Bienvenidos a la ‘Edad Sostenible’
La reinvención de Cepsa, plasmada en su ‘Estrategia 2030, Positive Motion’, abre un nuevo paradigma verde en el que España podrá convertirse en líder global.
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Entre el caótico ir y venir de los carros de caballos y los viandantes ataviados con gabardinas y sombreros por las calles de Barcelona luce un cartel donde una figura femenina, al más puro estilo Art Nouveau, sujeta un volante entre sus manos. Anuncia la segunda edición del Salón del Automóvil de Barcelona. Es el año 1922 y tanto la presencia del Rey Alfonso XIII como la de los 33.410 visitantes que acuden –un verdadero hito para la época– reflejan el éxito de la primera edición internacional del evento, pero, sobre todo, el entusiasmo de una sociedad que deja atrás una guerra mundial y una dura pandemia provocada por la gripe española. Nace un nuevo mundo ilusionado por un futuro lleno de posibilidades.
Durante esos locos años 20, las ciudades y pueblos, como la sociedad, también se transformaban de forma acelerada. Aquellos extraños y lujosos carros sin caballos de principios de siglo se popularizaban entre unos ciudadanos que aspiraban a mejorar sus vidas y las de sus hijos conectando ciudades y pueblos, industrializando la agricultura, las fábricas y el transporte marítimo.
Como resultado, en 1929 nace la Compañía Española de Petróleos S.A., la primera petrolera privada de España –más conocida como Cepsa– con la promesa de inyectar esa energía que la gran transformación que se gestaba en el país demandaba.
Así, el impulso de los combustibles fósiles permitió la mayor evolución en la historia reciente de la humanidad. Desde la abundante oferta de alimentos hasta el nacimiento de las clases medias, la industrialización del siglo XX logró extender en España y gran parte del mundo el tan conocido estado de bienestar, ese modelo social del que disfrutamos en la actualidad. Sin embargo, a pesar de las grandes herencias, en estos nuevos años 20 ya es una evidencia irrefutable que la emisión de gases de efecto invernadero acumulada desde la eclosión de la Revolución Industrial ha alimentado un silencioso fenómeno que pone en riesgo el futuro de la humanidad: el cambio climático. Los incendios, las olas de calor o los fenómenos climáticos extremos son algunos de sus indicios más visibles. Pero las consecuencias serán mucho mayores si no actuamos hoy mismo: según advierte el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), debemos alcanzar la neutralidad climática en 2050 para evitar sus peores –e irreversibles– consecuencias.
Cepsa instalará 20 puntos de recarga ultrarrápida de vehículos eléctricos a la semana en España y Portugal
Ante este escenario, Cepsa, esa joven compañía que impulsó la revolución en España a principios del siglo XX, ha presentado recientemente la Estrategia 2030, Positive Motion, una guía para reinventarse en clave sostenible que busca impulsar ese cambio de paradigma capaz de situarnos, de nuevo, en el camino hacia un futuro próspero y esperanzador: la Edad Sostenible.
Entre sus ambiciosos objetivos, la compañía se ha comprometido a recortar en un 55% sus emisiones directas (alcance 1 y 2) para 2030, fecha límite en la que la mitad de su EBITDA ya procederá de negocios sostenibles. Así, 2050 será el año en que alcancen la neutralidad climática. Pero esto no significará el fin del cambio: a partir de entonces, Cepsa será climáticamente positiva, comprometiéndose a revertir el proceso de cambio climático de forma directa a través de la absorción de CO2, entre otras medidas. Para conseguirlo, tal y como refleja la nueva estrategia, la movilidad sostenible y la energía verde serán las dos grandes aliadas de la compañía.
Junto a Endesa, Cepsa impulsará el mayor ecosistema de movilidad eléctrica de España y Portugal, instalando 20 puntos de recarga ultrarrápida cada semana con el objetivo de que haya al menos uno en cada 200 kilómetros de carreteras de la península para 2030. Igualmente, para facilitar la transición de los vehículos pesados, claves en la estabilidad de la cadena de suministro, proyecta una red de repostaje de hidrógeno que garantizará la presencia de al menos una estación cada 300 kilómetros en los principales corredores que conectan España con el resto de Europa. De esta forma, en lugar de antiguas gasolineras, el paisaje acogerá áreas de servicio de repostaje multienergético donde, además, se reforzarán los servicios de restauración y ultraconveniencia ofreciendo alimentos frescos, productos de parafarmacia, puntos de recogida de paquetería o lavado sostenible de vehículos.
El otro gran pilar de la estrategia de transformación, la energía sostenible, busca impulsar el proceso de descarbonización pero también facilitar la soberanía energética de Europa ante un contexto internacional complejo como en el que nos encontramos, donde la dependencia de terceros países puede suponer un riesgo para la estabilidad. Desde el transporte aéreo hasta el marítimo, Cepsa se compromete así a facilitar la transición ecológica de todos sus clientes.
La Península Ibérica se convertirá en un nodo clave para la importación y exportación internacional de hidrógeno
Ahora que esta compañía es uno de los mayores productores españoles de hidrógeno, Cepsa planea también reforzar su apuesta por la producción sostenible de este combustible, llegando a generar el equivalente de 2 gigavatios (GW) de energía anuales en España y Portugal para 2030. También dará un fuerte impulso a los biocombustibles produciendo 2,5 millones de toneladas al año para el final de esta década. Estos, creados a partir de residuos orgánicos, permiten descarbonizar la economía dando una segunda vida a compuestos que, de otra forma, podrían terminar filtrándose en ecosistemas naturales agravando su degradación. Además, la compañía pretende aprovechar este recurso circular para convertirse en un proveedor de referencia de combustible sostenible para la aviación con una producción anual de 800.000 toneladas.
Una estrategia que podrá materializarse gracias a la transformación de las refinerías en Energy Parks, centros sostenibles donde se aprovecharán las instalaciones y el conocimiento acumulados durante décadas para tratar hidrógeno verde y biocombustibles. Para no dejar ni un cabo suelto y garantizar que todos los procesos industriales se llevan a cabo de forma limpia, la empresa también se compromete a desarrollar infraestructuras de energía solar y eólica con capacidad de 7 GW.
De esta manera, los propios centros que una vez contribuyeron a impulsar la revolución de la combustión permitirán a España y Portugal liderar la construcción de un futuro energético sostenible: gracias a su ubicación en el sur de la península y la cercanía con puertos estratégicos, los países ibéricos podrán convertirse en hubs de referencia global en la importación y exportación de energía, conectando África y Oriente Medio con el continente europeo.
En esta nueva Edad Sostenible, Cepsa se convierte en la nueva Cepsa. Un cambio que supondrá una inversión de entre 7.000 y 8.000 millones de euros, de los cuales un 60% se destinarán exclusivamente a inversiones sostenibles, hito que marca un punto de inflexión no solo en la compañía, sino en todo el sector. Porque más allá de las enormes repercusiones prácticas que provocará en la lucha global contra la degradación del medio ambiente, también goza de un gran significado simbólico: Igual que durante los años 20 del siglo pasado, se abre ahora ante nosotros la oportunidad de un nuevo mundo, una Edad Sostenible que aprende de grandes conflictos para inspirar esa ilusión en un futuro distinto, mejor y lleno de posibilidades.
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