Opinión

Los municipios toman el relevo en la lucha por el clima

La Cumbre del Clima nos dejó el mensaje de que es tiempo de actuar. Si nuestros representantes nacionales no lo hacen, hagámoslo desde lo local. No hay tiempo que perder.

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10
enero
2020

Decepción, rabia, enfado, incertidumbre, indignación… estas son solo algunas de las sensaciones que despertó el final de la COP25, la Cumbre del Clima celebrada en Madrid el pasado diciembre. Se sabía que no vendría Trump tras la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París. No se esperaba nada de países como Rusia o Brasil y había que negociar de manera empática e inteligente con China e India para que dieran un paso al frente en sus compromisos climáticos o para que, al menos, no bloquearan el avance de las negociaciones. Se esperaba también que la Unión Europea adoptase un papel protagonista tras el anuncio del Pacto Verde Europeo. Sin embargo, los hechos y los gestos políticos demuestran que Europa no ha apostado por esta cumbre tanto como debiera.

Ni Macron ni Merkel acudieron a la cita cuando sí lo hicieron en la cumbre de la OTAN en Londres junto con el resto de líderes mundiales. Tampoco se transmitió un mensaje unidad ante el compromiso de reducción de emisiones. Además, días antes de iniciarse la Cumbre del Clima los medios transmitieron el mensaje de que el encuentro de Madrid era una cumbre de las denominadas «de transición» y que la importante era la COP26 de Glasgow que se celebrará a finales de 2020. De esta COP25 se esperaba tener concretados todos los detalles del nuevo mecanismo de mercado internacional de derechos de emisión de CO2 para que durante el año 2020 se concretasen los detalles técnicos y para que en Glasgow se diese el pistoletazo de salida para su puesta en marcha. Pero parece que un año no tiene importancia para nuestros gobernantes.

No se puede afrontar el reto del cambio climático sin abordar la transición hacia una nueva economía

Aún tenemos diez años por delante hasta el año 2030, meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y límite para evitar el aumento de  1,5 grados centígrados de temperatura, el denominado punto de no retorno. Nos queda una década para ganarnos el derecho a ser habitantes de este planeta. De lo contrario, deberemos empezar a catalogarnos como una plaga destructiva o enfermedad mortal del planeta Tierra. Si esta Cumbre nos ha dejado algo claro es que la solución no va a venir de los gobiernos nacionales. El multilateralismo presenta síntomas de un claro agotamiento. No se puede pretender afrontar el reto del cambio climático de forma aislada sin abordar la transición hacia una nueva economía y sin crear un comercio internacional alineado con los ODS y el Acuerdo de París.

Ha llegado la hora de los municipios. Ante la demostrada incapacidad de los gobiernos y los políticos nacionales, atascados en ideologías caducas que se crearon hace más de dos siglos para afrontar los retos globales, debemos apostar por el liderazgo de las entidades locales. Las ciudades son la causa directa de tres cuartas partes de las emisiones de carbono y se espera que en 2050 más de dos terceras partes de la población mundial viva en ellas. Es por ello por lo que este nuevo liderazgo  –con la suma de la ciudadanía, las empresas y los gobiernos locales– puede ser la clave para alcanzar los objetivos que debemos afrontar esta década.

Las ciudades son la causa directa de tres cuartas partes de las emisiones de carbono

El primer día de la COP25, desde el Foro NESI de Nueva Economía e Innovación Social se presentó la iniciativa Municipios 2030: Red de Municipios por una Nueva Economía. Quisimos hacerlo el primer día para demostrar que en este tipo de cumbres no hay que esperar al último minuto para demostrar compromisos y pasar a la acción. Se trata de una red abierta a cualquier entidad local –Ayuntamiento, Diputación Provincial u otras agrupaciones de municipios– que quiera aplicar las denominadas nuevas economías como herramientas tanto para contribuir desde lo local a los ODS como para convertirse en municipios neutros en carbono.

Modelos como la economía circular, el consumo colaborativo, la economía social y solidaria, la economía del bien común, las B Corps, las finanzas sostenibles y la inversión de impacto, entre otros, han demostrado que pueden contribuir a la lucha contra el cambio climático y alinear las políticas locales con los ODS. En el primer trimestre de 2020, las entidades que ya han anunciado la adhesión a Municipios 2030, como el Ayuntamiento de Málaga, la Diputación de Palencia y varios municipios de la red Kaleidos, comenzarán a trabajar de manera coordinada para aplicar estas nuevas economías y avanzar hacia la Agenda 2030. La suma de muchos más municipios y diputaciones nos ayudará a recuperar la esperanza en nuestra capacidad de afrontar grandes retos como humanidad.

La COP25 nos dejó el mensaje de que es #TiempoDeActuar. Si nuestros representantes nacionales no lo hacen, hagámoslo desde lo local. No hay tiempo que perder.


(*) Diego Isabel La Moneda es co-fundador y presidente de NESI Forum.

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