Zoológicos con animales rescatados

Decía Mahatma Gandhi que la grandeza de una nación y su progreso moral podía valorarse en relación a cómo se trataba a sus animales. El dirigente pacifista apelaba a la igualdad a la dignidad necesaria para todos los seres vivos y parece que, de un tiempo a esta parte, existe una inclinación creciente a tener en cuenta este aspecto. En los últimos años, los derechos de los animales se han situado en un lugar destacado dentro del panorama social y su protección se ha convertido en una reivindicación por parte de grupos ecologistas y animalistas. De hecho, en marzo de 2023 se aprobó la Ley de Bienestar Animal, impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que ampliaba su cobertura y protección.

No obstante, todavía existen algunas zonas de sombra a las que las normativas no han accedido. Los zoológicos son una de las principales. Se trata de lugares controvertidos para quienes defienden el respeto hacia los animales, pues estos son explotados comercialmente, obligados a exponerse y adiestrados para participar en espectáculos. Sin embargo, existen algunos de estos recintos que deciden optar por otro tipo de actuaciones y enfocarse en el cuidado y la protección de animales rescatados.

El zoo del Pirineu es uno de estos espacios. Gestionado por una fundación sin ánimo de lucro ubicada en Odèn (Lleida), sus trabajadores se dedican al rescate y la recuperación de animales salvajes y velan por su posterior reintroducción en la naturaleza, aunque mantienen el refugio para los que no pueden volver a la vida silvestre. Solo en 2023 rescataron a 372 animales, liberaron a 282 y mantuvieron protegidos a otros 172. Entre las especies que pasan por su recinto se encuentran corzos, halcones, vencejos, estorninos, liebres, ardillas, jabalíes o erizos. Cuando son protegidas, las cuidan hasta que se estabilizan y las derivan al Centro de Fauna de Vallcalent de Lleida. También llevan a cabo actividades de sensibilización. «Dar un hogar a estos animales es nuestra responsabilidad y nos preocupa que no siempre podamos proporcionar al animal las condiciones óptimas debido a nuestros recursos limitados», indican en la memoria anual de la fundación.

El zoo de Castellar ayuda a los animales víctimas del mercado negro

Por su parte, el zoo de Castellar, situado en Castellar de la Frontera, en Cádiz, se centra en ayudar a los animales que aparecen por los decomisos realizados por las autoridades y que eran víctimas del mercado negro. Se trata de un centro de rescate animal que se puede visitar, ya que el importe de las entradas se destina a mejorar las instalaciones. Cuenta con más de 500 animales pertenecientes a cerca de 120 especies diferentes de los cinco continentes, entre las que destaca el puercoespín gigante albino, ejemplar único en el mundo. Además es el único centro de la península que conserva al guacamayo barba azul, uno de los animales más amenazados de la Tierra del que solo quedan en libertad alrededor de 60 ejemplares.

El zoo de Guadalajara es, en sí mismo, un centro de recuperación de fauna. Conserva más de cien especies diferentes, sobre todo europeas, y acoge a osos, lobos, nutrias, corzos, ciervos o gamo, entre otros. Permite observar a aves como el emú, el cisne, el buitre, y a más de veinte especies de aves acuáticas y zancudas. Cuenta, además, con una numerosa colonia de garcillas y martinetes. Desde 1987 disponen en sus instalaciones de un centro de recuperación de fauna silvestre protegida al que ingresan anualmente alrededor de 600 animales procedentes de atropellos, choques de tendidos eléctricos o caídas de nidos. De estos, la mitad suelen volver a su vida en libertad.

Durante la DANA de Valencia, se rescataron más de 500 animales

Por último, y en relación a la protección y el bienestar animal, cabe mencionar que a raíz de la DANA en Valencia, el campo de fútbol del Sporting Benimaclet se convirtió en un improvisado centro de recepción de animales donde se rescataron más de 500 solo durante los primeros días. Algunos podrán volver con sus personas de referencia y otros tendrán que encontrar un nuevo hogar, pero al menos reciben unos cuidados que, si bien siempre necesitan, ahora son aún más imprescindibles.