Dicen que estamos satisfechos

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Juan José Almagro

@JAlmagro

O mayoritariamente satisfechos, claro. Lo afirma el Instituto Nacional de Estadística (INE), que acaba de publicar la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) 2018 y que incluye un Módulo sobre Bienestar. La muestra se ha realizado de forma armonizada en todos los países de la Unión Europea y profundiza en diferentes aspectos de la vida de los hogares. Y uno vuelve los ojos a Angus Deaton, premio Nobel de Economía en 2015, experto en la materia, que nos acerca a su conocimiento: «Con el término bienestar me refiero a todas las cosas buenas para una persona que hacen que la vida sea mejor. El bienestar incluye el bienestar material -tal como el ingreso y la riqueza-, el bienestar físico y psicológico –representado por la salud y la felicidad–, y la educación y la capacidad de participar en la sociedad civil a través de la democracia y el imperio de la ley». Por cierto, fue también Deaton quien afirmó que la desigualdad corrompe la democracia.

Según lo revelado por la ECV y publicado por el INE, en España, y entre los encuestados, el grado medio de satisfacción global con la vida fue de 7,3 puntos sobre 10 en el año 2018, cuatro décimas más que en la encuesta de 2013. La satisfacción es superior (7,7 puntos) entre las personas más jóvenes para descender hasta los 6.9 puntos para los mayores de 65 años. Resulta curioso ver que una de cada cuatro personas tienen un grado de satisfacción de 9 a 10 puntos (sobresaliente) y solo el 6,1% de los encuestados sitúa su grado de satisfacción entre cero y cuatro puntos.

Como casi siempre, la satisfacción global con la vida (7,9 puntos sobre 10) es mayor en las personas con mayor nivel de ingresos y un elevado nivel de formación, aunque el índice de las personas con menores ingresos alcanza los 6,7 puntos. La valoración media de satisfacción sobre la situación económica ha mejorado desde los 5,8 puntos (2013) a los 6,3 de la encuestas 2018, con puntuación media de 7,5 puntos sobre 10 para las personas con mayor nivel de ingresos.

 La población extranjera presenta el mayor porcentaje de personas insatisfechas con su trabajo

A pesar de los pesares (o eso dice la encuesta), los parados valoran su satisfacción con la situación económica en 4,7 puntos, aunque la mayoría de las personas desempleadas la califican con menos de cuatro. Por su parte, la satisfacción media con su trabajo actual es de 7,3 puntos para los encuestados, con mayor puntuación para los que viven en hogares con mayor nivel de ingresos y las que tienen formación superior. Sin embargo, la población extranjera presenta el mayor porcentaje de personas insatisfechas con su trabajo.

En relación con el tiempo disponible, como parece lógico, la mayor satisfacción (7,6 puntos sobre 10) para los mayores de 65 años, y la menor (6,3 puntos) para los encuestados de 30 a 44 años. Finalmente, los jóvenes hasta 30 años son los más satisfechos con sus relaciones personales (8,5 puntos) y solo un 3% de los encuestados las valoran con menos de 4 puntos.

Si con la que estaba cayendo cuando se realizó la encuesta –cuarto trimestre del 2018– y la que sigue cayendo ahora, nos sentimos mayoritariamente satisfechos, o lo que sea, habrá que convenir que Borges tenía razón cuando en la introducción de su último libro, Los Conjurados, escribía: «Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso». Que así sea.