Economía

La hora de un nuevo capitalismo

La crisis climática, la recuperación justa y la necesidad de alinear el capital financiero al servicio de la prosperidad social han puesto sobre la mesa la «inversión de impacto» y la renovación del sistema.

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01
febrero
2022

La sostenibilidad y el impacto social están ligados ya al discurso y a la acción de una gran parte de personas, empresas y organizaciones. La búsqueda de soluciones a una innegable crisis climática, el anhelo de una recuperación justa y la necesidad de que el capital financiero se ponga al servicio de la prosperidad social han puesto sobre la mesa la «inversión de impacto»: aquella que busca de forma intencional un impacto social o medioambiental positivo; algo medible, además de un retorno financiero como herramienta para diseñar el futuro.

Y así lo entiende Europa también cuando su mecanismo de recuperación tras la pandemia son los fondos NextGenerationEU, un plan ambicioso para reconstruir la economía apostando por una transición verde, una transformación digital y una Europa más resiliente que refuerce la cohesión social tras el impacto de la pandemia. Ese es el camino que SpainNAB lleva años transitando.

Pero ¿cómo lo hemos recorrido hasta llegar aquí? Los inicios se remontan a 2013, cuando el entonces primer ministro británico David Cameron elevó la inversión de impacto a la agenda del G8 y creó un grupo de trabajo que dos años más tarde pasó a convertirse en el Global Steering Group for Impact Investment (GSG). El GSG es un grupo global independiente presidido por el considerado padre de la inversión de impacto, Sir Ronald Cohen, y busca catalizar el impacto a través de la inversión y el espíritu emprendedor para beneficiar a las personas y al planeta. Este movimiento rápidamente traspasó las fronteras del G8 para ir calando en otros países hasta llegar al total de 34 países –además de la Unión Europea– que actualmente forman parte del GSG.

La «inversión de impacto» es aquella que busca de forma intencional un impacto social o medioambiental positivo

En 2017, el ecosistema de la inversión de impacto en España aún era incipiente. Existían incubadoras y fondos pioneros que trabajaban con empresas sociales, pero el mercado no contaba con la infraestructura necesaria para desarrollar todo su potencial. En este contexto, en mayo de 2018, un grupo de personas y entidades comprometidas nos unimos para empezar nuestro propio camino al impacto: inspirándonos en lo que había ocurrido en otros países, pensamos que la adhesión de España a la comunidad internacional del GSG podía ser el catalizador que necesitábamos; lo pensamos y lo hicimos. Constituimos así SpainNAB, un consejo consultivo formado por 16 personas para hacer crecer la inversión de impacto en nuestro país.

Entonces llegó marzo de 2020 y el mundo se paró. Tras un primer momento de shock, pronto nos dimos cuenta de que la crisis iba a ser más profunda y larga de lo esperado; pero, a su vez, nos dimos cuenta también de que era la ocasión ideal para resetearnos e impulsar un nuevo capitalismo donde el sector financiero, social, empresarial y público trabajasen de la mano para una reconstrucción justa y sostenible. La inversión de impacto emergía como la herramienta adecuada para este fin.

Y en medio de esta crisis social y climática sin precedentes, en 2021 la presidencia del G7 volvió a recaer en Reino Unido, quien encargó de nuevo al GSG la coordinación de un grupo de trabajo en el que participó SpainNAB. Como resultado, se emitió un informe de recomendaciones que insta a los gobiernos a poner en marcha medidas para que el capital privado de impacto pueda vincularse más eficazmente con la financiación pública para lograr, así, resultados sociales y medioambientales.

Conscientes de los retos a los que nos enfrentamos, SpainNAB se refuerza: tras dos años y medio de trabajo, lo que empezó como un consejo consultivo es hoy una asociación formada por 28 miembros que trabajan para que el mercado alcance la escala adecuada y el impacto generado sea profundo y duradero.

Contamos con todo lo necesario para poder hacerlo: un consenso global de la urgencia de actuar; un sector fuerte y cohesionado que habla con una voz única a través de SpainNAB; un G7 que nos escucha; y una Europa que nos marca el camino y nos brinda los recursos. Debemos aprovechar el momentum actual para llevar la inversión de impacto al siguiente nivel, de la mano de todo el ecosistema y con un rol claro del sector público como catalizador del mercado, tal y como ha ocurrido en países europeos como Francia o Portugal. Estamos preparados para la revolución de impacto.


José Luis Ruiz de Munain es director general de SpainNAB.

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