Diversidad

La homosexualidad en el reino animal

Especies como los cisnes negros, los albatros de Hawai, los delfines o los macacos del Caribe son solo algunos de los ejemplos que demuestran que las prácticas sexuales entre animales del mismo sexo son frecuentes y diversas.

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
07
septiembre
2023

En una sociedad cada vez más diversa, los distintos tipos de orientaciones afectivo-sexuales se contemplan como algo inherente a la apertura y la tolerancia. Ello aunque una parte cada vez más reducida de la población mantenga valores e ideas basadas en una supuesta «tradición». Y es que la homofobia se respalda en la opinión de que las relaciones denominadas «naturales» son las heterosexuales, y de que establecer otros vínculos afectivo-sexuales no se ajusta a lo biológicamente establecido. Pero a esa afirmación se le pueden ofrecer algunos argumentos en contra: lo que ocurre es que se silencian e invisibilizan otras realidades.

En el pueblo maya, las relaciones homosexuales eran una práctica frecuente, y en el Perú inca existían los quariwarmi, personas que transitaban entre el género masculino y el femenino. Pero no ha ocurrido solo entre la especie humana: hace años que se descubrió que en el mundo animal era algo frecuente. El zoólogo y explorador antártico George Murray Levick convivió con los pingüinos Adelia en cabo Adare en 1911 y unos años después publicó sus estudios, que permanecieron ocultos hasta 2012. Lo que venía a exponer es que estos animales tenían sexo homosexual y que se masturbaban. Las llamó «conductas inmorales». Pero lo que Levick desconocía es que los pingüinos no son una excepción.

En su libro Biological Exuberance: Animal Homosexuality and Natural Diversity, publicado en 1999, el biólogo canadiense Bruce Bagemihl expone que existen otras 450 especies con prácticas sexuales diversas, aunque otros estudios hablan de hasta 1500. Entre estas se encuentran insectos, mamíferos, anfibios o aves. Un ejemplo muy cercano es el de los bonobos. Las hembras mantienen relaciones con otras del mismos sexo y estas tendencias parecen favorecer la generación de alianzas y la cooperación, así como la protección ante el acoso de machos, tal y como exponía un estudio publicado en la revista científica Hormones and Behavior en 2019. Disfrutan de una vida erótica activa, frecuente e inclusiva. Y es que el 75% de las relaciones sexuales que mantienen no están vinculadas de modo alguno con la reproducción. Recientemente se conocieron también las prácticas de los macaco rhesus, de una isla en el Caribe, sobre los que se ha investigado obteniendo unas conclusiones elocuentes que han hecho revolverse a la comunidad científica: los machos prefieren las relaciones sexuales con otros machos.

El 75% de las relaciones sexuales que mantienen las hembras bonobo no están vinculadas de modo alguno con la reproducción

Si continuamos el recorrido, los ejemplos son múltiples. Se estima que un cuarto de las parejas de cines negros son homosexuales y las uniones entre machos son las más comunes. Pero ahí no se queda la cuestión: suelen robar huevos a las hembras para poder criarlos juntos, es decir, que desean establecer un vínculo familiar y hacen todo lo posible para conseguirlo. Por otra parte, según un estudio publicado en Biology Letters en el año 2008, existe una colonia de albatros en Hawái en la que la tercera parte de las parejas reproductoras están formadas por dos hembras que se relacionan para criar un polluelo. Y podría seguirse con otras muchas zonas del mundo y especies, como el lesbianismo evidente de las gaviotas, el pene falso de las hienas moteadas o la bisexualidad de los delfines. De hecho, esta conducta relacional bisexual parece ser la verdadera dinámica de la mayoría de las especies del mundo animal.

Parece que la historia y la realidad de la sexualidad se muestra mucho más variada de lo que se pretende manifestar. El afecto y la erótica son parte fundamental de los vínculos entre los seres vivos de este mundo. Pero esto no es un cuento infantil y, al igual que entre humanos y humanas, no todos estos vínculos tienen final feliz. Dashik y Yehuda, dos buitres leonados macho del Zoológico de Jerusalén, construyeron un nido. Quienes se encargaban de su crianza les facilitaron un huevo artificial que ambos se turnaban para incubar y que, posteriormente, sustituyeron por un buitre bebé que criaron juntos. Unos años después, no obstante, Yehuda se marchó con una hembra: ni la homosexualidad ni el mal de amores entienden de reinos. 

ARTÍCULOS RELACIONADOS

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME