Medio Ambiente

¿Para qué sirve un zoo en el siglo XXI?

Durante décadas, estos parques han sido objeto de regocijo para cientos de niños y no tan niños. Sin embargo, los ojos con los que se miran estos espacios han ido cambiando en los últimos años.

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21
septiembre
2023

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El primer atisbo conocido de un zoológico se remonta a la antigua Mesopotamia, con los Jardines Colgantes de Babilonia. Alrededor de 3500 a.C., los reyes babilonios tenían esta maravilla del mundo antiguo que albergaba, entre una exquisita vegetación, animales salvajes como leones y aves rapaces. La antigua China también desempeñó un papel importante en la historia del zoo, cuando la dinastía Tang (618-907 d.C.) creó varios parques con animales. En Europa tendríamos que esperar hasta 1664, cuando Luis XIV inauguró la casa de fieras real de Versalles. Todos estos espacios compartían la misión de mostrar la riqueza, el poder del gobernante o, sencillamente, decorar. Además, ninguno estaba abierto para el público general, solo unos pocos afortunados –las clases altas, generalmente– tenían acceso.

El primer zoo moderno, ideado con una visión educativa, es el de Viena, que fue abierto en 1765. Con el tiempo, la misión formativa se ha ido imponiendo, a la vez que se ha complementado la exposición de animales exóticos con el estudio científico de las fieras, su conservación y la protección de especies amenazadas.

En la actualidad, en España hay alrededor de 60 parques abiertos de este tipo, la mayoría inaugurados en el siglo XX con la visión de exhibición y preservación animal. Probablemente, el lector de estas líneas haya paseado en su infancia por uno de ellos. Durante décadas han sido lugares de esparcimiento, ilusión y descubrimiento para los más pequeños –y no tan pequeños–. A pesar de su éxito pasado, en los últimos años la mirada de la sociedad hacia los zoos ha ido cambiando por la mayor concienciación sobre el respeto animal, el cambio de sensibilidades o la posibilidad de conocer animales salvajes a través de las pantallas. Por ello muchos se preguntan: ¿para qué sirve un zoológico en pleno siglo XXI?

En Europa hace décadas que no se capturan animales salvajes para zoológicos

Antes de continuar buscando respuestas en la ley y en los propios parques, conviene recordar que en Europa hace décadas que no se capturan animales salvajes para zoológicos. La mayoría llegan a través de proyectos europeos de cría procedentes de otros parques y su intención es la preservación de la especie. Otros ejemplares son fieras que estaban al borde de la muerte, que han sido abandonadas o que acaban en los parques tras ser rescatadas del tráfico ilegal.

¿Qué dice la ley? El Convenio sobre diversidad biológica de las Naciones Unidas contempla la conservación ex situ: «La conservación de componentes de la diversidad biológica fuera de sus hábitats naturales». Si miramos en nuestras fronteras, la Ley de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos nació en 2003 en «un contexto de gran preocupación social por el medio ambiente y por el bienestar de los animales, [y] exige a los parques zoológicos nuevos requisitos con contenido principalmente ambiental», según reza un informe del Ministerio de Medio Ambiente. El documento señala que la novedad en esta ley «radica en la contribución que los parques zoológicos pueden hacer a la conservación de la biodiversidad incorporando en su actividad las medidas de conservación. Aludiendo a aspectos distintos como la sanidad y el bienestar animal, el estudio y la investigación, la educación y la seguridad públicas, todas las medidas deben estar orientadas a un objetivo principal: la protección de la fauna silvestre y la conservación de la biodiversidad».

Y, ¿qué dicen los zoos? El doctor en Biología y director de la Fundación Loro Parque, Javier Almunia, defiende en una charla con El Español que el zoo moderno debe regirse por unas líneas de actuación muy concretas: el rescate de animales en problemas, la concienciación social de los problemas medioambientales, la conservación de especies en peligro de extinción y la investigación científica para ampliar nuestro conocimiento sobre la fauna y su hábitat.

El zoo moderno debe ser un espacio para la concienciación social, la conservación de especies y la investigación científica

Asimismo, Almunia plantea la siguiente cuestión: «Imagina que hiciésemos caso a los activistas más desbocados y cerrásemos efectivamente los zoológicos. Después de eso, ¿no necesitaríamos crear unas instalaciones donde poder curar animales heridos o desplazados, rescatar y conservar especies amenazadas, dar cobijo y cuidado veterinario a ejemplares capturados ilegalmente o abandonados, estudiar, investigar y ampliar nuestro conocimiento de la fauna, concienciar a la población de la necesidad de resguardar el medio ambiente y las especies que en él habitan? ¿Dónde colocarías todos esos animales?». Y concluye diciendo que, «en realidad, necesitaríamos crear nuevamente instalaciones como las que ya existen que se volvieran a ocupar de los mismos objetivos que actualmente ya tiene un zoológico moderno».

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