Radiografía de la investigación científica en España
El porcentaje del PIB que se dedica a la investigación ha ido aumentando en los últimos años en un país con buenos resultados, en términos de cantidad y calidad.
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La investigación científica en España ha avanzado notablemente en las últimas décadas, posicionándose como un elemento crucial para el desarrollo económico y social del país. Desde la consolidación de importantes infraestructuras hasta la formación de investigadores altamente cualificados, España ha hecho esfuerzos significativos para fortalecer su sistema de investigación.
La ciencia en España logra resultados notables tanto en cantidad como en calidad, a pesar de la limitada inversión destinada a la innovación y el desarrollo en comparación con otros países desarrollados. Con un gasto en I+D hasta ahora tres veces menor que el de Corea del Sur, una de las principales potencias innovadoras del mundo y con una población similar a la española, los científicos en España consiguen publicar más y con un mayor impacto que sus homólogos surcoreanos. Sin embargo, están considerablemente por detrás en la transferencia de conocimiento, medida a través de la generación de patentes.
El gasto en I+D alcanzó un récord en España en 2020 con una inversión de 15.768,13 millones de euros, un 11,1% más que hace una década; proviniendo el 55% de la inversión empresarial, frente al 45% que aportan la Administración pública y las universidades. En el año del covid, en relación con el producto interior bruto (PIB), equivalió al 1,41%, muy por debajo de la media de la Unión Europea, que se sitúa en el 2,32%.
Aunque la inversión en I+D ha aumentado, los investigadores más jóvenes siguen emigrando al extranjero por las ‘malas condiciones’ que tienen en España
Concretamente sobre el dinero procedente de lo público, la inversión ha ido creciendo considerablemente desde ese 2020, en el que por fin se superaron las consecuencias en inversión de la crisis de la burbuja inmobiliaria. Y en 2024 el Gobierno ha planificado una inversión en ciencia de 18.400 millones de euros, la mayor de la historia. El Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2024-2027 incrementa así la financiación en un 32% respecto al anterior. Ante este anuncio, la ministra Diana Morant ha asegurado que España está «en la senda del cumplimiento» del compromiso de que ese gasto alcance el 3% del PIB (teniendo en cuenta la inversión privada) en el año 2030, como recoge la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.
Pero no todo el monte es orégano. Aunque la situación haya podido mejorar en los últimos años, lo cierto es que los investigadores más jóvenes siguen emigrando en masa al extranjero por las «malas condiciones laborales» que tienen en España. Así se desprende de la última Declaración sobre la financiación y gestión de la investigación científica en España, elaborada la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España (RAC).
Además de la visión más general que da la RAC, incluso los científicos españoles se sienten ignorados a pesar de las medidas que se han tomado para que vuelvan a España: unos 700 investigadores de universidades dicen sentirse ninguneados por el Gobierno. Son expertos españoles y extranjeros que vinieron a España en 2021 de la mano del programa de atracción de talento María Zambrano, sufragado con fondos europeos, y que ahora no ven planes para consolidar sus puestos. Dicen que esos fondos europeos se han «vampirizado» y reclaman reunirse con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades para buscar soluciones.
Principales centros de investigación
España cuenta con una red de centros de investigación y universidades que son clave para el desarrollo científico. La institución más representativa del país es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), fundado en 1939, la mayor institución pública dedicada a la investigación en España. Abarca una amplia gama de disciplinas científicas y cuenta con más de 100 centros situados por todo el país.
Otro de los buques insignia es el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Ubicado en Madrid, el CNIO es un referente mundial en la investigación del cáncer. Sus proyectos abarcan desde la biología molecular hasta la clínica oncológica.
También brilla en Castelldefels (Barcelona) el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), que se dedica a la investigación y la educación en el campo de las ciencias fotónicas, con aplicaciones en medicina, telecomunicaciones y energías renovables.
No debemos olvidar que España cuenta con el Centro de Investigación en Red de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp), que se enfoca en la investigación epidemiológica y de salud pública, abordando cuestiones cruciales como las enfermedades infecciosas y crónicas.
Además de estos centros, España participa activamente en grandes proyectos científicos internacionales, como el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en el CERN y el Observatorio Europeo Austral (ESO), lo que subraya su compromiso con la ciencia de vanguardia y la colaboración internacional.
España, pionera
España ha logrado destacarse en varias áreas de la investigación científica. El país ha realizado importantes avances en biomedicina, especialmente en la investigación del cáncer, gracias al trabajo del CNIO. Además, centros como el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) contribuyen significativamente a la investigación en salud, abordando problemas como las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y metabólicas.
El Gran Telescopio Canarias en La Palma, uno de los más grandes del mundo, ha permitido avances en la comprensión del universo
Otras de las áreas en las que destaca la investigación española es en las energías renovables, siendo líder mundial en investigación y desarrollo de tecnologías de energías renovables, particularmente en energía solar y eólica. El Instituto de Energía Solar (IES) y el Centro Nacional de Energías Renovables (CENER) son ejemplos de instituciones que están a la vanguardia en este campo, impulsando la sostenibilidad energética desde la innovación.
La astrofísica es otra área donde España ha tenido un impacto considerable. El Gran Telescopio Canarias (GTC) en La Palma es uno de los telescopios ópticos más grandes del mundo y ha permitido avances significativos en la comprensión del universo. Además, la participación en misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA) y colaboraciones con la NASA destacan el papel de España en la comunidad astronómica internacional.
Asimismo, en el campo de las ciencias de materiales y la nanotecnología, España cuenta con instituciones de renombre como el Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (ICMAB) y el Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (IN) de la Universidad de Zaragoza. Estas entidades están a la vanguardia en el desarrollo de nuevos materiales con aplicaciones en electrónica, medicina y energía.
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