Innovación

La biotecnología, palanca transformadora para la recuperación

Uno de los aprendizajes de la pandemia es que invertir en ciencia es rentable. Ahora nos toca a los que conformamos el sector de la biotecnología seguir demostrándolo y contribuyendo a una recuperación económica y social que siente las bases de una sociedad más próspera. 

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18
febrero
2021

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Estamos en un momento clave en el que la Unión Europea está poniendo en marcha la agenda para la recuperación. Una agenda que nos ayudará a dejar atrás los efectos de la pandemia en su vertiente sanitaria, social y económica. Ahora es el momento de reconstruir y esto sólo puede suceder con un sistema eficiente capaz de absorber y transformar la ciencia en innovaciones, y el sector biotecnológico puede jugar un papel esencial en este proceso.

Desde que estalló la pandemia hemos sido testigos del aumento de la confianza en la ciencia y en la tecnología como piezas clave para protegernos frente a futuras pandemias con instrumentos y soluciones innovadoras. La biotecnología ha venido ofreciendo sus capacidades y colaborando con las autoridades para encontrar soluciones innovadoras que nos ayudaran a superar la emergencia mundial. Pero también para impulsar la recuperación económica y social del país a través de su contribución a dos de las transformaciones clave del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia como son la transición ecológica y la digital, áreas en las que la biotecnología está siendo estratégica para promover la innovación y la generación de valor añadido para la economía.

La capacidad innovadora del sector nos permite dar respuesta ante emergencias sanitarias como la provocada por la covid-19 con desarrollos vacunales, diagnóstico y tratamiento; pero también dar soluciones integrales e innovadoras en seguridad alimentaria para reducir los gases de efecto invernadero o lograr una agricultura más sostenible. La biotecnología está aportando soluciones ante el cambio climático, la transformación industrial, la alimentación sostenible y nuevas fuentes de energía limpia. No en vano, los productos de base biológica pueden reducir hasta un 65% las emisiones de gases de efecto invernadero.

La recuperación también pasa por construir un sistema sanitario más resiliente que esté preparado para futuras emergencias sanitarias y que permita que los ciudadanos puedan tener el tratamiento médico que necesiten en el momento preciso. La biotecnología, gracias a su inversión en investigación y ciencia, está contribuyendo a significativos progresos para la salud de nuestra sociedad. África ha quedado libre de polio, la tasa de respuesta en los tratamientos del cáncer de la medicina individualizada molecular es cinco veces superior a la de los tratamientos tradicionales y los nuevos tratamientos para la Hepatitis C permiten su cura en el 90% de los casos. No podemos olvidar que España es un país líder y referente en terapias avanzadas tanto por el nivel de su ciencia como por el número de ensayos clínicos. De hecho, y fruto de la colaboración público-privada, la primera terapia celular alogénica aprobada en la Unión Europea es española.

Los productos de base biológica pueden reducir hasta un 65% las emisiones de gases de efecto invernadero

Ahora, con la transición digital como meta europea, me gustaría destacar especialmente el potencial transformador que la utilización de las nuevas tecnologías –basadas, por ejemplo, en la inteligencia artificial o el blockchain– unidas con los avances científicos de la biotecnología tienen para la innovación en procesos relacionados con el diagnóstico, con la identificación de nuevas moléculas o en el avance de la medicina individualizada molecular o las terapias génicas.

El potencial de la biotecnología en la recuperación tiene también mucho que ver con tres fortalezas del sector. Primero, España ocupa el noveno puesto mundial en producción de conocimiento científico, que es además ciencia excelente con un alto impacto. Nuestro país se sitúa con el porcentaje más alto de artículos científicos en biotecnología en revistas de alto impacto. 

En segundo lugar, la cantera del sector biotecnológico está formada por talento brillante, que accede a los estudios universitarios con una de las mayores notas de corte. Es un sector intensivo en contratación de investigadores y ocupa la segunda posición en cuanto al porcentaje de investigadores sobre el total de empleados en su sector. 

La tercera fortaleza, que hace que sea un sector estratégico, radica en su capacidad para generar nuevas oportunidades de crecimiento económico y crear empleo de alta productividad. El sector biotecnológico español, con un impacto económico de 8.200 millones de euros, se ha situado entre los cinco sectores que más crecen en inversión en I+D y es el primero en inversión en este campo.

Uno de los aprendizajes de la pandemia es que invertir en ciencia es rentable. Ahora nos toca a todos los que conformamos el sector de la biotecnología seguir demostrándolo, y lo haremos contribuyendo a una recuperación económica y social que siente las bases de una sociedad más próspera con mayores cotas de bienestar. 


Ana Polanco es presidenta de AseBio.

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