Ecotrends

Las empresas españolas que hubieran votado 'no' al 'Brexit'

Nuestros sectores financiero, energético, de telecomunicaciones y constructor están especialmente expuestos a la secesión de Reino Unido de Europa. Grandes empresas del IBEX tienen intereses allí.

Artículo

¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
26
abril
2017
brexit-espana-empresas

Artículo

La mañana siguiente al recuento de la consulta vinculante por la que Reino Unido decidió escindirse de la Unión Europea la definen muchos como una mala resaca. Una sensación parecida a la que produjo desayunar algo tan indigesto como la victoria de Donald Trump. El revés fue tan duro, por inesperado, que incluso se llegó a confiar en que la reunión de más de un millón de firmas por parte de los británicos descontentos con el resultado pudiera cambiar la cosas. O esa mujer heroica, Ginna Miller, que impugnó el Brexit ante los tribunales y fue admitida a trámite. O la sonora pataleta de Escocia.

El mes pasado, la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, aplicó el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea y firmó el inicio del proceso secesionista. La foto de la pluma sobre el papel, que acaparó todas las portadas, provocó en muchos el escalofrío que suele provocar la realidad, cuando se constata: ya no hay marcha atrás.

Entre los escalofriados están buena parte de los directivos de empresas españolas con intereses allí. O, directamente, con sedes en la ‘Pérfida Albión’, para quienes lo de pérfida cobra un sentido más allá de la anécdota histórica. Esto no solo ha sucedido en nuestro país, claro: las compañías que verán afectadas sus cuentas de resultados o, cuando menos, sus estrategias, por la peineta que Reino Unido le ha hecho a su socia europea, están repartidas por todo nuestro continente. Pero España no sale muy bien parada. Un estudio de la agencia de calificación Standard & Poor’s, de un título tan meridiano como Índice de Sensibilidad al Brexit (BSI), revela que nuestro país es el octavo de Europa con mayor exposición al acontecimiento. Esto es: nos toca más que a Francia, Alemania o Italia, por ejemplo. El informe presenta, como motivos, que están especialmente expuestos el sector financiero y las inversiones que muchas compañías patrias ha depositado allí. Sumemos el hecho de que hoy por hoy hay más de 200 empresas españolas con presencia en Reino Unido, y especialmente a las fluctuaciones de la libra esterlina: antes del referéndum cayó en picado respecto al dólar y el euro, y después ha bajado y subido unas cuantas veces. Los expertos no se atreven a anticipar una estabilización real, porque aún depende demasiado de factores tan imponderables como los discursos tranquilizadores de Theresa May.

Nadie cuestiona, por tanto, la importancia comercial que Reino Unido tiene para España. Según datos del ICEX, las exportaciones a ese país, solo en 2016, se valorizaron en 18.200 millones de euros, casi un 10% más que dos años antes. Es más: Reino Unido fue el cuarto destino de exportaciones españolas, por detrás de países con el peso de Francia, Alemania e Italia.

Algunas encuestas del sector empresarial, poco antes del referéndum, ya expresaban su temor: el 79% de las compañías de la Cámara de Comercio que están en Reino Unido consideraba que el Brexit tendría un efecto negativo o muy negativo para su actividad allí. Solo un 3% creía que el impacto sería positivo, y un 18% no tiene claras las consecuencias para su negocio. Más de la mitad de las firmas españolas consideraba que un Brexit mermaría sus inversiones futuras en el mercado británico.

La Mesa Redonda Europea de Empresarios Industriales (ERT), recoge a 51 de las multinacionales más importantes de nuestro continente, entre ellas, Telefónica, Inditex e Iberdrola, Esta organización publicó una carta abierta a favor de la permanencia de Reino Unido: «Deshacer el mercado común y las reglas de gobierno de los 28 sólo servirá para reducir nuestra prosperidad. Aunque siempre respetaremos la decisión soberana del pueblo británico, entendemos que una Europa sin el Reino Unido sería más débil».

La realidad, después de

Nuestro sector financiero está especialmente expuesto al británico, especialmente por la entidad que allí tienen el Santander y Sabadell, propietario de TSB. Según datos de Analistas Financieros Internacionales (AFI), Santander UK sería depositario de entre el 10% y el 20% de las cuentas corrientes británicas, un porcentaje que en el caso de TSB se situaría en torno al 5%. En 2015, el grupo Santander obtuvo un 30% de su beneficio neto en Reino Unido y Sabadell, un 17,2%.

Con todo, las dos entidades extienden un mensaje tranquilizador: el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliú, aseguró públicamente a sus inversores que la entidad está protegida ante el Brexit: «Lo contemplamos con la misma filosofía que una bajada del dólar». Esto se debe a que la mayor afectación vendría de parte de la temida depreciación de la libra esterlina. Poco antes del referéndum, la presidenta de Santanter, Ana Botín, garantizó verbalmente que la entidad permanecería en el país británico, «independientemente de lo que se decida».

Reino Unido es, también, un país de suma importancia para nuestro sector energético. Iberdrola adquirió en 2007 adquirió la compañía ScottishPower, la mayor operación en la historia del grupo: cortó 17.200 millones de euros. La compañía anunció que afrontaba una etapa de crecimiento en Gran Bretaña en sectores como el transporte, la distribución de energía y proyectos de energías renovables, y preveía invertir 8.400 millones de euros en ese país entre 2016 y 2020. Para ese año, pretende que el 25% de su beneficio bruto de explotación provenga de Reino Unido. «Iberdrola seguirá con activos por valor de 30.000 millones de euros e inversiones de 2.000 millones de euros al año en Gran Bretaña», expresó la compañía públicamente.

Nuestro sector de las telecomunicaciones también tiene una especial exposición. Telefónica incursionó con fuerza en el mercado británico. El, para algunos economistas y las estimaciones del FMI, posible deterioro de la economía en Reino Unido, aunque sea en los primeros compases del Brexit, puede provocar que su filial británica, O2, pierda valor.

El 26% de la facturación del grupo Ferrovial proviene de Reino Unido, casi el mismo porcentaje que la que obtiene de sus operaciones en España. Tienen vigentes varios contratos de construcción y, entre otros negocios, es primer accionista del aeropuerto londinense de Heathrow.

Por el momento, todas estas empresas lanzan mensajes tranquilizadores. Aún no hay síntomas de perjuicio en la marcha de su actividad económica relacionada con Reino Unido. Pero hay otra realidad poco tranquilizadora: es demasiado pronto. El Brexit está todavía en su fase germinal. Y pocos se atreven a aventurar sus consecuencias a largo plazo.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME