Educación

Las diez universidades más antiguas del mundo

Europa reúne la mayoría de las universidades con mayor tiempo en activo. Diferentes enfoques y tradiciones las definen, pero el pasado las junta: viajamos por las diez más antiguas del mundo.

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18
octubre
2022

Cada civilización ha desarrollado escuelas donde los saberes, de la mano de eruditos, filósofos y monjes, se han ido transmitiendo hacia un alumnado selecto: desde las sectas mistéricas hasta la creación de la universidad tal y como la conocemos hubo que esperar hasta la Edad Media, cuando las comunidades de profesores y estudiantes recibieron reconocimientos gremiales (que es el sentido que tiene el uso de la palabra «universidad»). 

Hoy en día, Europa sigue siendo el continente donde los centros universitarios más antiguos siguen impartiendo sus clases. La mayoría de ellas, de hecho, surgieron alrededor de las áreas donde se conservaba –no por casualidad– mayor tradición monástica, como en tierras italianas, españolas e inglesas. Cada cual con su propia impronta y distinción.

Universidad de Bolonia

Si pudiésemos observar la ciudad de Bolonia como se veía en la Edad Media no sería descabellado trazar paralelismos con un Nueva York de la época: sus famosas casas-torre, de las que se conservan algunas, rasgaban el horizonte como lo hacen los modernos rascacielos, mientras en sus calles bullía el gentío en torno a artesanos, comerciantes y una nobleza que se enorgullecía de su frágil patria.

La Universidad de Bolonia fue fundada en 1088 por Irnerius, un jurista que impartía clases en las escuelas municipales, si bien no sería hasta 1317 cuando se crearían sus primeros estatutos. La veterana institución destacó por su excelencia en la enseñanza del Derecho –tanto el canónico como el civil–, las humanidades y las artes liberales, como la filosofía, la medicina, la lógica, la gramática, la aritmética o la astronomía, entre otras.

Muy vinculada a la aristocracia local, el alma mater tejió a su alrededor un nodo de transmisión del saber y de la investigación que logró refinar los conocimientos de la época. Su herencia fue clave durante el Renacimiento, siendo depositaria de saberes bizantinos y clásicos.

Universidad de Oxford

El célebre campus, uno de los símbolos internacionales de la elevación académica, comenzó su actividad en 1096. La institución, constituida por 38 colleges independientes entre sí tanto a nivel administrativo como presupuestario, es famosa por la calidad de su enseñanza en el campo de las humanidades, tan solo ensombrecido en el de las ciencias por su competidora histórica, la Universidad de Cambridge. Su popularidad comenzó en el siglo XII, cuando el rey Enrique II prohibió que los estudiantes ingleses se formasen en París. Una decisión política que permitió que las islas británicas se convirtieran con el tiempo en uno de los motores culturales europeos.

Además de la belleza de sus edificios, diseminados a lo largo de la localidad, Oxford conserva innumerables tesoros, como la Biblioteca Bodleiana, una de las más antiguas de Europa y de las más extensas en sus fondos, tan solo superada en Gran Bretaña por la Biblioteca Británica.

Universidad de París

Fundada por el obispo Robert de Sorbon –de ahí que en nuestros días se llame La Sorbona– en 1150, pronto se convirtió en un centro indiscutible del saber europeo. Teología, retórica, filosofía: a su alrededor se forjaron algunas de las discusiones clave para el desarrollo de la escolástica. Especial fue su influencia durante el Cisma de Occidente de la Iglesia Católica, que entre 1378 y 1417 llegó a tener tres obispos declarados Santos Pontífices que se excomulgaron entre sí.

Su influencia internacional fue debilitándose con el paso de los siglos, sucediendo todo lo contrario con su valor dentro del territorio francés: en la actualidad, la Universidad de la Sorbona, continuación de la Universidad de París, es un privilegiado centro de enseñanza que, a diferencia de los más afamados campus anglosajones y bajo el espíritu de la Revolución Francesa y la legislación en vigor, es accesible a estudiantes de cualquier estrato social y económico.

Universidad de Módena

En un contexto de competencia entre ciudades-Estado, la Universidad de Módena fue fundada en 1175 para cubrir la demanda de estudiantes que existió en la región. Sigue destacando en humanidades, filosofía y medicina, como es el caso de la mencionada (y vecina) Universidad de Bolonia.

En estos momentos posee dos sedes y cuenta con un nuevo nombre: Universidad de Módena y Reggio Emilia.

Universidad de Cambridge

Fundado alrededor de 1209, el alma mater británico se formó a partir de estudiantes que emigraron de otra universidad –en este caso, de Oxford– tras una disputa de un grupo de eruditos con los habitantes de la ciudad.

