Juan José Almagro

Pareciera que hemos asumido los costes de vivir instalados en la desintegración del argumento y del debate racional.

La buena escuela no la hacen las tablets sino los buenos profesores, y en ellos deberíamos invertir.

Lo quieran o no, en el presente y en el futuro el reto de los dirigentes tiene que ser el compromiso responsable.

Según el INE, en España, el grado medio de satisfacción global con la vida fue de 7,3 puntos sobre 10 en el año 2018.

La Autoridad Fiscal denuncia el descontrol de 14.300 millones de euros para subvenciones otorgados en 2017.

Rubalcaba trataba de ser coherente sabiendo que, cuando asumimos nuestras propias contradicciones, somos más humanos.

Nos olvidamos de que son las instituciones las que deben adaptarse a la realidad y a los ciudadanos, y no al revés.

La democracia no puede ceder terreno al populismo ni entregarse a la desintegración del debate racional.

«La solución a muchos de los males actuales está donde siempre ha estado: en las escuelas y universidades».