconectar de las pantallas y mejorar la productividad. El ‘hashtag’ #monkmode acumula millones de visualizaciones en redes sociales, pero la pregunta es: ¿funciona?

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13
diciembre
2023

«Claves para dejar de procrastinar», «10 trucos para eliminar la pereza», «Tips para concentrarte mejor». En los últimos años, la cantidad de tutoriales, consejos, ejercicios y estrategias que buscan enseñar cómo evitar la procrastinación han crecido de forma exponencial. Por eso no sorprende que este año se haya hecho viral en redes sociales el hashtag «monkmode», con más de 82 millones de visualizaciones en TikTok.

A diferencia de la «técnica pomodoro», que consiste en trabajar durante 25 minutos y luego descansar 5 minutos, el «modo monje» pretende eliminar todas las distracciones durante un tiempo lo suficientemente largo para llegar a un estado de concentración que permita la productividad.

El efecto, al parecer, lo logra el hecho de que este nuevo método no plantea la opción de hacer pausas que permitan volver a conectarse con los distractores. Esto, sobre todo, porque a veces resulta difícil salir de ellas y recuperar la motivación para retomar las tareas. Como dijo el CEO de 32 años Josh Wood en Business Insider: «Es preferible el método del modo monje porque puedo entrar en el estado de inmersión durante mucho más tiempo y no distraerme; como no hay pausas, hay menos tentación de hacer algo improductivo».

Pero, entonces, ¿en qué consiste? La idea es eliminar tantas distracciones como sea posible y mantener esas condiciones durante largos periodos de tiempo: desactivar las notificaciones del teléfono celular, dejarlo en otra habitación o, directamente, apagarlo, bloquear las redes sociales en el computador, abrir solo las pestañas necesarias, revisar el correo electrónico solo en momentos específicos y elegidos previamente, evitar conversaciones innecesarias, pedir a los miembros de la familia o compañeros de trabajo que no haya interrupciones y ahogar el ruido externo.

El «modo monje» propone eliminar todas las distracciones posibles y mantener esas condiciones durante largos periodos de tiempo

El «modo monje» tiene una serie de pasos. Primero, se deben definir los objetivos, ojalá de forma medible, con fechas de comienzo y fin, para tener en mente todas las metas y poder priorizarlas. Habrá que decidir también durante cuánto tiempo se mantendrá el modo «activado», ya sean minutos u horas. Las recomendaciones coinciden en que estos tiempos vayan aumentando paulatinamente.

También es necesario llevar una agenda de tareas que permita delimitar los momentos que se dedicarán a trabajar y los que serán para descansar. De esta manera, podrá comenzar a crearse una rutina diaria que elimine los malos hábitos e instaure unos nuevos, más saludables y enfocados. Asimismo, quienes se están dedicando a poner en marcha el «modo monje» en su día a día recomiendan cuidar la salud física y mental, optando por dormir lo suficiente, comer sano y hacer ejercicio.

En general, el #monkmode apunta a construir rutinas que emulen la actitud disciplinada –y concentrada– de los monjes, para, así, conseguir un estado de atención plena que permita enfocarse solo en las tareas que se han propuesto.

Distractores ‘everywhere’

Está claro que, hoy en día, en la era de la atención –o de la distracción–, concentrarse en una sola tarea se ha hecho cada vez más difícil. Cientos de notificaciones, anuncios, posts, reels y videos saltan a nuestros ojos cada vez que tenemos al frente algún dispositivo. Y, por más disciplinada que sea una persona, es fácil «caer en la tentación» de la red. Y cómo no, si hay todo un engranaje tecnológico que trabaja específicamente para que nosotros hagamos scroll un minuto más, solo uno, otro, y otro más, hasta pasarnos horas enteras en redes sociales y plataformas.

Según Gloria Mark, profesora del Departamento de Informática de la Universidad de California en Irvine, el trabajador estadounidense medio se distrae una vez cada tres minutos aproximadamente. Poco importa si el cambio de una actividad a otra sea para contestar el teléfono o responder a un email o que se deba a una autointerrupción constante.

Quizás ahí está el motivo por el cual se hacen virales los métodos de productividad como el «modo monje». Nos hemos acostumbrado tanto a las distracciones que, a veces, somos nosotros mismos nuestros propios autodistractores.

De allí que ahora estén de moda las cajas de bloqueo –también llamadas cajas «rompehábitos» o cárceles de tiempo y autocontrol para iPhone/Android–. Estas funcionan de tal manera que el usuario introduce su smartphone y activa el temporizador para que, sin importar cuánta «nomofobia» pueda desatarle, no pueda acceder a su teléfono hasta que se cumpla el plazo establecido.

Básicamente, se trata de ser un Ulises de nuestros tiempos, que se ata al mástil para no sucumbir a la tentación de las sirenas.

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