El retorno de Chabel, la alternativa española a Barbie

Era menuda, llevaba media melena lisa y estaba a la última moda. Se llamaba Chabel y era, en los años 80 y los primeros 90, la alternativa española a Barbie, fabricada en Alicante por Feber. Sus anuncios televisivos la convirtieron en un juguete muy deseado por el público infantil y casi se podría decir que también en un icono cultural de su época, una década a la que ella misma estaba muy conectada desde la filosofía que explica su nacimiento.

«Chabel es una muñequita de unos de 23 centímetros con carita de dibujo animado japonés que hizo furor en los años ochenta y que todavía hoy sigue siendo muy recordada por sus antiguas dueñas», escriben en Toyland. Made in Spain (Astiberri) Guillem Medina y Núria Simón. Su aspecto tiene ciertos aires de la estética cute que hoy tanto se vincula a lo japonés, algo que puede ser mucho más que una casualidad. Como señalan Simón y Medina, su look podría venir de un «posible convenio entre Feber y la firma japonesa Takara», ya que se parece a una muñeca que se vendía en Japón en esas décadas, Licca-chan.

Pero más que su aspecto lo que interesa de Chabel es el porqué de la muñeca. Feber era una de las compañías que operaban desde el llamado Valle del Juguete, la zona de Alicante donde –incluso hoy– se fabrican la mayor parte de los juguetes y muñecas de España. A finales de 1984 diseñaron una muñeca que tenía que ser como una adolescente cualquiera de esa época: esa era Chabel, que buscaba capturar el estilo de vida y la estética de una adolescente española de los años 80. Esta era su gran diferencia frente a Barbie, pero también su gran ventaja. Como le dicen a SModa las niñas que jugaron entonces con ella, resultaba más cercana y más real que la más sofisticada y adulta Barbie.

Chabel buscaba capturar el estilo de vida y la estética de una adolescente española de los años 80

La muñeca empezó a anunciarse en televisión en 1986, con una cancioncilla ultrapegadiza, como recuerda el documental Chabel está de vuelta. La publicidad ayudó a posicionarla en el mercado y se convirtió en un boom de ventas. El éxito llevó a que los fabricantes diversificaran ampliando la gama y lanzando a la familia de Chabel y hasta a su amigo Dani (el Ken de esta alternativa a la Barbie).

Su popularidad llevó también a que apareciesen otros productos derivados de la marca. Chabel tenía una línea de zapatos (pero reales, para las niñas que jugaban con ella), complementos y hasta material de papelería. Existía un Club Chabel para que quienes tenían una muñeca pudiesen unirse (lo hicieron miles de niñas), con una sección de cartas (que respondía no ya la muñeca, sino una psicóloga). Entre 1987 y 1988, su edad dorada, se fabricaban unas 500.000 unidades al año de la muñeca.

Chabel también conectó con la cultura popular de los 80 en su propia presentación: tenía muchísima ropa, looks muy del momento y colecciones especiales. La diseñadora Agatha Ruiz de la Prada diseñó una línea de vestuario para este juguete. «Eran mis trajes más bonitos hechos para una muñeca multitudinaria, con lo cual era una democratización», le explicaba hace un par de años a SModa. Chabel también desempeñó algunas profesiones (fue doctora) y se lanzó al mercado en versiones conectadas con cuentos de hadas o con los temas del momento (desde los Juegos Olímpicos de Barcelona a Madonna).

La muñeca se lanzó al mercado en versiones conectadas con temas del momento como los Juegos Olímpicos de Barcelona o Madonna

Pero, además, la muñeca no solo bebió de la cultura popular, sino que también impactó en ella. Martes y 13 le dedicaban sketches.

A pesar de ese éxito, Chabel tuvo una vida limitada. Estuvo en el mercado poco menos de una década: Feber, que también fabricaba otros clásicos de los primeros 90 –como la muñeca Pocas Pecas o el Baby Feber–, dejó de producir muñecas en 1992. Chabel empezó así su camino para ser parte de los recuerdos nostálgicos de la Generación X (esa que fue a EGB) y de la franja más mayor de las millennials. La muñeca pasó a ser una estrella del coleccionismo y también una de las que protagonizan peticiones de revival.

Chabel vuelve

Feber ya no existe: desde 2006 es parte de Famosa, el gigante de los juguetes made in Spain. Es Famosa la que ahora está resucitando a la muñeca. «Queremos que quienes tuvieron a Chabel en su infancia revivan esos recuerdos y, al mismo tiempo, que las nuevas generaciones descubran su encanto por primera vez», asegura José Miguel Toledo, CEO de la empresa juguetera. La compañía acaba de lanzar al mercado una edición limitada del modelo Chabel High School, tal y como era en 1989. «Esta reedición de Chabel representa mucho más que el regreso de una muñeca histórica; es un puente entre generaciones», defiende.

Si jugarán con Chabel las niñas y niños de hoy o lo harán sus madres y padres es ya otro tema. Una de las grandes tendencias de consumo de juguetes actuales, como confirman las conclusiones del foro Tendencias en juguetes para Navidad 2024, organizado por la propia Famosa y en el que participaron diferentes voces conectadas con el juego, es la de las personas adultas que compran juguetes conectados con la nostalgia. Y lo hacen para ellos: en el informe hablan del mercado kidult y de cómo los juguetes de la infancia se ven como una manera de «revivir recuerdos y mantener viva esa esencia juvenil».