En 'El fin del mundo común. Hannah Arendt y la posverdad', la politóloga Máriam Martínez-Bascuñán (Madrid, 1979) visita los desafíos de credibilidad que afrontan las democracias actuales y señala que la gran amenaza es la fractura de ese horizonte compartido sobre el que se asienta la convivencia. Pero no todo está perdido.
Letizia se ha hecho reina como quien se hace a la mar en una tormenta. No ha tenido aliados. Pero ha navegado.
Hay un corpus doctrinal que vertebra los cambios que creíamos esporádicos y reversibles de la ola neoreaccionaria.
Andrés Barba presenta 'Auge y caída del conejo Bam', una historia sobre líderes e instituciones en clave animal.
Al desánimo contemporáneo le falta altura de miras existencial porque apenas puede cargar con su propio peso.
Maquiavelo y su «el fin justifica los medios» surgen con fuerza una vez más, ahora en versión trumpista.
El tiempo que pasamos en línea transcurre más rápido en la percepción que el que invertimos en actividades 'offline'.
Mide las amenazas nucleares, climáticas y tecnológicas y este año se acercó a su nivel más peligroso hasta la fecha.
A raíz de su creciente degradación, los bosques tropicales y boreales podrían liberar cantidades colosales de CO2.
Sin herramientas que aseguren el cumplimiento de este tipo de metas, es fácil que queden solo en buenas intenciones.
El misticismo y la fusión mediante la palabra cantada tratan de curar una herida: la suya y la nuestra.
Los inicios del Escarabajo están conectados a la propaganda nazi y a la historia olvidada de un ingeniero judío.
La Inteligencia Artificial puede reproducir un poema con los 'prompts' que le indiquemos: desde estilo hasta temas.
No nacemos con una gramática moral universal; desarrollamos sensibilidades morales mediante la experiencia.
La Rochefoucauld afirmó que «la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud».
Si la vida carece de sentido, ¿por qué seguir viviendo? La respuesta es clara: resistir, pensar y afirmar la existencia.
No hay crisis sin transformación, y quizá la más evidente es el regreso a las distintas formas de religiosidad.
Hipotecas imposibles, alquileres que asfixian, sueldos de supervivencia. La precariedad se mide en metros cuadrados.
El trabajo contemporáneo se ha reducido a su esqueleto. Es 'management' sin producción.
Si la vida carece de sentido, ¿por qué seguir viviendo? La respuesta es clara: resistir, pensar y afirmar la existencia.
No nacemos con una gramática moral universal; desarrollamos sensibilidades morales mediante la experiencia.
Auguste Comte, antítesis de Nietzsche, fue el primer filósofo de la sociedad contemporánea.
La Rochefoucauld afirmó que «la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud».
Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas
Un momento...
