Inclusión, diversidad, visibilidad: el secreto del talento
Sabemos que somos diferentes y que es precisamente eso lo que nos enriquece como sociedad. La Fundación Adecco y la Fundación CEOE han logrado reunir a 60 presidentes y consejeros delegados de las principales compañías del país para dar un paso al frente en la búsqueda de talento sin barreras.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2018
Artículo
«Señoras y señores de la Academia, ustedes han distinguido como mejor actor revelación a un actor con discapacidad. Ustedes no saben lo que han hecho. Me vienen a la cabeza tres palabras: inclusión, diversidad, visibilidad». Casi cuatro millones de espectadores escucharon en directo esos tres vocablos mágicos a través de su pantalla el pasado mes de febrero durante la retransmisión de la gala de los Premios Goya. Varios millones más lo hicieron en los vídeos que se compartieron sin parar en las redes sociales. Y, aunque –por desgracia– no son palabras que se escuchen habitualmente en prime time, esta vez lo hacían de la mano de un intérprete de lujo: Jesús Vidal, protagonista de una de las cintas triunfadoras de la noche, que se llevaba el cabezón por su trabajo en Campeones, de Javier Fesser. Nadie mejor que él sabe lo que significan: con solamente un 10% de visión, logró licenciarse en Filología Hispánica y hacer el máster de Periodismo de la Agencia EFE, además de cursos en varias escuelas de artes escénicas y en el Centro Dramático Nacional.
Como sucede con frecuencia, la cinta de Fesser –que, además de la que ganó Vidal, logró llevarse a casa otras dos estatuillas, incluida la de mejor película– puso en imágenes una historia de superación equiparable a algunas que casi todo el mundo conoce pero que, sin embargo, no suelen contarse en la gran pantalla. Además, sentaba un precedente muy importante nunca visto en el cine español: es la primera cinta protagonizada no por actores profesionales, sino por personas con discapacidad intelectual. «Ellos entienden que es un proyecto que les coloca en el mismo lugar donde estamos nosotros y donde deben estar. Más allá de trabajar en una buena o mala película, estamos trabajando en algo que puede ayudar a derribar barreras», comentaba el propio director. Y, además de la lucha por la inclusión y la normalización de la diversidad, también logró la tercera palabra que mencionaba Vidal en su discurso: visibilidad. Más de tres millones de personas la vieron en las salas de cine.
Sin embargo, pese a esas abrumadoras cifras de taquilla, trasladar la diversidad intrínseca a la sociedad para que sea igual de visible en el ámbito laboral aún es una tarea pendiente. Hace poco más de un año, un estudio elaborado por la Fundación Adecco concluía con un pronóstico aterrador: si seguimos como hasta ahora, la plena inclusión de personas con discapacidad no será real hasta el año 2249. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 64,8% de las personas con discapacidad en edad laboral no tiene empleo ni lo busca, porcentaje que baja hasta el 22% entre las personas que no la tienen.
Francisco Mesonero: «Una corporación que no es diversa está condenada a desaparecer»
Pisar el acelerador de la máquina del tiempo y que estos 230 años no sean tantos requiere un trabajo inmenso, y no solo para hacer la sociedad y las empresas más diversas e inclusivas con las personas con alguna discapacidad. Los datos también indican una gran montaña que escalar para las mujeres –el Foro Económico Mundial calcula que aún necesitaremos más de un siglo (115 años, para ser exactos) hasta alcanzar la igualdad real con respecto a los hombres– o las personas LGTBI –según estimaciones de la OCDE, los miembros de este colectivo tienen un 7% menos de posibilidades que el resto de la población de conseguir un empleo y, cuando lo hacen, ganan un 4% menos que los demás–.
La alianza CEO por la Diversidad tiene como principal objetivo ganarle la batalla a esas cifras e impulsar la innovación en estrategias de diversidad, equidad e inclusión en las empresas españolas. La iniciativa, impulsada por la Fundación Adecco y la CEOE, ha logrado reunir a 60 presidentes y consejeros delegados (CEO) de las principales compañías del país con el compromiso firme de impulsar y acelerar la implantación y desarrollo de las estrategias que contribuyan a la excelencia empresarial, la diversidad, la competitividad del talento en España y la reducción de la desigualdad y la exclusión.
Los directivos, catalizadores de inclusión
«Las empresas vamos a tener que ir adaptando nuestras políticas al talento que queremos atraer, más que viceversa. La única manera de ser sostenibles va a ser adoptando este tipo de cultura inclusiva y con un talento diverso», afirma Lourdes López, directora general de Becton Dickinson, que destaca el papel de los CEO de las compañías que están firmando esta iniciativa en primera persona. «Desgraciadamente, en muchas empresas todavía es el departamento de Recursos Humanos el que se encarga de este tipo de tareas. Por parte de la empresa privada todavía tenemos muchos sesgos inconscientes. Aunque pensemos que ya somos muy diversos, hay bastante camino por trabajar, mucho por compartir, muchas políticas que implementar y, sobre todo, mucho esfuerzo por integrarlo como parte de nuestra cultura», insiste.
Antonio Garamendi: «Desde la CEOE estamos cogiendo la bandera para liderar los ODS: es necesario el compromiso empresarial con ellos»
Precisamente, reducir los sesgos inconscientes es uno de los problemas que plantea –y que también tiene que resolver– la tecnología si no se quiere renunciar al talento de potenciales empleados. «No queremos renunciar al 50% del talento en el caso de las mujeres o de las personas con discapacidad. Requerimos de talento y estamos en escasez de él, por lo que es importante, sobre todo, poder contar desde la base con todas las posibilidades que el mercado laboral ofrece», concluye Francisco Bermúdez, CEO de Capgemini. En esa misión, la inteligencia artificial puede ser un gran aliado… o un nuevo enemigo. Ya se han dado casos conflictivos: hace unos meses, Amazon reconoció haber «despedido» al algoritmo que utilizaba en la selección de personal al detectar que el programa estaba aplicando un sesgo sexista y discriminatorio con las mujeres.
«La no discriminación configura uno de los principios fundamentales del trabajo, y la desigualdad persistente es una amenaza para la justicia social. Vivimos en una época de cambios vertiginosos que ofrecen nuevas oportunidades y también presentan riesgos. La revolución digital o la transición energética son absolutamente imprescindibles pero existen tendencias demográficas desiguales que empujan un crecimiento de los movimientos migratorios y nuevas demandas para la igualdad de género», incide por su parte Joaquín Nieto, director general de la Organización Internacional de Trabajadores (OIT), que también subraya la necesidad de «acompañar a las personas que sufrirán las desigualdades en esta transición para que nadie se quede en la cuneta».
«Hace muchos años, a esto se le llamaba humanismo, que consiste en poner a la persona en el centro, también en la empresa. Cuando hablamos de los ODS, desde la CEOE estamos cogiendo la bandera para liderarlos, porque es importantísimo el compromiso empresarial con ellos», explica Antonio Garamendi, presidente de la patronal. «Hay que tener en cuenta que en España hay 4.500 empresas de más de 250 trabajadores. El resto, hasta dos millones y pico, son pequeñas y medianas. Y es a esas a las que tenemos que acabar movilizando también. El fin último es que todo el tejido empresarial español acabe asumiendo esas nuevas prácticas con los ODS como espina dorsal», añade por su parte Borja Echegaray, director de la Fundación CEOE.
Magdalena Valerio: «Los negocios globales se enfrentan a nuevos desafíos que implican formación, diálogo y sensibilización»
Bajo ese mantra pinkeriano de que «el progreso sin humanismo no es progreso», el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, incide en la necesidad de que «la dignidad sea la esencia de todo lo que hacemos». Hace unos meses, él mismo insistía en la necesidad de que las propias empresas se adaptaran a la sociedad en la que están y que, por tanto, «una corporación que no es diversa no es sostenible y está condenada a desaparecer, porque no entiende ni se adapta a lo que se vive fuera de ella». Una visión que comparte Narcís Roura, CEO de PepsiCo en España: «En el futuro, o se está en la diversidad, en la inclusión y en la equidad o no se estará. Compañías que no abracen estas iniciativas y estos principios serán excluidas incluso por los consumidores», pronostica.
Para llegar al final de ese camino, hace cuatro años se firmaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), diecisiete puntos para lograr un mundo más justo antes del año 2030. En el octavo de estos puntos, los miembros de la ONU se comprometían a lograr empleo pleno y productivo y un trabajo decente para todos los hombres y mujeres antes de esa fecha. «Es indudable que los negocios globales se enfrentan a nuevos desafíos que implican formación, diálogo y sensibilización a todos los niveles de la empresa», insiste Magdalena Valerio, ministra en funciones de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Solo en España, aún existen ocho millones de personas que se encuentran en riesgo de exclusión social. Para ellas, políticas como las impulsadas por este tipo de alianzas son fundamentales. «No solamente hemos cumplido una función social, sino que hemos aportado competitividad, talento, herramientas y recursos con los que las empresas lo han conseguido», valora Enrique Sánchez, presidente de la Fundación Adecco.
«No te pido ninguna garantía, solo que no tires la toalla. Ellos no la van a tirar», le dice Julio (Juan Margallo), director del Club Deportivo Amistad a Marco (Javier Gutiérrez) cuando este quiere renunciar al grupo de chicos con discapacidad de Campeones. Un pequeño spoiler: ninguno lo hizo. Para comprobar a dónde les llevó ese tesón hay que esperar a ver el final, aunque si queremos lograr una historia de éxito similar en la vida real, no tenemos tiempo que perder. La película hacia la inclusión y la diversidad ya va por los títulos de crédito.
COMENTARIOS