Educación
«Las mujeres creen que son menos inteligentes de lo que realmente son»
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COLABORA2023
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No existen estudios conclusivos que demuestren que los hombres sean más inteligentes que las mujeres, ni viceversa. Sin embargo, los puestos de poder siguen ocupados mayoritariamente por hombres y, teóricamente, el 75% de los superdotados pertenecen al género masculino. ¿Está fallando algo a la hora de detectar las grandes mentes humanas? Se trata de una cuestión que intenta resolver la psicóloga Carmen Sanz Chacón en su último libro, ‘Destacar o callar‘ (Plataforma), en el que afirma que las mujeres tienen que disimular sus aptitudes para encajar en el molde social preestablecido.
¿Qué significa ser superdotado?
Superdotado es simplemente aquel que tiene un cociente intelectual (CI) superior a 130, algo que solamente ocurre en el 2% de la población. Normalmente, la mayoría de la población se mueve en torno al CI de 100. Las personas superdotadas tienen un cerebro que funciona más rápido de lo habitual, tienen bastante más memoria y son capaces de resolver problemas con mayor facilidad. También tienen una sensibilidad aumentada, lo que significa que pueden percibir estímulos externos de una forma más intensa y a través de cualquiera de los cinco sentidos.
¿Cómo percibe alguien con capacidades normales a una persona superdotada?
Una persona intelectualmente «normal» se da cuenta fácilmente de que otra persona es superdotada porque la ve trabajar más rápido en la escuela o en el trabajo, porque aprende más rápido, porque tiene una gran memoria… Además, a menudo se desarrollan comportamientos o intereses peculiares. Se apasionan por un tema concreto y están obsesionados con ese tema hasta que se aburren.
«Las personas superdotadas tienen un cerebro que funciona más rápido de lo habitual»
¿Y cómo se percibe un superdotado a sí mismo?
Saben que tienen una intuición especial. No significa que sean adivinos, pero tienen una intuición que les permite experimentar el entorno de una forma que quizás les permite hacer predicciones con más precisión. Por el contrario, son muy despistados en general. Despistados y muy exigentes con ellos mismos y con los demás.
En cuanto a las mediciones, ¿qué validez tienen los tests de inteligencia para determinar la capacidad de una persona?
Tienen una validez relativa. El CI se mide con uno de esos tests, pero la puntuación obtenida es parte de un intervalo, ya que la persona que lo hace puede sacar cinco puntos más o menos según lo despierto que esté ese día. Con lo cual, quien saca un 130 no significa que se lo haya de tatuar en la frente; es orientativo para saber cómo funciona el cerebro de esa persona. Por otra parte, también depende del tipo de inteligencia que se esté midiendo. Cada test mide una cosa distinta: puede que se lleve a cabo un test de inteligencia lógica y el que es superdotado en inteligencia no verbal pase desapercibido. De este modo, el CI como medida exacta no tiene ningún sentido. Solo es útil para las administraciones públicas, ya que necesitan una «nota» de corte.
¿Qué relación hay entre el alto coeficiente intelectual y la calidad de las relaciones interpersonales?
Un niño de ocho años puede tener una cabeza que funciona como si tuviera once, por lo que la forma de ver la vida y relacionarse con su grupo de iguales es un desafío. Esta maduración precoz puede afectar a las relaciones porque, desde muy pequeños, los superdotados pueden tener problemas de interlocución con sus compañeros. En la guardería, hay niños que a los tres años hablan perfectamente y con un lenguaje muy rico y están con otros niños que ni siquiera saben hablar. Entonces, el niño puede rebelarse en cualquier momento y pensar: si nadie me entiende, ¿para qué voy a hablar? Y dejan de hablar. Este tipo de barreras permanece con los años, y eso puede provocar burlas o rechazo, sobre todo en la adolescencia.
¿Y cómo actúan la víctimas al respecto?
Hay dos reacciones posibles. Está la pasiva, que conlleva meterse en una cápsula de introversión, con sus libros, sus dos o tres amigos muy parecidos a él o ella y ya está. ¿Qué problemas surgen? Que llegará a la adolescencia sin haber desarrollado habilidades sociales adecuadas. En el extremo opuesto hay una reacción activa, en la que el niño se enfada, se vuelve agresivo, molesta a los compañeros y profesores. Este tipo de comportamiento desencadena muchos conflictos. Hay una analogía que me gusta hacer y es que estos tipos de comportamiento se ven claramente en Los Simpson. Por un lado, Lisa es la superdotada pasiva, que está siempre en su habitación con su saxofón, alejada de los intereses de las niñas de su edad. Por otro lado está Bart, su antítesis, que también es superdotado y que, sin embargo, se mete en líos para ganarse la voluntad de sus compañeros.
«Un niño de ocho años puede tener una cabeza que funciona como si tuviera once, por lo que la forma de ver la vida es un desafío»
Tanto en Los Simpson como en la vida real, ser inteligente puede convertirse en una «maldición». ¿Hay adversidades adicionales por ser niña o mujer?
Aunque no todas las niñas superdotadas son como Lisa ni todos los niños son como Bart, sí es cierto que las niñas tienden a ocultar o disimular más sus capacidades. Así, es más difícil detectar la superdotación en niñas, por lo que se les priva del apoyo que necesitan. Las mujeres hemos estado educadas para ser calladas, sumisas y calmadas. Además, a nivel social se espera de las niñas adolescentes que estén siempre guapas, que pongan buena cara, que se cuiden para los chicos… Evidentemente, si una chica va en contra de esos principios es más probable que genere rechazo.
¿Cómo se está gestionando la superdotación femenina en España?
En España, la superdotación en general no se gestiona. Ahora mismo, el índice de detección de niños superdotados es bajísimo. Según estadísticas del Ministerio de Educación, hay 40.000 niños y niñas superdotados en las escuelas, cuando se estima que debería haber 160.000. En cuanto a niños con altas capacidades, debería haber 800.000. Imagina cuánta gente hay sin apoyo educativo. Y en este sentido, las niñas son las grandes olvidadas: si ellas sacan buenas notas, se piensa que es porque se esfuerzan mucho; si los niños sacan buenas notas, en cambio, su logro se atribuye a la inteligencia.
¿Existe algún tipo de «miedo» a descubrir que las mujeres son más inteligentes de lo que se pensaba?
No creo que sea miedo, sino desinterés por parte de las administraciones públicas y una auto-ocultación de las propias superdotadas. Las mujeres creen que son menos inteligentes de lo que realmente son, al contrario que los hombres, que se creen más inteligentes de lo que son.
En España hay varias organizaciones que trabajan en el rediseño de un sistema educativo para integrar a colectivos vulnerables. ¿Hay formas de adaptar el sistema educativo para integrar también a los alumnos superdotados?
En teoría está diseñado, y en teoría está en la ley: cuando se detecta que un niño tiene altas capacidades, este tiene derecho a educación adicional, así como derecho a ciertas becas, a actividades alternativas y a apoyo extra en clase, entre otras cosas. Lo que no se hace apenas, y en mi opinión se debería hacer más, es subir a los estudiantes de curso. Actualmente se puede adelantar a un niño hasta tres años, pero ya es difícil que lo suban un solo año. En parte, esto sucede porque los superdotados requieren apoyo educativo extra, algo que requiere de inversión económica y que a veces el colegio prefiere ignorar. En cambio, en Estados Unidos es más común ver a niños de 12 años en la universidad. Aquí, eso es impensable. En cierto modo, es como si estuviéramos en contra de que haya gente por delante de otros.
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