Manualidades para la salud mental
En un contexto en el que el estrés se ha convertido en un fantasma habitual, actividades como la floristería, la pintura o la cerámica pueden contribuir a reducir la ansiedad y a mejorar la capacidad de concentración.
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Nos comunicamos con el mundo a través de nuestras manos. Ya sea utilizando nuestro smartphone, tecleando en nuestro ordenador o aferrándonos a las barras del transporte público mientras nos dirigimos al trabajo. Pero aunque nuestras manos nos sirvan, por así decir, como una especie de antena que registra la realidad y los objetos que la componen, pocas veces prestamos una atención consciente. Quizá por eso, para detenernos un momento y dedicarnos simplemente a percibir, cada vez más gente encuentra en las manualidades un oasis. Actividades como la cerámica, el crochet, la pintura o la floristería no solo ofrecen una vía de escape a la rutina, sino que también presentan beneficios psicológicos significativos.
En los últimos años, diversas investigaciones han señalado que el compromiso con actividades manuales puede mejorar la salud emocional, reducir la ansiedad y fomentar un estado de atención plena. Teniendo esto en cuenta, y en un momento en el que la salud mental se ha convertido en una preocupación global, el papel de las manualidades en la gestión del bienestar tal vez merece ser revisado con mayor atención.
Centrarse en una tarea manual permite a la mente desconectarse de pensamientos intrusivos y ayudarnos a alcanzar un estado de concentración similar al que se alcanza con la meditación, el yoga o el mindfulness. Según un artículo publicado en Psychology Today, la repetición de patrones y movimientos en actividades como el tejido induce una sensación de calma y control, reduciendo significativamente los niveles de estrés. De manera similar, un estudio recogido por The Guardian concluyó que participar en actividades creativas y manuales, como la cerámica o la pintura, puede disminuir los síntomas de ansiedad y depresión al proporcionar un medio tangible para la autoexpresión y la introspección.
Además de su impacto en el bienestar emocional, las manualidades favorecen la socialización y la creación de redes de apoyo. Al igual que los clubes de lectura han demostrado ser espacios de cohesión social, los talleres de manualidades han ganado popularidad como lugares donde se fortalecen los lazos interpersonales. Según un informe de BBC Culture, las manualidades fomentan la interacción entre personas de diferentes edades y orígenes, promoviendo la inclusión y el sentido de pertenencia. En un mundo cada vez más digitalizado, la posibilidad de reunirse físicamente para compartir una actividad creativa se ha convertido en un valioso recurso contra el aislamiento social, algo a lo que cada vez más personas se ven abocadas.
Participar en actividades creativas y manuales, como la cerámica o la pintura, puede disminuir los síntomas de ansiedad y depresión
Además, las actividades creativas también pueden actuar como una forma de terapia ocupacional, mejorando la motricidad fina y promoviendo una mayor conexión entre la mente y el cuerpo. En el caso de la cerámica, trabajar con arcilla puede estimular la sensibilidad táctil y proporcionar una sensación de arraigo y de control. De acuerdo con un reportaje de The New York Times, el proceso de moldear y esculpir no solo ayuda a reducir el estrés, sino que también ofrece un mecanismo para canalizar emociones reprimidas y liberarlas.
Por otro lado, el crochet y el bordado han sido objeto de estudios que indican que su práctica regular puede reducir los síntomas de ansiedad y depresión al estimular la concentración y el ritmo pausado. La repetición de patrones en actividades manuales tiene un efecto similar al de la meditación, ayudando a regular la respiración y disminuir la frecuencia cardíaca. Asimismo, la pintura y el dibujo han sido empleados en contextos terapéuticos para facilitar la autoexploración y el procesamiento de emociones complejas. La posibilidad de traducir pensamientos y sentimientos en formas visuales convierte estas disciplinas en herramientas valiosas para quienes buscan expresar aquello que no pueden verbalizar con facilidad.
Y la práctica de manualidades puede fortalecer la resiliencia emocional. La sensación de logro que se obtiene al completar un proyecto manual tiene un impacto positivo e inmediato en la autoestima y la confianza en uno mismo. Un estudio publicado por Harvard Health demuestra que involucrarse en procesos creativos ayuda a generar nuevas conexiones neuronales, lo que contribuye a mejorar la plasticidad cerebral y el bienestar emocional a largo plazo.
En este sentido, trabajar con flores y elementos naturales tiene consecuencias directas en nuestro estado de ánimo, ya que la conexión con la naturaleza y cómo esta influye en nuestra mejora anímica es algo que ha sido ampliamente estudiada en el ámbito de la psicología ambiental. La exposición a colores y aromas naturales puede reducir los niveles de cortisol y mejorar la sensación de bienestar general. En este contexto, la práctica de arreglos florales no solo tiene un valor estético: también actúa como un vehículo para la relajación y el equilibrio emocional.
Por último, es importante destacar el papel de las manualidades en la promoción de un envejecimiento saludable. Mantener la mente activa mediante actividades creativas puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo y mejorar la calidad de vida en la vejez. La combinación de estimulación cognitiva, motricidad fina y expresión artística convierte las manualidades en un recurso valioso para mantener la agudeza mental y fomentar una actitud positiva hacia el envejecimiento.
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