La sostenibilidad: obligación y necesidad

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Isabel López Triana

@Ilopeztriana

La sostenibilidad y todo lo relacionado con su gestión se encuentra en un estado de efervescencia y convulsión, diría que hasta febril. Hay nuevas normativas que afectan a todos los grupos de interés de las organizaciones, pero sobre todo a la forma de hacer negocios de las propias compañías.

En los últimos meses, hemos presenciado los cambios regulatorios que han ido surgiendo en la materia. Quedan algo lejos ya los tiempos en que la responsabilidad corporativa y el desarrollo sostenible eran un convencimiento de unos pocos utópicos. La sostenibilidad es hoy uno de los ejes estratégicos de la Unión Europea para liderar la transformación hacia una economía baja en carbono. La Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), que entró en vigor el pasado 5 de enero, y los nuevos estándares de reporte en materia de sostenibilidad (ESRS) van a representar un cambio en el modelo de gestión y, por tanto, en la cultura corporativa.

La información de sostenibilidad va a superar en cantidad y en complejidad a la financiera

Además, más allá de la normativa, la relevancia de la sostenibilidad se manifiesta en que la integración de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) dentro de la estrategia central del negocio es hoy el aspecto más relevante para las organizaciones en lo que respecta a la gestión de intangibles. 

La sostenibilidad es la tendencia en la que más están trabajando actualmente las empresas, según concluye el informe Approaching the Future 2023. La integración de la sostenibilidad en las estrategias de negocio (60,7%), la definición de objetivos vinculados a los ODS (41%) y las mejoras en el reporte y la adaptación a las nuevas normativas y regulaciones en materia ASG (37,5 %) son los ámbitos en los que más están trabajando las organizaciones, según el citado informe.

El paso de la voluntariedad a la obligatoriedad 

Volvamos un momento a la explosión normativa, al baile de acrónimos –CSRD, ESRS, EFRAG…–, de leyes que impactan en el reporte de la información en sostenibilidad, en la gestión de los riesgos climáticos o la diligencia debida con la cadena de valor. Con estas nuevas directivas, la información de sostenibilidad, antes denominada información no financiera, va a superar en cantidad y en complejidad a la información financiera.

Este avance regulatorio puede servir para aumentar la transparencia y la confianza, así como para promover nuevos modelos de empresas que generen valor para las personas y el planeta, pero también puede ocurrir que cuando las direcciones y equipos de sostenibilidad centren su trabajo exclusivamente en reportar e identificar esos indicadores que pide la ley se descuide la visión estratégica y transformadora de la visión del triple impacto. ¿Qué ocurre con el sistema de gestión de la estrategia de sostenibilidad, con la participación y dialogo con los grupos de interés, con el cambio cultural asociado a la sostenibilidad que exige una sensibilización y una formación ad hoc, que ahora mismo los equipos no tienen y que va más allá de la norma?

En estos momentos de cambios sin precedentes, las organizaciones necesitan calma y tiempo, sin dejar de atender a que es necesario avanzar: calma para no dejarse llevar por el miedo escénico; tiempo para poder valorar los cambios, realizar un análisis con criterios de priorización que les permita conocer el estado en el que sus organizaciones se encuentran para iniciar esa transición y hacer que las cosas pasen.

Isabel López Triana es cofundadora y directora general de CANVAS Estrategias Sostenibles.