Desde su inicio, su competitividad con los colleges oxonienses es patente. Se caracteriza por ser una universidad elitista que, como su afamada vecina, apuesta por el talento de sus alumnos y su rendimiento académico. Sus 31 colleges destacan en la exquisitez de su enseñanza en toda clase de estudios, destacando las humanidades y las ciencias. En este último campo se ha elevado como centro de referencia mundial: científicos como Isaac Newton desarrollaron sus investigaciones en Cambridge, así como un total de 116 Premios Nobel, 11 Medallas Fields y 6 Premios Turing. 

Al igual que sucede con Oxford, en la actualidad son ingentes los esfuerzos para conseguir reducir la brecha económica en el acceso a la institución de los aspirantes de familias menos pudientes. 

Universidad de Salamanca

El alma mater castellanoleonesa fue fundada en 1218 como Studium generale, figura predecesora de la universidad tal y como la conocemos, y en 1252 como universidad. Fue la primera en Europa en obtener esta intitulación por Real Cédula de Alfonso X el Sabio, por lo que, obviando cronología y funcionalidad, es la primera universidad del mundo que fue reconocida como tal.

Su origen radicó en las escuelas catedralicias de Salamanca, surgiendo como un centro de estudios jurídico paralelo a la existencia de la Universidad de Bolonia. La ciudad se convirtió en un centro de desarrollo de disciplinas más allá del derecho, como la filosofía o la medicina. Salamanca y el campus hispánico se convirtieron desde el origen en un nodo cultural del mundo cristiano sin nada que envidiar a París. El aperturismo de reyes castellanos como el mencionado Alfonso X o su predecesor, el mestizaje cultural entre cristianos, judíos y musulmanes y el impulso de la Escuela de Traductores en Toledo lo convirtieron en un lugar privilegiado en toda Europa. 

La Universidad de Salamanca no solo ha conservado su excelencia con el paso del tiempo, sino que se ha convertido en un centro de referencia en Latinoamérica. Su especialidad sigue siendo el derecho y las humanidades, si bien imparte un rico abanico de estudios en toda clase de disciplinas académicas.

Universidad de Padua

Regresando a la península itálica, la Universidad de Padua nació en 1222 y hoy es considerada uno de los campus más importantes del país mediterráneo. Su historia es la de la compasión y la búsqueda de oportunidades: un obispo y un magistrado dieron asilo en la ciudad a estudiantes de la Universidad de Bolonia que aspiraban a una mayor libertad académica en sus estudios. En aquella época, la rivalidad entre las ciudades italianas era muy pronunciada y la aristocracia local no dejó pasar la oportunidad.

Tiene como símbolo la cabeza de un buey en referencia a quien fue el dueño de la que es su sede principal, el Palacio Bo, propiedad de un rico carnicero local. Destacó en la enseñanza de los estudios de astronomía, dialéctica, derecho canónico, gramática, filosofía y medicina. En 1678, la institución se convirtió en la primera universidad en expedir un título de doctorado a una mujer, concretamente a la filósofa veneciana Elena Lucrezia Cornaro. Su lista de personalidades egresadas, además, es tan extensa como su historia.

Universidad de Nápoles

Fundada en 1224, la Universidad de Nápoles posee el privilegio de ser la universidad laica y estatal más antigua del mundo. Especializada en derecho, filosofía y medicina en sus inicios, como casi todos los campus del medievo, hoy en día sigue siendo un centro neurálgico de la enseñanza académica en Italia. Actualmente mantiene el nombre de Universidad de Nápoles Federico II. 

Universidad de Toulouse

Raimundo VII de Tolosa, conde y señor del territorio, consiguió en 1229 que el rey francés Luis IX le concediese la creación de la Universidad de Toulouse. Su creación fue fruto de la derrota aragonesa durante la Cruzada Albigense, en la que la Corona de Aragón y sus vasallos, entre ellos Toulouse, intentaron proteger a los cátaros, secta cristiana declarada hereje (y el reino de Francia impedir la influencia aragonesa más allá de los Pirineos).

La universidad inicial se organizó en torno a cuatro facultades, entre las que destacaron la de Derecho civil y Teología. Poco tiempo después se sumó la de Medicina, sumando más disciplinas con el paso de los siglos.

Universidad de Valladolid

Se desconoce si es la evolución de una universidad más antigua, la de Palencia, pero lo que sí se conoce es su fundación en 1241, siendo así la tercera universidad más antigua de España. Como sus homólogas, ofreció en origen estudios en derecho, filosofía y medicina, entre otros.

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