Una farmacia circular al servicio de la salud de las personas y del planeta

El binomio «transición ecológica» y «transformación digital» es indisoluble. Consciente de ello, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos se ha marcado el objetivo de que todos y cada uno de los agentes de la profesión sean exponentes del compromiso del sector con la sostenibilidad, basándose en el uso inteligente de las nuevas tecnologías. De este modo, los más de 78.000 farmacéuticos –en las distintas modalidades de ejercicio– junto con la red de 22.198 establecimientos, contribuirán a la sostenibilidad ambiental y a la economía circular en la cadena de valor del medicamento a través de iniciativas alineadas con el Pacto Verde Europeo. Una determinación que se ha establecido a partir de una idea clara,  como explica la tesorera del Consejo, Ana López-Casero: «Los farmacéuticos, como profesionales de la salud, sabemos que un medioambiente saludable se convierte en más salud para los ciudadanos de hoy y de mañana».

El primer programa de la Estrategia Social del Consejo General enfocado en este ámbito, denominado Medicamento y transición ecológica, quiere desarrollar proyectos concretos para reducir la huella de carbono y mejorar la optimización de recursos y el uso responsable de bienes y servicios. «Entre las iniciativas que se contemplan dentro de dicho programa se incluye convertir las más de 22.000 farmacias de la red española en focos de concienciación y sensibilización, como agentes sanitarios con efecto multiplicador sobre el entorno, y en referentes del compromiso de la profesión con la sostenibilidad y con el cumplimiento del Pacto Verde Europeo», desgrana López-Casero.

El programa «Medicamento y transición ecológica», quiere desarrollar proyectos concretos para reducir la huella de carbono

Debemos recordar que las farmacias ya son puntos de referencia que quieren potenciar (aún más) la educación y concienciación medioambiental, así como el uso responsable de medicamentos. SIGRE (entidad sin ánimo de lucro) es el mejor ejemplo, ya que lleva 20 años fomentando la devolución de los envases vacíos o caducados y evitando el vertido de restos de dichos fármacos, altamente contaminantes, a la naturaleza. Esta entidad ha conseguido que el reciclaje de medicamentos se haya incorporado entre las buenas prácticas medioambientales de los españoles. Así lo atestigua su último sondeo de opinión, que refleja que el 98% de los españoles considera que el cuidado del medioambiente es importante para la salud y que el 86% de los hogares ha incluido ya el reciclaje de los medicamentos dentro de sus buenos hábitos medioambientales. «Esta concienciación medioambiental ha motivado que en 2022 los españoles depositasen de media en el Punto SIGRE de la farmacia un 5% más de envases vacíos o con restos de medicamentos respecto al año anterior», explica el subdirector general de la entidad, Miguel Vega.

El éxito de SIGRE se refleja en sus dos décadas de vida, en las que ha ahorrado muchos recursos naturales: ha evitado la tala de más de 197.000 árboles (el equivalente a 11 parques de El Retiro), el uso de 371 millones de litros de agua (los necesarios para llenar 148 piscinas olímpicas) y de 402 millones de kWh de consumo energético.

La importancia del ciclo de vida de los medicamentos

El vocal de Salud Pública del Consejo General, Claudio Buenestado Castillo, lo tiene claro: «El ciclo de vida sostenible de los medicamentos no debe empezar en el último escalón». Antes de eso son necesarias una serie de medidas que favorecerán la sostenibilidad de los medicamentos, como son: un diagnóstico correcto, posología adecuada y cumplimiento de la terapia, el uso racional de los medicamentos, disminución de las listas de espera para que los pacientes no se conviertan en crónicos y, sobre todo, fomentar los hábitos de vida saludable que son las mejores medidas de prevención de las enfermedades y, por ende, de influir en la sostenibilidad de los medicamentos. Buenestado Castillo destaca, además, «que el uso de los fármacos supone un aumento de su presencia en suelos y aguas superficiales y subterráneas que, por ejemplo, puede tener consecuencias en la aparición, amplificación y diseminación de resistencias con relevancia clínica».

A este respecto, el vocal añade que es necesario diseñar y formular fármacos más ecológicos, «con menor impacto ambiental, por ejemplo, que sean menos reactivos biológicamente o que se eliminen más fácilmente del medio ambiente», y que las instalaciones de fabricación de medicamentos «necesitan una mejor gestión de las aguas residuales». También apunta la importancia de «un uso juicioso y responsable de los fármacos, tanto en medicina humana como en veterinaria», y que «se debe dar prioridad a las intervenciones no farmacológicas cuando sea posible». El vocal concluye que, sobre todo, «es fundamental educar a los profesionales de la salud sobre el impacto de la contaminación por medicamentos».

El farmacéutico como investigador

El papel del farmacéutico como investigador para cuidar el medioambiente es muy importante, algo que tienen claro los responsables del proyecto Basque Sustainable Pharmacy, Gorka Orive y Unax Lertxundi.

Gorka Oribe: «Los farmacéuticos son un agente absolutamente crucial en el uso del medicamento, y su contribución puede ser clave para luchar contra la farmacontaminación»

«Creemos que hasta la fecha los profesionales sanitarios hemos vivido de espaldas a este problema», señala Orive, que es doctor en Farmacia, lleva más de 20 años impartiendo clases en la universidad y ha publicado más de 300 artículos en revistas científicas internacionales. «Pero está empezando a cambiar. Además, creemos que es el momento de pasar de una concienciación a una acción más directa en materia de sostenibilidad, eso sí, sin olvidar nunca el papel fundamental que los medicamentos han tenido, tienen y tendrán en la salud de los seres humanos y animales». «Los farmacéuticos», prosigue, «son un agente absolutamente crucial en el uso del medicamento, y su contribución puede ser clave para luchar contra la farmacontaminación, promoviendo un uso racional del medicamento, proporcionando información acerca de una correcta gestión de residuos farmacéuticos y favoreciendo la adherencia a los tratamientos».

Sobre cómo hacer que todo el sector se vuelque con la sostenibilidad, Lertxundi considera que estamos viviendo un punto de inflexión, especialmente en Europa con el Green Deal. Hace unos meses, se publicó la nueva propuesta de Directiva Marco del Agua, que contiene una novedad muy relevante: por primera vez incluye una lista de fármacos como sustancias prioritarias. Es decir, se establecen unas concentraciones en las aguas (tanto superficiales como subterráneas) que no se deben superar. Además, la nueva propuesta de Directiva Aguas Residuales Urbanas requerirá que las depuradoras eliminen al menos el 80% de una serie de fármacos que hoy día resultan difíciles de eliminar. «También acabamos de ver cómo un fármaco anestésico ha dejado de usarse en Escocia, no por falta de eficacia o motivos de seguridad clínica, sino por motivos medioambientales como la huella de carbono», desarrolla el también doctor en Farmacia y con más de 50 artículos de investigación que le avalan. A este respecto, Orive concluye que «tarde o temprano vamos a tener que afrontar la situación; en este sentido, la formación, tanto de los profesionales en activo como la de los futuros profesionales, será fundamental».