Inteligencia artificial generativa y proceso de datos, una apuesta sin retorno

La nuestra es conocida como la era del Antropoceno, caracterizada por la modificación global y sincrónica de los sistemas naturales por la acción humana. Es la era de la incertidumbre. Sabemos que las consecuencias del cambio climático evolucionan peor de lo que indicaban las previsiones en el pasado. Los modelos de consumo y de producción causantes de este angustioso desafío no han cambiado. Pero también sabemos que estamos a tiempo de detener los efectos más trágicos del cambio climático. Es tiempo de pasar a la acción. Y la Inteligencia Artificial (IA) generativa, que crea respuestas a partir de determinados comandos, puede convertirse en un instrumento decisivo para salir airosos del mayor reto que ha conocido la humanidad. En ello se centraron las dos mesas inaugurales de las Jornadas de Sostenibilidad organizadas por Redeia.

«Hay que perder el miedo a la IA. Gracias a ella gestionamos con mayor eficacia los expedientes de recursos. Para lo que antes necesitábamos una media de cuarenta y cinco días, hoy reducimos los tiempos a ocho. Los trámites se agilizan, se maximiza el impacto y se gana en eficacia. Nos hace más sostenibles, y el futuro pasa por la sostenibilidad. La IA generativa nos ofrece una oportunidad de mejora a nivel global. Nos brinda toda la información necesaria para tomar las mejores decisiones», explica Jesús Herrero, director general de Red.es.

Por su parte, la vicerrectora de Investigación, Innovación y Desarrollo de la Universidad Politécnica de Madrid, Asunción Gómez, apostó por incorporar como asignatura la IA en todos los grados y disciplinas, con independencia de que se trate de Humanidades o Ciencias: «Estamos comprobando los avances que permite esta tecnología en ámbitos como la agricultura, la sanidad o la predicción de fenómenos climáticos, pero no hay que olvidar que hay que regular el aspecto ético del uso de la IA. Es uno de los grandes retos, junto con el excesivo coste que supone sostenerla».

En 2030, la Inteligencia Artificial generativa traerá un incremento adicional del PIB mundial de 15,7 billones de dólares

Que la IA artificial está mejorando la calidad de vida de las personas lo refrenda el hecho de que, en 2030, traerá un incremento adicional del PIB mundial de 15,7 billones de dólares, dato que resaltó Regina Llopis, presidenta y fundadora del Grupo AIA, empresa pionera en soluciones de IA en España.

Sin embargo, los tres expertos incidieron en que esta tecnología también implica serios problemas: la cantidad de agua que requiere y la electricidad que consume, lo que implica la extracción de los minerales necesarios para su elaboración (litio y silicio, sobre todo). Otro de los problemas que presenta la IA es el uso innecesario que de ella hacemos «cuando nos divertimos con el chat GPT, sin ser conscientes de las emisiones que origina cada consulta», según incidió Regina, quien apeló a la responsabilidad de la empresas para invertir en energías renovables, comprometerse con las economías locales y evaluar los efectos medioambientales de los centros de datos. «Acciones como estas contrarrestarían los efectos nocivos de la IA, además de ser capaces de limpiar todo lo innecesario que tenemos en la nube», apostilló Gómez. 

Como destacaron los expertos, la IA puede contribuir al cumplimiento del 79% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), particularmente en áreas como la recogida selectiva de residuos, la anticipación y prevención de eventos climáticos, la transición energética, la protección de la biodiversidad o las ciudades inteligentes. Sin embargo, del mismo modo puede impedir la ejecución de 59 de ellos.

Los datos como acción prospectiva

La segunda mesa de la primera sesión de las jornadas, «Los datos como alma de la estrategia», puso de manifiesto que no puede haber rentabilidad económica sin rentabilidad social. «La directiva europea 2022/2464 de Información sobre sostenibilidad obliga a las empresas a un nivel de transparencia hasta ahora no visto, y mejora la calidad del reporting no financiero. Con la gestión de datos que proporciona la IA podremos saber cómo afecta cada acción de la empresa, qué impacto financiero tendrá, y cómo repercute en el medio ambiente. Bien interpretados, los datos no solo proporcionan información retrospectiva, sino prospectiva», explicó Antonio Gómez, presidente de la Comisión de Auditoría de Redeia. «Estos datos permiten una altísima calidad de información, por cuanto son datos fiables, relevantes, neutrales, comprensibles y comparables», apostilló. 

La IA puede contribuir al cumplimiento del 79% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero inhibir de la ejecución de 59 de ellos

Ahondando en la idea de que solo se pueden tomar buenas decisiones si se cuenta con buena información, el presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), Santiago Durán, alertó de que había «falta de implicación por parte de las empresas» a la hora de sugerir el contenido de directivas como la de la sostenibilidad, ya que, a su juicio, «la sostenibilidad se está convirtiendo en un valor financiero». Durán aseguró que, aunque incorporar esta directiva al derecho nacional y a las empresas es un desafío de tiempos, «supondrá, a la postre, una ventaja competitiva, porque cada empresa dispondrá de datos lo suficientemente amplios y detallados como para mejorar la eficacia y los sistemas de control interno».

Por su parte, Concha Iglesias, socia líder de Cambio Climático y Sostenibilidad de Deloitte España, también se mostró convencida de que la directiva europea que regirá la rendición de cuentas en cuanto a sostenibilidad de las empresas «mejorará los rendimientos de las compañías porque tendrán los datos suficientes para saber, en cada caso, qué es lo relevante en sus estrategias».

El primer día de las V Jornadas de Sostenibilidad de Redeia ha puesto en relieve la necesidad de perder el miedo a la IA generativa, una herramienta salva vidas, predice enfermedades (permitiendo así anticiparnos a su cura), nos descarga de las tareas más tediosas y se está convirtiendo en decisiva para contrarrestar los efectos del cambio climático.