Cultura

Thom Yorke se lanza a salvar la Antártida (con música)

Thom Yorke, cantante de Radiohead, lanza un nuevo tema en solitario titulado ‘Hands off the Antarctic’ en apoyo a la campaña de Greenpeace para proteger el océano Antártico.

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22
octubre
2018

Dicen que la música amansa a las fieras, pero también puede servir para protegerlas. Más allá de la canción protesta que abanderaba los movimientos sociales hace décadas, miles de artistas han utilizado sus creaciones para reivindicar diferentes causas. Y el medio ambiente es una de ellas. Si hace unas semanas era Paul McCartney quien aprovechaba su nueva canción Despite repeated warnings para atacar a los negacionistas del cambio climático y, de paso, la política ambiental de la administración Trump, ahora es Thom Yorke, vocalista de Radiohead, quien se ha querido sumar a la lucha contra el calentamiento global a través de sus composiciones.

El vocalista de Radiohead apoya la campaña de Greenpeace que pide la creación de un Santuario del Océano Antártico para proteger a la fauna

Yorke ha lanzado en solitario el tema Hands off the Antarctic (‘las manos fuera de la Antártida’) en colaboración con Greenpeace para apoyar la campaña que el grupo ecologista tiene en marcha para proteger el océano Antártico, uno de los más amenazados por el cambio climático. El videoclip del tema muestra precisamente algunas impresionantes imágenes en blanco y negro tomadas durante la expedición de tres meses que la organización llevó a cabo a principios de este año. «Algunos lugares de este planeta están destinados a permanecer prístinos y salvajes y a no ser destruidos por la huella de la acción humana», explica el líder de Radiohead, que aclara que el tema ­-una canción instrumental con guiños electrónicos- trata «sobre la necesidad de detener la marcha implacable del ser humano hacia allí. La Antártida es un verdadero desierto y lo que sucede allí nos afecta a todos. Por eso deberíamos protegerla».

La creación de un Santuario del Océano Antártico (Área Protegida Marina del Mar de Weddell) estará sobre la mesa en la reunión de finales de octubre de la Comisión del Océano Antártico (CCAMLR). Dos millones de personas han firmado una petición para que la creación de esta zona protegida sea una realidad, en una acción que la convertiría en el área protegida más grande de la Tierra, con una superficie de 1,8 millones de kilómetros cuadrados. En ellos habitarían pingüinos, focas, ballenas y otras especies salvajes de la fauna antártica, que pasarían a vivir en un hogar a salvo de la contaminación, la pesca industrial y los efectos más dañinos e inmediatos del cambio climático.

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