Internacional

El matrimonio infantil en Siria, una tragedia olvidada

Una década después del inicio del conflicto sirio, el matrimonio infantil ha aumentado de manera alarmante en el territorio, agravando la ya vulnerable situación de miles de niños y niñas que se ven forzados a renunciar a su infancia para asumir la responsabilidad de formar una familia.

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22
julio
2021
Fátima (18), en la foto, se casó con su primo a los 14 años de edad después de que su padre muriera. Fuente: World Vision

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El matrimonio infantil existía en Siria antes de la guerra: el 13% de las niñas menores de 18 años se casaron en 2011. Pero ahora, una década después del inicio del conflicto, el matrimonio infantil ha aumentado de manera alarmante. Casi todos los niños y niñas con los que World Vision habló el verano pasado conocían a alguien que había sido forzado a contraer matrimonio de manera temprana, o ellos mismos se habían casado cuando eran niños. El matrimonio infantil es una amenaza grave para su vida y su futuro: viola sus derechos, roba su infancia, interrumpe su educación, afecta a su salud y limita sus oportunidades.

Existen numerosos factores que contribuyen al matrimonio infantil entre los refugiados sirios, incluida la pobreza, la falta de oportunidades educativas, el patriarcado y las desigualdades de género, la aplicación inadecuada de la ley y el miedo a la violencia. El conflicto sirio ha agudizado de forma drástica todos estos factores durante los últimos diez años, provocando un incremento de matrimonios infantiles entre los refugiados sirios en todos los lugares a los que han huido.

Después de conocer a cientos de refugiados sirios en el Líbano y Jordania, he podido comprobar que a los padres y a los cuidadores les falta información y concienciación sobre los terribles riesgos del matrimonio infantil. En muchas ocasiones, no encuentran otra salida para asegurar que sus hijos estén a salvo y alimentados.

No puedo dejar de imaginar la diferencia que habría supuesto para muchos niños y niñas sirios si todos hubiéramos realizado un mayor esfuerzo por arrojar luz sobre los riesgos y efectos a los que se enfrentan cuando se les obliga a contraer matrimonio. Quizás, los padres habrían tomado otra decisión. 

Tendemos a olvidar que el matrimonio también ocurre entre los niños, obligados a abandonar sus sueños para trabajar y cuidar de una familia a una edad en la que necesitan que alguien les cuide

Sin embargo, las niñas que ahora deberían estar en la escuela, aprendiendo para tener un futuro mejor, ven amenazada su salud debido a los partos prematuros, entre otras causas. «Me casé cuando tenía 15 años. Quedé embarazada y di a luz, pero mi hija murió. No sobrevivió porque yo tenía una infección. No pude volver a quedarme embarazada durante los siguientes cuatro años», comparte Soha. Otras niñas, sin embargo, adquieren inmensas responsabilidades desde una edad muy temprana debido a viejas tradiciones. «Mi marido era pariente mío. Me casé cuando tenía 16 años. Yo era joven y tenía la responsabilidad de casarme, lavar, limpiar y cuidar a varios niños», dice Mariam.

Siempre que hablamos del matrimonio infantil pensamos en las niñas, pero tendemos a olvidar que también ocurre entre los niños, quienes se ven obligados a abandonar sus sueños para trabajar y cuidar de una familia a una edad en la que necesitan que alguien cuide de ellos. «El matrimonio destruyó mi futuro. Perdí mi infancia. No recuerdo haber tenido niñez. Tuve que dejar todo atrás, incluidos mis amigos, para formar una familia», dice Ahmad, que se casó a los 14 años. En cuanto a Fadi, casarse a una edad temprana destruyó su ambición de tener un futuro mejor. «Me casé con 17 años y tenía que mantener a mi familia con muy pocos ingresos. La educación lo es todo para mí, hay que estudiar para labrarse un futuro», explica.

En muchas ocasiones, los padres no encuentran otra salida más allá del matrimonio para asegurar que sus hijos estén a salvo y alimentados

El matrimonio infantil obliga a miles de niños a renunciar a su infancia y sus sueños para asumir la responsabilidad de formar una familia con pocos o ningún ingreso, y, así, tener más hijos nacidos en entornos frágiles y terribles condiciones. La mayoría de las víctimas que conocí comprenden los riesgos y las consecuencias del matrimonio prematuro después de pasar por él, y no quieren que sus hijos se vean en la misma situación. Sin embargo, se necesita un esfuerzo conjunto entre los gobiernos, las organizaciones humanitarias y la sociedad civil para formular una estrategia sólida para abordar el matrimonio infantil y, con suerte, acabar con esta práctica algún día.

El mes pasado, World Vision participó en la movilización social Global Just Married en Siria, una campaña que tenía como objetivo generar conciencia en los padres, cuidadores y miembros de la comunidad de refugiados sirios que viven en el campamento de Azraq (Jordania) sobre los efectos negativos del matrimonio infantil en la vida de sus pequeños. Con esta iniciativa pudimos llegar a 500 cuidadores y a más de 50 familias dentro del campamento. Más allá de los números, cada niña apoyada y cada familia concienciada merece todos nuestros esfuerzos y recursos. La esperanza de acabar algún día con el matrimonio infantil nos mantiene día a día en la lucha contra esta nefasta práctica.


George Mghames es responsable de comunicación de World Vision para la respuesta siria.  

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