La empresa inclusiva, o el espejo de una sociedad diversa

Artículo

Luis Meyer

Ilustración

Yvonne Redin

«La diversidad en las organizaciones permite que sean más inclusivas, con mayor riqueza, ideas, culturas y estilos de vida, lo que conduce a una cultura empresarial mejorada». Esta es la conclusión de un reciente artículo de la edición estadounidense de Forbes, sobre la importancia de la inclusión en la empresa. Otro artículo de Harvard Business Review asegura que «puede establecerse una relación clara y medible entre las personas con alguna discapacidad y su buena productividad» y que, por tanto, «las habilidades y los talentos que encarna este colectivo deben fomentarse, teniendo en cuenta las virtudes provocadas por la discapacidad en lugar de los perjuicios creados por ella».

En esta línea, el presidente de la Confederación Empresarial de Madrid, Miguel Garrido, opina: «Las empresas tenemos la obligación de ser rentables para crecer y crear empleo, y en el centro deben estar las personas; la clave para lograr ser más competitivas es que sientan la empresa como algo propio, no solo con políticas retributivas, sino logrando que se sientan orgullosas de lo que hace la compañía, y eso incluye esas políticas de diversidad e inclusión que generan un mejor clima de trabajo que se traduce en más productividad».

Garrido intervino así en el acto de entrega de la 18ª edición de los Premios Fundación Randstad, avalado por datos. Un estudio de la consultora McKinsey alumbra que las empresas inclusivas son hasta un 33% más rentables; según una investigación del analista de mercados globales y divulgador Josh Bersin, estas compañías «tienen 1,7 veces más probabilidades de ser innovadoras», y una encuesta de Glassdor demostró que «un alto porcentaje de empleados o candidatos a un puesto no se presentaría a una empresa que no contase con una gran diversidad».

La inclusión, en definitiva, va mucho más allá de tener una función social: por un lado, las personas con alguna discapacidad suelen mostrar una motivación y entrega superior a la media, y despliegan su talento al máximo en los puestos que ocupan; por el otro, la plantilla en general siente una mayor identificación y pertenencia con la organización si promueve la integración y la diversidad. Esto es lo que valoran los Premios Fundación Randstad, que acaban de cumplir «la mayoría de edad», y en los que este año han participado más de 150 candidatos: tienen como principal objetivo reconocer las mejores iniciativas de empresas, instituciones y personas que trabajan por impulsar la igualdad de oportunidades en el empleo y la integración laboral y social de las personas con discapacidad. Este año los ganadores han sido Acciona, La Casa de Carlota, Universitat Jaume I, Fundación ONCE, Samsung y Mireia Cabañes.

Jesús Echevarría, presidente de la Fundación Randstad: «Los premiados de hoy demuestran que vamos por el buen camino en la inclusión, pero queda mucho por hacer»

«Los premiados de hoy demuestran que vamos por el buen camino, pero queda mucho por hacer», advierte Jesús Echevarría, presidente de la Fundación Randstad, y recuerda los últimos datos del INE: entre las personas con alguna discapacidad hay un desempleo del 22%, casi el doble que la tasa global; y mientras un 72% de la población activa muestra su intención de trabajar a corto plazo, este porcentaje baja al 35% en el caso de colectivos vulnerables. «Para mejorar esta situación, en Fundación Randstad llevamos trabajando 19 años en tres pilares fundamentales: sensibilización, formación e inclusión». La directora de esta institución, María Viver, ha recordado que en este tiempo la Fundación Randstad ha atendido a más de 54.000 personas con discapacidad y en riesgo de exclusión, y 23.000 han encontrado un puesto de trabajo: «Esto tiene un efecto multiplicador, porque también estamos impactando en sus familias y en las empresas en las que trabajan».

Roberto Fernández, director de Prevención de Riesgos Laborales de Acciona, galardonada este año por la integración laboral de personas con discapacidad en la categoría de gran empresa, ha recordado que «más allá de la estrategia de la compañía en inclusión, uno de los pilares son las personas que están detrás, que la impulsan día a día con ilusión para que siga adelante». José María Batalla, CEO y fundador de la agencia de publicidad La Casa de Carlota, que recibía el premio en la categoría de pyme, añade: «La diversidad es que te inviten a la fiesta, pero inclusión es que te inviten a bailar;  la diversidad es sostenibilidad, porque es progreso humano, pero por desgracia, aún hoy, me cuesta ver cómo se pasa de las palabras a los hechos, por eso es tan bueno que haya tantas iniciativas como las que han participado en esta edición». En esta línea, Elsa González, vicerrectora de la Universitat Jaume I, también premiada, recuerda la necesidad de «generar espacios, ecosistemas, en los que todos seamos parte sin exclusión, donde se facilite que las personas con alguna discapacidad puedan formarse también en un titulación superior».

Los Premios Fundación Randstad acaban de cumplir «la mayoría de edad» en un edición en la que han participado más de 150 candidatos

Miguel Ángel Ruiz, Head of Brand Strategy & Innovation de Samsung España, galardonada en la categoría de innovación tecnológica orientada a favorecer la inclusión sociolaboral de las personas con discapacidad, ha recordado que «el retorno de las medidas inclusivas no puede medirse en el dinero invertido, sino en los proyectos humanos, en lo que te devuelven las personas, ese es el verdadero valor de una empresa, y lo que te anima cada mañana para ir a trabajar». En esta línea, José Luis Martínez, director de la Fundación ONCE, reconocida en esta edición por la difusión de la cultura y el conocimiento, y la normalización de la discapacidad, ha añadido: «Que personas de este colectivo puedan plantearse vivir del arte, gracias a iniciativas como la Bienal de Arte Contemporáneo, es un gran paso; pero queda muchísimo por recorrer».

Un camino que requiere de personas «con compromiso y liderazgo inspirador», cualidades que precisamente dan el nombre a otra de las categorías de los Premios Fundación Randstad, que este año ha recibido la surfista profesional Mireia Cabañes, la joven que aprendió a dominar este deporte con una pierna ortopédica (fue amputada por un cáncer) y hoy se dedica a motivar a personas que están en situaciones similares a la suya: «La cantidad de proyectos maravillosos de esta edición demuestra que lo estamos haciendo bien, y yo soy optimista: entre todos, lograremos un mundo más inclusivo, un mundo mejor».