Otra forma de vivir la historia

Artículo

Ramón Oliver

@mondieta

Carmen Gómez-Cotta

@GomezCotta

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Borja Rebull

Jean Paul y Anne son una pareja de enamorados de Toledo y cada verano acuden a la ciudad para disfrutar de su inigualable oferta cultural y gastronómica. Eso sí, para que su inmersión sea completa escogen con sumo cuidado el lugar en el que se alojan. Desde hace tres años esa elección los lleva hasta un apartamento completamente reformado y adaptado a las actuales exigencias de confort, pero situado en un singular edificio que data del siglo XVI. «Normalmente, las personas que visitan Toledo lo hacen porque tienen una especial sensibilidad por el arte y, siempre que les resulta posible, prefieren alojarse en una vivienda que les permita evocar la historia de la ciudad», explica uno de sus propietarios, José.

Hace unos años, él y su mujer Alicia decidieron invertir en Toledo, una localidad que les apasionaba. Pusieron el apartamento en Airbnb como una fuente adicional de ingresos que les ayudará a pagar su adquisición. Hoy, convertido en un top reservas de la plataforma, la casa es todo un referente de una tendencia que no deja de ganar adeptos entre viajeros de todo el mundo: el turismo histórico y sostenible.

Ocho de cada diez españoles consideran «muy importante» la conservación y promoción del patrimonio histórico

Ocho de cada diez españoles consideran «muy importante» la conservación y promoción del patrimonio histórico y creen que los ingresos generados por el turismo pueden contribuir a este fin, según una encuesta de Ipsos para Airbnb. A su vez, nuevos datos internos de la plataforma Airbnb han revelado que las reservas y los ingresos en casas históricas en España están aumentando: las reservas se duplicaron en la primera mitad de 2022, mientras que los ingresos típicos de los anfitriones de casas históricas crecieron un 75% comparando el primer semestre de 2022 en España con el mismo periodo de 2019.

Con el objetivo de ayudar a la conservación del patrimonio histórico a través del turismo, la Fundación Casas Históricas y Singulares de España ha creado el Programa de Rehabilitación y Promoción Turística del Patrimonio Histórico Español, que podrá conceder ayudas de hasta 100.000 euros gracias a una donación de 1 millón de euros de la plataforma Airbnb. Este programa está destinado a financiar unos veinte proyectos de recuperación y rehabilitación de casas históricas y singulares, ubicadas a lo largo de todo el territorio español, con fines de promoción del turismo.

Las casas históricas juegan, de hecho, un papel determinante en el impulso de esa concepción más sostenible y respetuosa con el entorno y su historia que representa el turismo patrimonial. Alojarse en castillos, casonas, iglesias, granjas, cabañas y otros lugares con más de dos siglos de antigüedad aporta una experiencia diferente al viajero, una perspectiva que le permite conectar a un nivel más profundo y respetuoso con los lugares que visita.

Una vivienda medieval para cuidar la Historia

En el caso de Neus, propietaria de Cal Boter Menescal, del siglo XVII y situada en la localidad tarraconense de Santa Oliva, no se trata únicamente de alquilar a los viajeros una «casa con historia», sino de compartir la suya propia, ya que es el lugar en el que nació su abuelo.
«En esta casa guardo bonitas memorias de mi infancia. Recuerdo perfectamente cómo era cuando mi bisabuela vivía aquí y nos cocinaba y he intentado mantener el encanto de esos momentos en el diseño de los espacios», señala. Aunque inicialmente no tenía previsto alquilarla, cuando emprendió la reforma de la vivienda, su pasión por los espacios con encanto y el amor a esta casa en particular la llevaron a querer compartirla con otras personas a través de la categoría de Casas Históricas de Airbnb.

Un molino en la montaña para redescubrir la naturaleza

Para Inés, anfitriona de un molino de agua rehabilitado a los pies de los Picos de Europa, en la reserva de la Biosfera del Parque Natural de Ponga, la reconversión del edificio en alojamiento turístico ha sido clave para conservar la historia de su familia y de los pueblos de la zona. «El molino fue algo importantísimo en esa época, porque era muy básico para la alimentación de las personas. Aquí había mucho cultivo de maíz y la gente traía el cereal a moler», cuenta la anfitriona de esta casa histórica.  Ahora disfruta viendo a gente de todo el mundo descubrir la casa donde su abuela molía el maíz cuando ella era pequeña.

Una hacienda monumental para impulsar la Sevilla rural

La apertura de bares de tapas, restaurantes e incluso de termas romanas al público son algunos de los hitos impulsados por el alojamiento turístico en la Hacienda San Felipe, en pleno campo del Gerena. Pero no solo, ya que, como explica Carolina Pérez, anfitriona de esta casa monumental construida por Aníbal González (autor, entre otras obras, de la Plaza de España de Sevilla), «parte de los beneficios del alojamiento se utilizan para recuperar materiales de la casa». Una fuente de ingresos que permite conservar el legado histórico y arquitectónico de la vivienda y del campo andaluz.

Un caserío familiar para saborear el campo vasco

También para Ander Ibarra, anfitrión de un caserío con siglos de historia en las faldas del Parque Natural de Urquiola, en la provincia de Vizcaya, los ingresos generados a través de Airbnb son importantes para mantener una vivienda tan grande, «la mayor de las viviendas tradicionales españolas», apunta. Un tamaño que se explica por su histórica multifuncionalidad: servían de cuadra, para almacenar el trigo, como lagar… Usos tradicionales que todavía se conservan en otros caseríos de la zona, de los cuales Ander recoge quesos, verduras o ‘txakoli’ que ofrece a sus huéspedes y que les anima a descubrir las formas de vida y los sabores locales.