Sociedad

Normandía, ochenta años del desembarco

El 6 de junio de 1944 tuvo lugar uno de los más importantes acontecimientos bélicos de la historia: el ejército aliado desembarcó en las playas de Normandía, Francia, atendiendo a la petición de Stalin de abrir un segundo frente en Europa occidental contra el Tercer Reich.

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10
abril
2024

Cuando el mariscal alemán Erwin Rommel supervisó las construcciones del Muro Atlántico en la costa francesa su alarmismo causó estrépito en el cuartel general de Hitler. En opinión del «Zorro del desierto», las defensas que se habían levantado y la cantidad de efectivos y de material bélico disponible eran insuficientes para repeler un posible desembarco aliado en Francia. El ejército del Tercer Reich estaba agotado: la Operación Barbarroja estaba fracasado y las fuerzas del Eje se encontraban en un peligroso retroceso y la producción industrial comenzaba a ser insuficiente para mantener la maquinaria de guerra nazi.

No se equivocaba el general, otrora al frente del Afrika Korps. Poco después, el 6 de junio de 1944, más de 160.000 soldados lograron desembarcar en cinco posiciones costeras de Normandía. Fue el Día D, el comienzo del fin de la dominación nazi en Europa.

La caída de Francia había dejado a Gran Bretaña como la única potencia principal capaz de hacer frente al Tercer Reich. La defensa aérea y naval de sus islas, el desafiante bloqueo en los suministros a causa del inicial éxito de los submarinos alemanes y al desgaste tanto moral como militar fueron dejando a los británicos en una situación cada vez más precaria. Esta realidad se acentuó con la pérdida de la guerra en África que tuvo como punto de inflexión los combates en El Alamein, a 100 kilómetros de Alejandría, en territorio del Egipto colonial británico, y la Operación Torch en 1942.

Con la entrada de Estados Unidos en la guerra en 1941 el desgaste británico quedó aliviado con el envío de suministros y, ante todo, de tropas. Ese mismo año, Hitler ordenó la invasión de la Unión Soviética, un éxito para los alemanes hasta 1942, cuando la resistencia y el sacrificio rusos comenzaron a desgastar a las fuerzas del Eje como para tener que desviar hacia el frente oriental numerosas divisiones que defendían Francia y la Italia de Mussolini. En 1943, los ejércitos de la Commonwealth y de EE.UU. desembarcaron en Sicilia, comenzando la liberación de Italia. Sin embargo, el avance aliado en el escenario europeo era lento y sangriento. Además, suponiendo que los Aliados consiguiesen liberar Italia, el avance quedaría interrumpido por la elevada cordillera de los Alpes.

El objetivo del desembarco era abrir brecha hacia el norte y hacia el sur de Francia

La URSS estaba extenuada, con escasez de víveres, recursos y hombres para seguir combatiendo. Stalin reclamó a sus socios un segundo frente en Europa occidental que desviase fuerzas enemigas de su frente. Winston Churchill se opuso a un desembarco conjunto en Francia: el año anterior, un intento de desembarco, la Batalla de Dieppe, resultó en otro rotundo fracaso. Fue el empeño estadounidense el que forzó un acuerdo para realizar un desembarco anfibio.

La Operación Overlord

Son varias las claves que explican el éxito de la Operación Overlord, nombre con el que se designó al desembarco de Normandía. El mando aliado preparó los pormenores con detenimiento. El primer acierto fueron los preparativos: desde las islas británicas se construyeron puertos artificiales, oleoductos para suministrar combustible a las divisiones desembarcadas, el número y el tipo de efectivos que iban a destinarse tanto de los ejércitos de tierra como de la Armada. Otro aspecto clave fueron las continuas incursiones de reconocimiento en el espacio aéreo enemigo y el apoyo de la Resistencia francesa. A la cartografía del territorio le siguió la elección de las playas y de las áreas de desembarco, en Normandía, con la finalidad de abrir brecha en dos direcciones, hacia el norte y hacia el sur. Esto coincidía con que se había conseguido descifrar la máquina Enigma a tiempo y que la guerra en el mar había comenzado a inclinarse a favor de las armadas anglosajonas. La guerra en el espionaje también fue decisiva para disuadir al mando alemán del propósito de asalto desde Francia.

A pesar de los preparativos y de los soldados desplegados, al final del Día D los Aliados apenas habían conseguido mantener las cabezas de playa con los nombres en clave «Utah», «Omaha», «Gold», «Juno» y «Sword». Los paracaidistas y equipos de infiltración que horas antes del comienzo del desembarco habían sido introducidos en la zona consiguieron algunos éxitos parciales, como volar defensas costeras en Pointe du Hoc. De igual manera, la batalla en los cielos y el bombardeo por saturación de la flota contra las defensas alemanas obtuvieron logros pobres, lo que produjo que el desembarco en Normandía se alejase del entrenamiento que meses antes habían recibido los soldados destinados para la operación militar.

No obstante, fue la obstinación el mayor incentivo para el buen desarrollo de Overlord. A las cabezas de playa fueron enviándose refuerzos tanto en infantería como en divisiones de blindados. En los días y semanas siguientes tuvieron lugar batallas igualadas entre los ejércitos. Las tropas aliadas comenzaron a ganar terreno, consolidando el deseado frente occidental. Dos meses después, entre los días 19 y 25 de agosto de 1944, combatientes españoles de La Nueve, división compuesta por voluntarios republicanos en el exilio, y la división blindada Leclerc avanzaron sobre París, iniciando su definitiva liberación. El 7 de mayo de 1945, el general Alfred Jodl firmó la rendición incondicional del Tercer Reich, que entró en vigor al día siguiente.

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