Las dos ‘euskadis’ se encuentran en un cómic

El cómic empezó a fraguarse muchos años antes de que su propio autor se planteara siquiera dibujarlo. A principios de este siglo, durante la presentación de la película documental La pelota vasca, de Julio Médem, Eduardo Madina se acercó a Fermín Muguruza y le dijo que le encantaba su música. «Me impactó mucho que me dijeras que me seguías, y que te solidarizabas conmigo por la censura que estaba sufriendo. Saber que un atentado de ETA podía haberte matado… Y tus palabras, tu cercanía, tu sinceridad me impresionaron. Sentí que nuestra labor era la de construir puentes. Esas construcciones arquitectónicas que sirven para comunicar dos orillas, que además son los primeros susceptibles de derribo en cualquier conflicto».

Estas palabras se las dijo el músico y exponente del rock radical vasco al exsecretario del Grupo Parlamentario Socialista en la segunda ocasión en que se vieron, 10 años después, un día de diciembre. Pero ya desde la adolescencia, sin darse cuenta, sus vidas, que reflejan dos euskadis diferentes, casi opuestas, se entrecruzaban involuntariamente una y otra vez: como cuando Madina devoraba los discos de Muguruza al frente de Negu Gorriak y Kortatu, o cuando al cantante le dijeron, después de dar un concierto lejos de su tierra, que el joven político acababa de perder una pierna en un atentado de ETA. Esto es lo que refleja el cómic Los puentes de Moscú (Astiberri), del asturiano Alfonso Zapico, que a través de sus viñetas circunda las biografías de los dos protagonistas, hasta que culmina en la entrevista que Madina (Bilbao, 1976) le hizo a Muguruza (Irún, 1963) para Jot Down.

Fermín Muguruza apoyaba la lucha armada en los años ochenta

El expolítico se ha revelado como un entrevistador incisivo y al mismo tiempo empático, capaz de dotar de una profundidad inesperada a sus encuentros (como ha demostrado en sus colaboraciones para Ethic). «Hubo una temporada en que me dio por hacer entrevistas a músicos. Hice una, para Jot Down, a Eric Jiménez, el batería de Los Planetas, y funcionó muy bien, de modo que me pidieron otra. Y se me ocurrió llamar a Fermín», explica Madina. «Me dijo que sí, y quedamos un día, en diciembre de 2016, en Irún. Está cerca de Angoulême, la ciudad francesa donde vive Alfonso [Zapico], amigo de los dos. Le propuse que viniera a ilustrar la entrevista para Jot Down, y de paso nos encontrábamos, y comíamos juntos».

El ilustrador aceptó encantado. La conversación se prolongó mucho más de lo esperado, hasta más allá de las tres horas. «Vi que allí había algo más que unos meros bocetos a vuelapluma. Había una historia excepcional de encuentro entre polos opuestos, de que la convivencia en Euskadi es posible después de haber dejado atrás la lacra del terrorismo», explica Zapico. La conversación entre Madina, que militó en el PSOE en la época más descarnada de Euskadi, y Muguruza, que esos días incluso apoyaba abiertamente la lucha armada, tiene un valor simbólico irrepetible. Zapico les llamó a los dos días, y se pusieron a trabajar en un cómic.

Los puentes de Moscú se ha publicado este año y ya va por su segunda edición. «Habla de la paz en Euskadi a través de nuestras biografías. Tan lejanas y entrecruzadas al mismo tiempo», explica Madina, y concluye: «La entrevista, y el cómic, demuestran que la convivencia es posible después de tantos años de terror».